El engaño de los activistas profesionales

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona está muy molesta con la alcaldesa de la Ciudad Condal, pues desde que llegó a ser la primera de los barceloneses parece que se ha olvidado de sus antiguos compañeros de viaje, compañeros a los que, en gran medida, les debe el puesto que hoy ocupa. Porque Ada Colau sin la PAH seguiría siendo una actriz de cuarta división…
El caso es que desde esta Plataforma se están manifestando y recordando a la alcaldesa sus orígenes, a los que parece ha abandonado, pues la problemática de los desahucios en la capital catalana continúa igual, sin que apenas se haya hecho nada desde el consistorio desde que Colau se hiciera con el bastón de mando del ayuntamiento. Y es que como informaba Libertad Digital, el número de desahucios en Barcelona durante el último trimestre de 2015 fue de 733, frente a los 769 del segundo trimestre de ese mismo año. Algo que corrobora la propia PAH, que indica que el número de órdenes de desahucio no ha disminuido, por lo que exigen al Ayuntamiento de Barcelona que agilice procesos para dar una solución a este problema. Problema que, por cierto, tampoco podría solucionar el Ayuntamiento, aunque vendieran lo contrario. No sé de qué se extrañan desde la PAH, qué pueden esperar de una activista profesional que ni siquiera tenía hipoteca cuando presidía esa Plataforma y que vivía de alquiler, pues nada, porque Ada Colau ha vendido humo, aprovechándose de la difícil situación de los desahuciados para hacer carrera política, ¡y vaya si lo ha conseguido! Porque a esto se ha dedicado Podemos y todos sus satélites, a prometer y ofrecer lo que no era suyo, lo que no podían hacer, engañando a muchos que han confiado en ellos como una solución a sus problemas. Ya ha pasado en Cádiz con el Kichi, y en Madrid con Carmena y ahora con Colau en Barcelona. Ahora los votantes que confiaron en ellos les piden explicaciones, porque han sido engañados por activistas profesionales, que lo único que han pretendido es asegurarse su futuro.