El impacto de la bala en el pecho de Durruti
El subfusil MP 28 variante española, llamado 'naranjero', muy posiblemente el arma que acabó con Durruti
Sí, irónicamente, José Buenaventura Durruti y Francisco Franco expiraron el mismo día, 20 de noviembre, aunque con 39 años de diferencia, aquel en 1936 y éste en 1975. De la Guerra Civil Española se han escrito miles de libros que han tocado todos los aspectos militares, sociales, económicos…, a pesar de lo cual aún quedan enigmas y cuestiones irresueltas, siendo tal vez la muerte del líder anarquista la más seductora
Durruti fue uno de los protagonistas de los primeros meses de la guerra. El anarquista, leonés como otros líderes anarcos como Ángel Pestaña o Abad de Santillán, protagonizó algunas acciones destacadas al comienzo de la contienda, pero es precisamente el misterio de su muerte lo que lo mantiene en un plano casi legendario.
Se sabe que Pepe, como le llamaban en sus círculos más cercanos, estuvo varias veces en la cárcel, en la clandestinidad, en Francia, en Sudamérica…, se conocen bien sus asaltos a bancos, sus ideas totalitarias, su participación en asesinatos y su avance por Aragón al frente de su Columna Durruti. Casi toda su peripecia vital ha sido descrita con precisión. Pero no su muerte, y ello a pesar de que hubo no pocos testigos.
A primeros de noviembre viajó a Madrid para unirse con sus hombres a los defensores del sector de la Ciudad Universitaria. El 19 se acercó en coche a la calle Isaac Peral junto a varios de sus fieles y lugartenientes. A la una de la tarde (otros dicen las 14,30 y otros las 17,30) recibió un disparo y aquí empieza la intriga. En principio el informe oficial afirmó que había sido una bala fascista, e incluso hay autores que afirmaron que se escuchó una ráfaga de ametralladora… Es difícil que una ráfaga, por corta que fuera, sólo hiciera un blanco a pesar de que había muchos compañeros y ni estos ni los coches recibieron impactos. Además, según los médicos, el balazo fue desde muy cerca (uno dijo menos de medio metro y otro que unos 25-35 centímetros), pues el agujero en la chaqueta que vestía Durruti estaba todo chamuscado por la pólvora. Por último, si había fuego enemigo ¿cómo es que salían y entraban de los coches tan tranquilos y por qué no respondieron al fuego?
Otra de las principales versiones del suceso asegura que el disparo procedía del sargento José Manzana, comunista, que le disparó cuando se agachaba para entrar en el coche. La razón es el eterno enfrentamiento entre anarquistas y comunistas y las órdenes que a estos llegaban desde Moscú. Esta versión la sostiene una nieta de Durruti, Marta, que afirma que Manzana aprovechó el momento en que el anarquista entraba en el coche; además, ella vio los bordes requemados del agujero de la cazadora (en poder de la viuda, Mimi Morín), por lo que es evidente que el disparo fue a quemarropa.
Otros apuntan a la posibilidad de que, mientras discutía con uno de sus hombres, Antonio Bonilla, éste golpeó su ‘naranjero’ contra el estribo, el arma se disparó y Durruti cayó fulminado. El propio sargento Manzana dijo antes de morir que el ‘naranjero’ de Bonilla se le deslizó del hombro, se disparó y causó la herida mortal. Ambas hipótesis coinciden con la evidencia de que el disparo fue desde muy cerca.
Y también hay quien sostiene que el propio subfusil de Durruti, el famoso MP 28 ‘naranjero’, se le cayó cuando entraba en el coche y se disparó. El MP 28 era un subfusil alemán que se empezó a fabricar en la zona levantina sin pagar permisos, patentes o licencias, es decir, la variante española era lo que se dice una copia pirata. Esta arma era de recámara o cerrojo abierto que disparaba por desplazamiento de masas, por lo que ya resultaba insegura, pero es que la variante española se fabricaba sin seguro, con lo que podían producirse disparos accidentalmente; de hecho, numerosos testimonios de soldados hablan de los sustos que les daba el ‘naranjero’. Sin embargo, varios de los presentes afirmaron que en aquel momento Durruti sólo portaba un Colt 45.
La incógnita sigue, aunque parece lo más probable que, accidental o intencionadamente, la bala que mató a Buenaventura Durruti (del ‘9 largo’, la que disparaba el ‘naranjero’) procedía del arma de alguno de sus compañeros más cercanos. Se dijo en su momento que fue un tiro del enemigo por pura lógica de la guerra, ya que reconocer que un líder con tanto carisma había sido muerto por un traidor o por accidente causaría un impacto muy negativo entre las tropas, oficiales, civiles y políticos.
Han pasado 85 años y, salvo que un día aparezca una prueba irrefutable, parece que nunca se sabrán todos los detalles de la muerte de Durruti.
CARLOS DEL RIEGO.