Un equipo de investigadores de Estados Unidos y Europa ha empleado técnicas de radiocarbono (o carbono-14) y luminiscencia simulada ópticamente para confirmar que las pisadas fosilizadas humanas del Parque Nacional de White Sands (Nuevo México, EE UU) tienen una antigüedad de entre 20.000 y 23.000 años. Los resultados se han publicado en
Los autores ya publicaron un estudio previo en 2021 sobre la datación de estas huellas en esta misma revista con similares resultados (entre 21.000 y 23.000 años de antigüedad), que recibió múltiples críticas por parte de la comunidad científica.
Ahora, en respuesta a la controversia generada, el equipo, en el que han participado investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), afirma tener evidencias, confirmadas con varias líneas de datación independientes, que apuntan a la misma antigüedad aproximada.
Esto demuestra, según los autores, "que los humanos estuvieron presentes en el sur de Norteamérica durante el Último Máximo Glacial " (LGM, por sus siglas en inglés). Antes se pensaba que habían llegado a esa zona hace entre 13.500 y 16.000 años.
Las pisadas humanas fosilizadas se formaron en lodo blando en los márgenes de un lago poco profundo que ahora forma parte de Alkali Flat, una gran zona de dunas en White Sands. David Bustos , administrador del programa de recursos del parque nacional, fue el primero en descubrir estas huellas en el año 2009. Bustos, junto a Matthew Bennett , un geólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y otros científicos del USGS comenzaron a estudiar más detalladamente el lugar en 2019.
Según explica a SINC Kathleen Springer , investigadora geóloga del USGS y coautora del trabajo, "los resultados iniciales de radiocarbono del trabajo de 2021 fueron controvertidos porque las semillas de la planta acuática ( ) que utilizamos para fechar las superficies en las que quedaron marcadas las pisadas, tienen el potencial de sufrir efectos de depósito de carbono que podrían comprometer la exactitud de su datación". Ruppia cirrhos a
Análisis de polen de coníferas
Pero ahora, "en el nuevo estudio nos hemos centrado en el polen de coníferas porque estas especies -principalmente los pinos- son plantas terrestres y no se ven afectadas por los efectos de depósito, ya que su carbono procede directamente de la atmósfera a través de la fotosíntesis", añade.
Springer reconoce que "el inconveniente de la datación del polen es que es diminuto, pero los métodos que utilizamos en esta investigación nos permitieron aislar 75.000 granos de polen puro por muestra, lo que fue suficiente para obtener dataciones de radiocarbono sólidas".
Además, se utilizó "la datación por luminiscencia de los granos de cuarzo aislados de los sedimentos, lo que proporciona una verificación completamente independiente de las fechas por radiocarbono", señala.
"Incluso mientras publicamos el estudio anterior, ya habíamos empezado a probar nuestros resultados con múltiples líneas de evidencia. Confiábamos en nuestras dataciones originales, así como en las sólidas pruebas geológicas, hidrológicas y estratigráficas, pero sabíamos que era fundamental un control cronológico independiente", subraya Springer.
La científica recalca que las conclusiones obtenidas mediante "la datación por radiocarbono del polen y luminiscencia de los sedimentos muestran que el marco cronológico establecido originalmente para las pisadas del parque nacional es sólido".
"Caso cerrado y controversia resuelta"
Para Springer, el nuevo estudio de las pisadas fosilizadas de White Sands cierra el caso y resuelve la controversia: "Combinado con la evidencia geológica, hidrológica, estratigráfica, cronológica y climática, previamente reportada, la congruencia de las dataciones de carbono 14 calibradas de las semillas acuáticas de Ruppia, las de los granos de polen terrestres y las logradas mediante luminiscencia apoyan la conclusión de que los humanos estuvieron presentes en Norteamérica durante el Último Máximo Glacial".
¿Qué supone esta confirmación?. Según la geóloga, "los humanos estuvieron en el sur de Norteamérica durante el LGM, hace entre 21.000 y 23.000 años, y esto significa que estaban allí antes de que se cerraran las enormes capas de hielo".
"Nuestros hallazgos -concluye- amplían en miles de años el rango conocido de ocupación humana en la zona, lo que tiene implicaciones para las rutas migratorias, los estudios de ADN antiguo y la lingüística".