Víctor Alvarado (publicado en el Diario Ya)
Ha habido multitud de adaptaciones de los cuentos de Edgar Allan Poe. Quizá las más conocidas fueron las dirigidas por Roger Corman, generalmente, protagonizadas por Vince Price. El enigma del cuervo (2012) es un homenaje a la obra del célebre poeta, escritor y periodista americano.
El detective, Fields (Luke Evans), y Edgar Allan Poe (John Cusack) tendrán que descubrir a un asesino en serie, cuyos delitos están inspirados en los relatos del citado creador.
Está protagonizada por John Cusack, un hombre especializado en el mundo de la comedia, que se adentra en el género del suspense-terror por segunda vez, tras su participación en La habitación 1408, que se basaba en un texto de Stephen King. De todas formas, a pesar de tratarse de un actor al que le tengo simpatía, creo que su interpretación no llega a encajar del todo.
El director, James McTeigue, ha logrado una atmósfera muy consistente y capaz de trasladarte a otra época. Durante unos minutos tienes la impresión de encontrarte en otro lugar y en otro tiempo. La trama, al introducir un personaje histórico, cuya literatura es tan acorde con el género en cuestión, le da un plus de originalidad, aunque se podría haber sacado mayor producto de cada uno de los crímenes, pues se pasa de puntillas por sus relatos más conocidos. Aún así, la película supera a la media del subgénero de los psicópatas, pero sin alcanzar la cota de Zodiac, Seven, El silencio de los corderos o El cabo del miedo en sus dos versiones, ya que estas producciones te sobrecogían el alma y salías de la sala comiéndote la cabeza. El enigma del cuervo (2012) se queda en una entretenida cinta.
En contraposición con lo positivo, los dos puntos negativos los encontramos en la innecesaria violencia de un par de escenas y la parte de la banda sonora, que se desarrolla en el momento en el que la película termina porque rompe el tono y nada tiene que ver con el resto de las piezas musicales, que se escuchan en el transcurso de la proyección.
Los primeros minutos de la película sirven para hablarnos de las extrañas circunstancias de la muerte de Poe, un escritor al que uno de los personajes le acusa de ateo, pero que recurrirá a la trascendencia (Dios) en varias escenas. Por otro lado, la película de modo esquemático explica el proceso de maduración que lleva al matrimonio y el sacrificio hacia la persona amada.