Revista Ciencia

El enjambre: ¿Pueden unas abejas provocar una detonación nuclear?

Publicado el 08 noviembre 2012 por Alf
El enjambre: ¿Pueden unas abejas provocar una detonación nuclear?

Hace ya varias semanas, pusieron en la tele la película «El enjambre», un clásico del cine de catástrofes, con el dudoso honor de ser considerada una de las peores del género. Junto al elenco de actores muy conocidos, tenemos la catástrofe en sí: una colmena de abejas asesinas, cuyo veneno es extremadamente tóxico, de forma que unas pocas picaduras supone una dosis letal. El ejército y un grupo de científicos intentan detenerlas, mientras las abejas van sembrando muerte y destrucción.

El ataque que produce más muertes en la película, posiblemente sea el de una central nuclear. Uno de los científicos se dirige allí para avisar al responsable de que las abejas asesinas están en camino, pero éste le quita importancia, diciendo que la central cuenta con las mejores medidas de seguridad. Entonces, comienzan a sonar alarmas, se encienden luces rojas, y vemos a los operarios corriendo y gritando, intentándo quitarse las abejas de encima. En segundos, toda la planta está llena de abejas, y una cegadora luz blanca inunda la pantalla: se ha producido una explosión nuclear.

Bueno, vamos a obviar el tema de cómo pudieron entrar las abejas tan rápidamente en un recinto cerrado, o qué pésimo diseño tenía la central para que los operadores no pudieran abandonar unos segundos sus puestos sin producir un accidente (porque una central nuclear no es como un coche, en el que si sueltas el volante te la pegas). ¿Puede producirse de forma accidental una explosión nuclear en una central nuclear? Los habituales al blog ya conocéis la respuesta: no.

Ya he comentado en un par de ocasiones cómo se produce una detonación nuclear. Para no repetirme, me ceñiré a lo más basico: la masa crítica. El material fisionable debe superar la masa crítica, esto es, debemos «juntar» una determinada cantidad de material. Si no, no hay explosión nuclear. Esta masa crítica depende de varios factores, como la densidad, la geometría o la presencia de otros materiales.

En una central nuclear, el combustible nuclear se encuentra «empaquetado» en unas barras, cuyo revestimiento exterior es una aleación de circonio llamada zircaloy (podéis leer los detalles de la producción de combustible nuclear en el blog Hablando de Ciencia). Como podéis imaginar, la cantidad de material fisionable dentro de esas barras es inferior a la masa crítica. El conjunto de barras introducido en el reactor tampoco la superan en esas condiciones (están separadas y recubiertas por la aleación de circonio).

Lo peor que puede pasar en una central nuclear si las cosas se salen de madre, es una fusión del núcleo (que se derritan las barras de combustible, no una fusión nuclear) o una explosión convencional que lance o exponga material radiactivo al exterior. Esto fue lo que ocurrió en Chernóbil (explosión por el exceso de presión del vapor de agua) o en Fukushima (explosión por acumulación de hidrógeno). Y en ambos casos, fueron situaciones extraordinarias prolongadas en el tiempo: la cadena de decisiones erróneas en Chernóbil, y la suma de terremoto, tsunami e interrupción de suministro eléctrico en Fukushima.

Si ya es inverosímil que se pueda producir un accidente porque a los operadores les entra el pánico durante unos segundos, que dicho accidente sea una explosión nuclear, es directamente imposible.


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