Texto original escrito por Ana. Sígueme en Twitter.
¿Qué es el enojo?
El enojo es una respuesta emocional y fisiológica ante la percepción de un amenaza: hacia nosotros mismos, nuestra propiedad, nuestros derechos, nuestros seres queridos o en general cualquier parte de nuestra identidad.
La reacción puede ir desde una leve irritación, hasta la ira y la violencia.
Como la definición señala, el enojo es una RESPUESTA. ¿Respuesta a qué? Al MIEDO. El origen profundo del enojo es el miedo.
Cuando veas a alguien enojado, lo que realmente estás viendo es a alguien muy asustado.
Si analizas tu enojo podrás descubrir a qué le tienes miedo…y resolverlo.
Sentir enojo es normal y es útil. Nos motiva a defendernos y a protegernos. Cuando se maneja correctamente, nos empuja a realizar cambios positivos en nuestra vida y nos ayuda a afrontar las situaciones de la vida.
Pero cuando el enojo se vuelve crónico y no se maneja de forma correcta, ocasiona efectos negativos en nuestra salud física, emocional, mental y social.
¿Cómo saber cuando el enojo ha pasado de ser un sistema útil de protección a un proceso dañino?
El enojo es dañino cuando interfiere en nuestro buen funcionamiento afectando negativamente la salud, relaciones personales, trabajo y cualquier otro ámbito de nuestra vida.
Síntomas de que te estás pasando de la raya
- Cuando tú y/o lo que te rodean perciben que reaccionas exageradamente a las circunstancias.
- Te cuesta trabajo calmarte.
- Te sientes enojado muchas veces al día o la mayor parte del día.
- No siempre estás seguro por qué o con quién estás enojado.
- “Tienes la mecha corta” es decir, te enojas con gran facilidad ante cualquier estímulo, por pequeño que este sea.
- Utilizas la agresión verbal y/o física.
- Has perdido relaciones personales o trabajos por tu enojo.
- Utilizas paliativos para el enojo, por ejemplo, alcohol, drogas, ejercicio excesivo o comida.
La expresión del enojo
El enojo no es forzosamente escandaloso. De hecho, la mayoría de las personas no se la pasan pateando puertas ni gritándole a sus empleados, sino que utilizan medios más sutiles para manifestar el enojo como críticas, burlas, sarcasmos, indiferencia o se lo guardan para sí mismos.
El enojo se expresa básicamente de dos formas:
- Hacia afuera: gritar, pelear, criticar, molestar, atacar, golpear…
- Hacia adentro: resentimiento, charla interna destructiva, odio, enfermedades psicosomáticas…
¿Cómo funciona el enojo en nuestro cuerpo?
Como vimos, el enojo es un sistema de alarma que activa el mecanismo de huir o pelear, el cual te pone alerta para afrontar la situación que se percibe como de peligro.
Dicho mecanismo de huir o pelear, libera las hormonas adrenalina y cortisol, lo que se siente como una descarga de energía. Se aceleran los latidos del corazón y la respiración se vuelve más agitada. Los vasos sanguíneos se contraen y la presión aumenta. Los músculos se tensan.
Esa reacción nos permite aguzar los sentidos, enfocarnos y tener la energía suficiente para actuar rápidamente.
Fuente
Consecuencias negativas del enojo crónico
¿Han escuchado alguna vez la anécdota de que a una persona le dio diabetes por un coraje?
Pues aunque seguramente esa persona ya tenía descontrolada la glucosa en sangre, y no fue UN coraje, sino seguramente varios, es cierto que el enojo genera una serie de consecuencias en el cuerpo que pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades tan graves como la diabetes, hipertensión o incluso causar un infarto al corazón.
Cuando el enojo se vuelve crónico, el sistema cardiovascular se desgasta. Un exceso de cortisol en sangre genera un desbalance en la glucosa-insulina en sangre (como expliqué en este post), aumenta los niveles de colesterol, generando placas en las arterias y aumenta la presión sanguínea. Todo esto es la antesala de un problema cardiaco grave.
Aunado a esto, se afecta el funcionamiento de la tiroides y con ello el metabolismo.
En cuanto a digestión, el enojo aumenta la secreción de ácido en el estómago, causando dolor, gastritis, reflujo, náuseas y aumentando el riesgo de la formación de úlceras.
Además, como se disminuye el flujo sanguíneo hacia los intestinos durante el mecanismo de huída o pelea, se afecta el ritmo de las contracciones del intestino, generando problemas para evacuar que se manifiestan o con estreñimiento o con diarrea.
La tensión muscular crónica genera dolor, incomodidad y puede desencadenar migrañas e insomnio.
Estar enojado genera cansancio. Esa contante tensión, estado de alerta, energía…genera fatiga crónica. Un ciclo en el que estados de mucha energía son seguidos por estados de extremo cansancio.
El enojo afecta la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás, genera relaciones conflictivas y problemas en todos los ámbitos de nuestra vida.
¿Cómo manejar el enojo?
¡Ahhhh los dejo en suspenso! Manténganse atentos porque en el próximo post les compartiré… 10 formas de manejar el enojo
publicado el 10 septiembre a las 22:12
muy bien editada la imformacion sobre el enojo!!!! me gusto y me facilito en mis problemas!!! muchas gracias!!!