Los políticos españoles que han gobernado en las últimas décadas deberían dimitir en masa porque el tamaño de su fracaso es inmenso. Ningún otro país de Europa rechaza con tanta intensidad a sus políticos. El balance que han acumulado es aterrador: decadencia, pérdida de prestigio, democracia degenerada, desigualdad, violaciones de la Constitución, avance de la pobreza, politización de la Justicia, desmoralización, desilusión colectiva y un largo etcétera de errores y suciedades, además de una corrupción de amplio espectro que convierte la política en estercolero. No hay datos fiables del rechazo en la totalidad del mundo, pero España debe encontrarse entre los cinco primeros en fracaso de la política y a los políticos. —-
¿Qué más necesitan los políticos españoles para reconocer que han fracasado y dimitir en masa? ¿Están esperando a que la gente tome las calles y los eche a patadas? ¿Por qué ni siquiera se plantean cambiar el sistema y regenerarlo? ¿Buscan una confrontación con el pueblo al que dicen servir?
España es el país de la Unión Europea en el que hay más desconfianza hacia los partidos políticos. En concreto, un 90% de los españoles desconfía de ellos, frente a apenas un 7% que confía y un 3% que no sabe o no contesta, según el reciente Eurobarómetro que elabora la Comisión Europea, publicado esta semana.
La desconfianza se ha elevado respecto al año pasado en cuatro puntos y, como ya ocurría entonces, está muy por encima de la media de la UE (75%).
Asimismo, también ha crecido en dos puntos el porcentaje de españoles que desconfía del Gobierno, un 73% de la población, situándose sólo por debajo de las tasas de Eslovaquia (82%), Croacia (75%), Rumanía (74%) y Grecia (74%), según se desprende de las entrevistas realizadas por la Comisión Europea entre enero y febrero a casi 38.000 personas de los 27 Estados Miembros.
Lo que no detecta el barómetro es otra realidad medida y comprobada por otras investigaciones sociológicas: el rechazo a los políticos en España se transforma con rapidez en odio, hasta el punto de que las elecciones próximas van a quedar marcada por el rechazo a los partidos, más que por la adhesión o rechazo a sus programas.
Francisco Rubiales