Revista Opinión

El envilecimiento del periodismo catalán

Publicado el 23 mayo 2010 por Franky
Buena parte del periodismo español está cargado de oprobio por su sometimiento al poder y por su incapacidad para fiscalizar al poder público, pero en ningún otro lugar de España el envilecimiento y la sumisión a los nuevos amos ha llegado tan lejos como en Cataluña. Allí, los perros del poder ladran al unísono, mientras lamen el tobillo de los políticos en el poder. Ser periodista en esa región debe ser un calvario... y un estigma de cobardía. --- El envilecimiento del periodismo catalán El 25 de noviembre del pasado año, 12 periódicos catalanes publicaron un editorial conjunto bajo el título "La dignidad de Cataluña", que arremetía contra la posible declaración de inconstitucionalidad del "Estatuto" de Cataluña. Aquel hecho insólito del periodismo sometido a la "casta" política sorprendió a los demócratas y a las asociaciones de periodistas libres del planeta, pero hoy, seis meses después, la prensa catalana todavía ha llegado más lejos en su traición a la verdad, su desprecio a la independencia y su sometimiento servil al poder político, del que depende para sobrevivir, cuando 62 articulistas de la prensa catalana se han puesto de acuerdo para firmar ahora un manifiesto conjunto con el título "El dilema español", y que se ha publicado en nueve periódicos.

La columna vertebral de ambos textos es la inquietud ante la posibilidad de una sentencia del Tribunal Constitucional restrictiva con el Estatut. Ambos escritos pretenden amedrentar a los jueces del Alto Tribunal para que se pronuncien en favor del Estatut y del autogobierno catalán.

Días después de la publicación del editorial conjunto, la Generalitat anunció sin rubor una nueva donación, esta vez de 28 millones de euros, para los diarios editados en Cataluña, demostrando hasta más allá de toda duda que los medios intercambiaban sometimiento y vasallaje por dinero público.

El periodista catalán Arcadi Espada afirmó entonces que "Montilla es el redactor jefe de Cataluña". Hoy podemos afirmar que los periodistas sometidos, los más eficaces "perros del poder", ladran al unísono en Cataluña, mientras lamen el tobillo de los políticos que les alimentan.

Hace pocos días, el diario catalán La Vanguardia, escrito en castellano, amenazaba con el separatismo en un editorial que parecía dictado por el propio Montilla, titulado "Separadores y separatistas".

En mi último libro, titulado "Periodistas sometidos, los perros del poder" (Almuzara, 2009), hay un párrafo que describe claramente la situación catalana y la relación entre periodismo libre y democracia: "Si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes, España no sería hoy una cloaca. Ante el miedo a que los ciudadanos conozcan sus fechorías, las ratas, asustadas, se habrían escondido en sus madrigueras. Pero sin auténticos periodistas que digan la verdad y denuncien los abusos y corrupciones del poder, los miserables se tornan impunes y tienen todo el campo libre para cazar."

Y otro que dice "El periodismo libre es la columna vertebral de la democracia, pero el periodismo sometido es el sostén de la tiranía. El periodismo español está enfermo porque hay demasiados profesionales que han renunciado a la independencia, que no propagan la verdad, sino la verdad del poder, que es muy distinta, y que se han sometido a cambio de dinero, privilegios o, lo que es todavía peor, en espera de ser recompensados por los poderosos. Aquellos periodistas que aportan luz, información independiente y verdad, son los guardianes de la democracia, pero los que se han sometido son "los perros del poder".

Y otro más: "No hay un solo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte. Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor o respeto. La democracia es el único sistema que ha conseguido encerrar a los grandes poderes, sobre todo al insaciable poder del Estado, en una jaula con siete cerrojos. La prensa libre es el séptimo sello que cierra esa jaula."

Una vez más, el principal culpable del drama del periodismo catalán, además de los periodistas cobardes y cómplices del poder, es José Luis Rodríguez Zapatero, que, desde su frivolidad y torpeza, impulsó personalmente el Estatuto" de Cataluña, tan claramente anticonstitucional que los jueces constitucionalistas no pueden darle el visto bueno, a pesar de las enormes presiones mediáticas y del poder gubernamental.

Aquel impulso de Zapatero a un estatuto contrario a la Constitución fue un paso más en la ruta hacia la ruptura de España, la actuación irresponsable del un presidente de gobierno que sirvió para allimentar a los sátrapas, para convocar los fantasmas de la división y para alentar la separación, causando otro daño más a la nación española, a la que tiene postrada y de rodillas, tras haberle arrebatado también la prosperidad, la esperanza y el futuro.



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