El equilibrio interno, ¿es la verdadera felicidad?

Más pasa el tiempo, más me voy dando cuenta que la felicidad radica en el equilibrio, en la armonía, de todo, en todo y eso, suena más sencillo de lo que en realidad es.

A lo largo de nuestra vida, solemos, sin darnos cuenta, irnos a los extremos, les pongo ejemplos, exageramos mucho en comer o hacemos dietas extremas, no hacemos nada de ejercicio o vivimos en el gimnasio, vemos televisión todo el día o no vemos nada, salimos a bailar todos los fines de semana o dejamos de salir, vamos todos los domingos a la iglesia o no vamos nada, comemos natural, orgánico o no y así, en general, desde las cosas mas pequeñas, hasta las más grandes. En algunas se sentirán identificadas, en otras, no, lo principal es que puedan reconocer en qué cosas en su vida les hes difícil alcanzar el equilibrio soñado.

Y es que uno supone que a medida que vamos creciendo y ganamos experiencia, el vivir en equilibrio, en armonía, nos debería resultar mas fácil, de niños, pensamos que los adultos lo tienen todo resuelto y sin embargo, a medida que vamos creciendo, nos vamos dando cuenta de no es necesariamente así. Y es que llegar al equilibrio interno, se podría considerar todo un arte, nos la pasamos el transcurso del día, mirando hacia el exterior, criticando, juzgando, no solo personas, también situaciones, eventos ¡y hasta a nosotras mismas!, suena a locura, ¿verdad?, pero es que lo hacemos, hasta sin darnos cuenta, todo un hábito, un mal hábito, ¿como hacer algo que nos hace daño? y si es así, ¿porqué lo hacemos?.

Pensamos en ir de compras, ver la televisión, salir con amigos, todas cosas muy válidas y saludables, vale recalcar, pero cuánto tiempo le damos a mirarnos dentro, en estar en silencio y contemplar lo que sentimos, el calor de nuestro cuerpo, los sonidos que éste emite, los olores que sentimos, las sensación que produce en nuestra piel el viento… ¿cuánto tiempo tomamos en observarnos?, observar nuestras reacciones, nuestros pensamientos y las emociones que éstos emiten… y así, distrayéndonos con el exterior, nos vamos desapegando de nosotros mismos, de nuestra esencia… ¿y que sucede cuando nos desapegamos de nosotros mismos?, pues perdemos el rumbo, entramos en la ilusión, en el sueño, en el mundo del sufrimiento, nos comenzamos a identificar con esa parte externa, de pensamientos que no somos en realidad nosotros… y nos perdemos, y sufrimos, entramos en depresión, nos dejamos llevar por la ira, nos volvemos presas de nuestras emociones… es fácil mirar eso ahora en las calles, personas nerviosas, prepotentes, desconfiadas… cayeron en el sueño, yo diría que cayeron en el juego, en lo que justamente prometemos no caer antes de venir a este mundo, yo lo recordé, recordé pedir con todas mis fuerzas, despertar y cuando desperté, recordé… y es tan difícil, por que sabemos lo sutil que resulta, lo fácil que resulta identificarnos con el cuerpo y con la mente.

Ahora les hago otra pregunta… digamos, hasta que nos identificamos con el cuerpo, lo material, eso quedó claro… pero…

¿Pero que pasa si sucede lo contrario?…

¿Que pasa si nos pasamos todo el día meditando, haciendo introspección?, observándonos, mirándonos, siendo conscientes…

Pues sucede también lo opuesto, nos dejamos de identificar con el cuerpo, nos dejamos de sentir carne, huesos y piel, y nos sentimos espíritu, pero… ¡oh problema!, ¡estamos en un cuerpo! y es justamente porque debemos vivir la experiencia humana, corporal, y con ella viene la mente, maravillosa herramienta. En este caso, en el otro extremo, la mente comienza a buscar explicaciones y no las encuentra y podemos llegar a rozar en la locura, porque somos conscientes que hay mucho, mucho mas de lo que nuestros ojos ven y nuestros oídos escuchan, nos damos cuenta que la realidad dista mucho de lo que vemos, nos damos cuenta que hay mas dimensiones y podemos llegar a rozar y conectarnos con ellas… todo es mas grande de lo que parece… (suelto unas preguntas, ¿será esto, algo que tengan las personas que tienen esquizofrenia?, ¿será un desapego a su yo cuerpo? ¿será que se conectan más con este otro “lado” y no saben como manejarlo?, ¿será que los niños con déficit de atención, son niños que se están conectando con sus otros Yos? ¿que sienten, estas otras dimensiones atemporales? un tema a tocar mas adelante😉 lo prometo)

Y por eso, justamente y es algo que aprendí yo misma, en carne propia, el equilibrio, como todo en la vida, es la llave a la felicidad… ahora estamos en este cuerpo, amémoslo, abracémoslo, HONRÉMOSLO.

Podemos decir también, que el que vive en armonía, vive en armonía también con el universo, porque aprendió a danzar al mismo ritmo que éste… a esto se referirá también el entrar al flujo natural de la vida, ¿verdad?

Una vez que hacemos las paces con nuestra mente y la comenzamos a entender, a volvernos conscientes de nuestros pensamientos y a la desidentificación del ego, comienza la primera y gran libertad, comenzamos a ser conscientes de nuestros pensamientos y no nos volvemos presa de ellos, y mientras los identifiquemos, podemos recién hablar de un verdadero equilibrio y paz mental: pensamientos, palabra y actos.  Para mí, la verdadera felicidad.

Como verán, mis bellas, llegar al equilibrio en nuestra vida, no es nada fácil, es todo un arte y pienso que estamos en un paso de la evolución en la cual muchas son capaces de hacerlo… no se dejen llevar por el ego, no se hagan presas de sus emociones, pero tampoco vayan al otro extremo, sean conscientes… libérense mis bellas y sean muy, muy felices,

*Pintura del gran Leonid Afremov