Al ir de viaje, el equipaje es una de las primeras cuestiones que nos vienen a la cabeza: no son pocas las veces que, por apurar espacio y no pagar la facturación de una maleta, al volver tenemos problemas debido a los souvenirs comprados. Es entonces cuando hay que recorrer a algunos trucos un poco rastreros, pero prácticos:
-Lo más típico es la estrategia de la cebolla, es decir, ponerte muchas capas de ropa encima. Esto no sólo te ayudará a ahorrar mucho espacio de la ropa, sino que también puedes aprovechar los bolsillos para meter más cosas. A la hora de repartir la ropa, es mejor llevarse puesto lo que más ocupe y pese más, especialmente chaquetas y botas. Y seamos realistas: llenar la maleta de “por si acasos” generalmente no funciona.
-Si prevés que vas a comprar muchos recuerdos y no vas a poderlo llevar todo en la ropa, también puedes optar por facturar sólo al volver. Así, en el viaje de ida puedes llevarte una mochila dentro de una maleta, o una mochila pequeña dentro de una más grande. Si viajas en grupo, otra opción es llevar un equipaje extra conjunto para enviar al volver.
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