Contar con la posibilidad de elegir un número 1 del Draft de la NBA, puede significar cambiar la historia de esa franquicia ya que, en teoría, solo los mejores de los mejores, tienen la posibilidad de ser la primera elección.
Ahora bien, históricamente se ha comprobado que esta presunción no es del todo cierta ya que, puede haber números 1 que no alcancen el nivel esperado y, también, jugadores elegidos en posiciones posteriores que pueden mejorar las prestaciones del número 1 de su mismo año.
Este hecho se puede demostrar fácilmente con los datos del Premio al Rookie del año porque de los 71 ganadores que han recibido el premio hasta 2023, excluyendo las elecciones territoriales de Chamberlain, Heinsohn y Jerry Lucas, tan solo 23 de los ganadores fueron números 1 del Draft.
Esto se puede representar porcentualmente como que el 32,4 % de los Rookie del año han sido números 1 del Draft, mientas que el 67,6% han tenido elecciones posteriores.
Evidentemente, tampoco sería lógico que el 100 % de los números 1 fueran los Rookies del año, pero en teoría debería ser un porcentaje algo mayor ya que son jugadores que, cuando se apuesta por ellos, se les ha estudiado y analizado al más mínimo detalle.
La cuestión es que nadie puede predecir el futuro y siempre hay imponderables que suceden y que hacen que al igual que ha habido números 1 del Draft que son leyenda del baloncesto, otros hayan pasado sin pena ni gloria por la competición más exigente del planeta.
El éxito de un número 1 del Draft puede depender del equipo en el que recale, el entrenador, su capacidad de adaptación al juego, las lesiones, el desarrollo físico... y cuantos otros valores puedan influir en la carrera de jugadores sin gran experiencia en la competición profesional.
Por estos motivos (entre otros), ha habido números 1 del Draft del nivel de Kareem Abdul Jabbar, Magic Johnson, Shaquille O'Neal, Tim Duncan o Lebron James y números 1 sin éxito como LaRue Martin, Kwame Brown, Greg Oden o Anthony Bennett.
De cualquier forma, el tener números 1 del Draft, sobre el papel, siempre debería ser sinónimo de jugador de gran calidad ya que, al menos en algún momento de sus carreras, han sido los mejores entre los mejores.
Los números 1 del Draft pueden cambiar la deriva de la historia de un equipo y por eso es bastante habitual, que los equipos no suelan repetir la elección de número 1 en un cierto lapso de tiempo ya que suelen mejorar sus prestaciones con la incorporación de estos jugadores y se suelen alejar de las posibilidades de volver a elegir un número 1 del Draft aunque, en los últimos tiempos, se han dado casos donde sí han existido esas elecciones consecutivas.
Por ejemplo, en la temporada 1992 y 1993 los Orlando Magic eligieron las dos primeras elecciones del Draft de cada año, del mismo modo que los Cleveland Cavaliers en 2013 y 2014 y los Philadelphia 76ers en las temporadas 2016 y 2017, pero nunca ha habido más de dos elecciones consecutivas y, lo habitual, es que no repitan los mismos equipos.
Esto hace que de origen sea muy improbable que se puedan llegar a reunir varios número 1 del Draft en el mismo equipo y tampoco a lo largo de sus carreras, ya que al ser jugadores de gran talento, los equipos no les suelen dejar marchar fácilmente.
A pesar de esto se han llegado a juntar varios números 1 del Draft en un mismo equipo, normalmente no más de tres, excepto en dos ocasiones.
La primera de ellas fue el caso de los Angeles Lakers en las temporadas del Showtime que contó con 4 de ellos. Estos jugadores eran Kareem Abdul Jabbar (1969), Mychal Thompson (1978), Magic Johnson (1979) y James Worthy (1982).
Este cuarteto histórico de números 1 ganaron dos Campeonatos de la NBA, el de 1987 y el de 1988.
Sin embargo, no son el mayor grupo de números 1 del Draft que formaron un único equipo en la historia de la NBA ya que ese honor, lo tienen los Minneapolis Lakers de la temporada 1959-60, que llegaron a reunir hasta 5 números 1 del Draft.
Prácticamente, la mitad del equipo habían sido elegidos en la primera posición del prestigioso evento de distribución de talento deportivo de la NBA.
Estos jugadores fueron Chuck Share (1950), Ray Felix (1953), Frank Selvy (1954), Elgin Baylor (1958) y Hot Rod Hundley (1959) y tan solo jugaron una temporada juntos, en la que cayeron en la Final de la División Oeste frente a los St. Louis Hawks del todopoderoso Bob Pettit, curiosamente el número 2 del Draft de Frank Selvy.
Paradojas de los caprichos de destino... y del baloncesto.