Revista Cultura y Ocio

El error azul. Javier Lorenzo

Publicado el 31 diciembre 2012 por Carmina

El error azul. Javier LorenzoÚltimas horas del 2012, y por no ser previsora me encuentro ante una página en blanco intentando reseñar una novela que estará entre las mejores que he leído este año. Todo libro lleva detrás una historia, y este mío no iba a ser menos. Verano de este año que ya nos deja, como cada mes de julio multitud de gestiones de matricula me retenían en la capital. Los dos últimos años he tenido que viajar varios días por semana, y en vacaciones aunque la frecuencia baja me sigue agobiando, así que aproveché los días que tenía academia para preparar unas oposiciones que ya no sé si saldrán algún día.
Sin embargo, me encontraba con un arma de doble filo, por un lado solo viajaba un día pero por otro tenía que pasar muchas horas sin hacer nada… y vamos a coger esa última afirmación con pinzas porque evidentemente siempre he aprovechado para leer. Tenía en esos momentos dos libros empezados y quiso mi escasa memoria que olvidara ambos en casa, así que después de comer me pasé por el Corty dispuesta a comprar en edición bolsillo El haiku de las palabras perdidas. Pero pasé por delante de unos libros que estaban rebajadísimos y en un formato que me atrajo mucho más. De esa forma compré El error azul de Javier Lorenzo y también La edad de la iraque recomendó Rusta en su blog.
Esa misma tarde y sentada en el Paseo Ribalta, un jardín botánico precioso que tiene multitud de enclaves para leer con tranquilidad, comencé la lectura, y me di cuenta de que me encontraba ante literatura gourmet, un libro para paladear, para tomarse su tiempo y sobre todo para reflexionar. Pero también constaté otra cosa, que para desgracia mía tendría que posponer mi deleite después de esa tarde porque me estaba desluciendo un buen libro, se lo estaba tragando a grandes mordiscos a pesar de que la temática no tenía nada en común.
Pocas veces he tenido esa sensación y he de reconocer que no me gustó  nada. La literatura es cuestión de gustos, sin embargo que un libro que hasta ese momento te estaba gustando dejara de hacerlo por tener uno mucho mejor entre manos, me hizo sentirme injusta, así que aplacé el que hoy me ocupa, a pesar de las muchas ganas que tenía de leerlo.
Os adelanto que lo disfruté muchísimo, que no es un libro para leer en el metro, o en enclaves ruidosos, que hay que tomarse su tiempo para disfrutarlo  y pararse en sus reflexiones y así descubrir que no todos los libros que tienen como escenario la Guerra Civil están cortados con un mismo patrón. Javier Lorenzo hace alarde de una gran valentía porque no nos encontramos ante una novela comercial, si no ante un libro cultivado, que ha escogido un vocabulario rico y culto y una forma de narrar a la que no todos los lectores están acostumbrados, nos encontramos ante una historia que se pega a las manos porque es interesante todo lo que cuenta, pero no es un page turner, no se lee sola, y la lectura se va ralentizando en cada reflexión, porque aunque la Guerra Civil esté de fondo es una novela de personajes, y todos son complejos… 
El autor
El error azul. Javier LorenzoJavier Lorenzo nació en Madrid. Estudió periodismo, y se inició e n la radio en la Cadena SER, aunque se decantó por la prensa escrita, donde sigue colaborando. También ha trabajado como guionista de televisión.Comenzó su carrera literaria en el año 2000, y tiene en el mercado dos novelas históricas El último soldurio, que tuvo una buena acogida entre los lectores y que llegó a tener doce ediciones y más de 50000 ejemplares vendidos, y su continuación Los guardianes del tabú.
Con El error azul abandona el género histórico en estado puro para abordar el estrictamente literario, en mi humilde opinión con gran éxito. Nos encontramos ante un libro muy bien escrito, ante una pluma a tener en cuenta y sobre todo ante una obra que no es apta para aquellos que solo buscan entretenimiento en una lectura.
Argumento
No es la primera vez que me encuentro ante un libro tan complejo que escribir su argumento me supera, pero en esta ocasión no me queda más remedio que coger al toro por los cuernos porque la que ofrece la editorial en la contraportada no me dice nada.
Nos encontramos ante una novela de personajes, la que conforman un triangulo amoroso en que una mujer de casa bien viene a elegir el partido que menos le podía interesar económicamente, pero sin duda alguna si el que más feliz la podía hacer. Amelia, es una muchacha rebelde que se niega a morirse sin conocer la felicidad y si sigue los dictados de su familia corre el riesgo de hacerlo.
Ese partido poco ventajoso es Martin, un idealista y librepensador que un día aterriza en el pueblo con su tío y lo pone patas arriba, incluso cuando se siente vencido nos regala unas perlas literarias para quitarse el sombrero. Su principal delito estar en el bando de los vencidos al que inevitablemente arrastra a Amelia.
El otro vértice de este triangulo es Alberto, el temido alférez repellejo, un hombre complejo, que está acostumbrado a salirse con la suya y que tiene a Martin como una espinita clavada en el corazón, o bien como una china en el zapato. Alberto es capaz de lo mejor y de lo peor, porque en el amor parece que todo vale para conquistar un corazón.
A través de un paseo por el pasado llegaremos a comprender su presente y este nos llevará de la mano hacia su futuro… ¿Te animas a descubrirlo?
Ambientación
Javier Lorenzo nos sorprende con la situación geográfica de la novela. Todavía recuerdo un eslogan publicitario que rezaba Teruel existe. Por suerte es una tierra que conozco, no queda lejos de donde vivo y nos solemos perder de vez en cuando y tiene un arte mudéjar que quita el sentido… 
Pero voy a centrarme que me voy por las ramas. Mira que habré leído libros que tienen como trasfondo la Guerra Civil, sin embargo se ambientaban en Madrid, Barcelona… en grandes ciudades, y de esta manera nos perdíamos episodios menos conocidos de nuestra historia más oscura. 
Javier Lorenzo decide situar a sus protagonistas en Teruel, una región preciosa pero sobre todo el único bastión que pudo recuperar el ejército republicano. En esta ciudad se produjo creo que uno de los episodios más vergonzosos y reconozco que lo desconocía. El mando republicano intentaba mantener la moral de su gente como buenamente podía, y la promesa de poder visitar a los suyos en cuanto recuperaran Teruel hizo que lucharan con ahínco. Cuando reconquistaron la plaza los soldados  pidieron su premio, que se hiciera efectiva la promesa por la que se habían dejado la piel y lo único que consiguieron fue una matanza sin precedentes a cargo de sus mandos que tiñó de rojo las calles turolenses.
Pero no es entorno a este hecho que gira la historia, podríamos decir que no es más que una mera anécdota en una novela en la que los personajes tienen más valor que los hechos que acontecen, que actúan de mera comparsa para que el lector pueda entender como se ha llegado a la situación en la que se encuentran.
Impresiones
Llegué a esta novela a través de múltiples recomendaciones, porque si algo tiene la blogosfera es que descubres buenas novelas y autores a los que de otra forma no te hubieras acercado. Las opiniones eran todas muy buenas y como compleja que es la novela cada una resaltaba una faceta, tanto era así que al final decidí que tenía que juzgar por mí misma.
Cuando lo vi en la librería, lo primero que me atrajo fue esa portada en blanco y negro en la que una pareja baila, y el agarre del hombre es tan efusivo que va más allá del decoro al que la época obligaba, y ello ya me dio una ligera idea de lo que podía encontrar en su interior… Y es que Amelia y Martin son muy poco convencionales, son unos luchadores natos que no se rinden ante las adversidades.
La escueta contraportada también hace la lectura más que apetecible, pero si con ello no tienes suficiente el arranque de la novela revela con que exquisito cuidado ha sido concebida. Es uno de esos arranques que te pegan a sus páginas de forma irremediable. Ninguna mujer es culpable de que la amen dos hombres a la vez, y esta misma frase le sirve de cierre a la historia. Creo que es la primera vez que me encuentro con un artificio de ese calado.
Pero si que he corrido, como se me ocurre irme al final cuando queda tanto trecho por recorrer y no he sentado las bases de la novela. Vamos a ir por partes que quien mucho corre pronto para.
Estilo
Me ha sorprendido la valentía del autor al apostar por una obra de culto, por una literatura más purista en una época en la que las ventas son pocas y la mayoría de los lectores se inclinan más por el best seller de moda.
Nos encontramos ante un libro de gran calidad literaria que sin ser pedante ofrece un buen plato para degustar y saborear, una lectura de reflexión, de esas que vale la pena tomarte todo el tiempo del mundo para poder captar sus diferentes matices.
Tres son los protagonistas de la novela y tres son las formas de narrar que encontramos en esta obra.
La que hace referencia a Amelia, se centra sobre todo en su pasado, en su infancia y en la influencia que su abuela Genoveva tiene en ella, un narrador omnisciente en tercera persona nos pasea por ese flah back unas veces con añoranza y otras con desapego.
Cuando Martin toma la palabra la primera persona recoge el protagonismo. Cuando la guerra termina Martin se convierte en un topo y en su escondrijo escribe para no volverse loco. Con el uso de esa primera persona el lenguaje es más intimista y precisamente ahí es donde el autor echa los restos y hace gala de una belleza literaria sin parangón.
Volvemos a la tercera persona cuando la historia se centra en Alberto, el alférez Repellejo, un personaje que por más que intentemos que nos caiga simpático la empresa es complicada, porque siempre ha sido una persona autoritaria, desde niño pensaba que todos debían rendirse ante el por ser el hijo del alcalde y estar en el bando adecuado durante la contienda no hace más que alimentar su ego. Nos encontramos ante una persona maquiavélica, los fines siempre justifican los medios empleados. Por amor es capaz de lo más ruin, y el odio es un virus que le corroe las entrañas.
Gracias a Amelia conoceremos la situación de las mujeres en su época, cuando era niña, cuando la República era una realidad, en la contienda y después de ella. La condición de fémina en aquellos días le hacía muy complicado el día a día, pero ella no se arrugó en ningún momento y utilizó sus armas de mujer cuando fue necesario para salvar a su hombre.
De la mano de Martin conocemos el bando republicano, sus ideales, en muchas ocasiones eso iba acompañado de un alto nivel cultural. Martin desde muy joven estuvo conspirando y defendiendo los ideales que le inculcó su tío y que con el tiempo hizo suyos. Conoceremos su época en Madrid, una sociedad secreta de intelectuales preparando la llegada de la República. La vida en el pueblo y el respeto por ser un médico de bestias que se ganó su tío, un hombre realmente impresionante. Descubriremos su desazón al vivir encerrado, y su forma de sobrevivir.
Alberto nos mostrará la barbarie, lo que el poder puede otorgar a una persona equivocada. Con él nos pasearemos por el frente, conoceremos anécdotas de las batallas, viviremos el acoso a los vencidos y la forma de sonsacar información. Pero como todo no podía ser malo también descubriremos el mundo de la filatelia, el valor de los sellos en tiempos de escasez. Y también lo vulnerable que puede ser un hombre que cree que está por encima de todo y de todos.
Además de la historia de estos tres personajes cuyos capítulos se van alternando y que nos ofrecen una visión no lineal, el autor nos regala al final dos anexos para que podamos atar algunos cabos que nos quedan sueltos en la narración. En el primer anexo el protagonista es Jean de Sperati, un famoso falsificador de sellos, el segundo nos habla de El error azul, el sello que da nombre a esta novela y que es de gran importancia en el desarrollo de la trama.
Y por último el capítulo de agradecimientos, todo un clásico en las novelas, que suelo leer porque me gusta imaginar a quien debería agradecer en el caso de que fuera yo quien escribiera una novela.
Personajes
He dicho con anterioridad que El error azul es una novela de personajes, y que ellos son lo más importante. Aunque nos encontramos ante tres protagonistas, yo juraría que es una novela coral, con unos secundarios de lujo que soportan mucho peso en la  historia. Como ya he hablado de Amelia, de Martin, y de Alberto, no me voy a repetir, porque merece la pena que los matices los descubráis vosotros.
Pero hay dos secundarios de mucha enjundia que me gustaría presentaros. 
Genoveva: Sus labios pronuncian la famosa frase con que comienza la novela. La abuela de Amelia es una mujer adelantada a su tiempo, una mujer a la que tienen relegada en casa y cuyas primorosas manos bordan unos manteles religiosos que son de una belleza sin igual y de una perfección abrumadora. Aunque al padre de Amelia no le hace ninguna gracia que su hija pase mucho tiempo con ella, la abuela se convierte en su refugio y las reflexiones que ella deja caer de vez en cuando en forma de ensoñación convencen a Amelia de que debe buscar la felicidad a toda costa. Sin duda Genoveva es una mujer entrañable cuya historia podemos llegar a entrever cuando ella tira del hilo  de la memoria.
Nicolás: Es el tío de Martin, un hombre muy culto, que se afinca en Madrid donde se codea con círculos de ilustrados. Se hace cargo del muchacho a la muerte de sus padres y lo cría como a un hijo inculcándole sus ideales y cimentando un hombre ilustrado. Con el tiempo decide volverse al pueblo, con un Martin adolescente que despierta los recelos de Alberto. Sin ser pedante su cultura le da mil vueltas a la de los habitantes del pueblo y ser médico de bestias tiene allí un valor incalculable que le salva la vida después de la guerra.
El carácter de Nicolás nos ganará como lectores, comulguemos o no con sus ideales políticos, un hombre que no menosprecia a nadie, que siempre intenta estar en el lugar que le corresponde, que le da templanza a su sobrino…
Pero no son los únicos secundarios, podemos encontrar al padre de Alberto, un personaje muy engreído, a Ramón el compañero de fatigas en las trincheras de Martin, aunque a él lo conoceremos solo por referencias, o los padres de Amelia, una fauna muy típica de la época. Mister Warrington, un inglés experto en sellos, o la mano ejecutora de las atrocidades que idea Alberto para que Amelia caiga rendida a sus pies…
Pero los vais a tener que descubrir solitos, porque me quedo con esos cinco que ya son multitud y que creo que son los que mejor dibujados están.

El error azul
No sé si el sello es quien da nombre a la novela, o el titulo es una metáfora de la que el libro está plagado. Porque por él desfilan camisas azules y Alberto es una de ellas y cuando acabas la historia no puedes menos que preguntarte si tan solo se refería al sello el autor cuando eligió el titulo.
Pero desvelar ese pequeño dilema podría implicar descubrir el as que guarda en la manga esta novela, y creo que no sería justo para aquellos que tienen previsto adentrarse en sus páginas y disfrutar de sus líneas.
De momento hablaré del sello. Y es que la valía le viene por ser una rareza, de la que se conocen muy pocos ejemplares. El sello de dos reales era de color naranja y el de seis de color azul, por un error unos cuantos sellos de dos reales adquirieron un color azul que no les correspondía y en el mundo de la filatelia cualquier rareza se cotiza a precio de oro.
Sin embargo este sello tiene su importancia en la novela, porque Alberto una vez conoce su valor  decide compartirlo con Amelia y de esa manera demostrarle su amor, pero sin confesarle su valía, de esa forma no podría estar tentada de venderlo. Alberto es un romántico, pero todo su  buen corazón se derrumba al descubrir que esa rareza era doblemente importante porque era el único ejemplar que se conservaba unido y él en un acto de debilidad lo había separado. 
También era la prueba de que Amelia le necesitaba y que algún día podría caer en sus redes por eso  es el sello el que desencadena la acción, pero esa parte la vais a tener que descubrir por vuestros propios medios.
Tanto si el protagonista del título es este peculiar valor filatélico o es una metáfora, sin duda Javier Lorenzo lo borda y será la imaginación de cada uno quien le otorgue uno u otro valor.
Conclusión
Nos encontramos ante una novela compleja y con matices, una historia que se saborea, se paladea y se reflexiona. Una obra que puede que no sea maestra y no entre en los anales de la literatura aunque tiene las bases muy bien centradas, pero sí que será apreciada por un lector curtido que sabe disfrutar de los ejercicios literarios.
No creo que sea una novela para todos los públicos, puesto que requiere de esfuerzo, no nos encontramos ante una historia que se lee con facilidad porque entre renglones se esconde más de lo que se deja a la vista.
Nos encontramos ante una historia que va tejiendo la vida de los tres personajes principales y adornándola con secundarios de lujo, una novela  que no es lineal que va hacia adelante y hacia atrás en un intento de ofrecernos una panorámica de la vida de los miembros del triangulo y así explicarnos la situación en la que se encuentran.
El final borda un libro que ya de por sí se merece un diez sobre diez, sorprende a la vez que emociona y se obtiene justicia poética si se prefiere. Y el autor hace gala de un gran ingenio al terminar la novela con la misma frase que la empieza.
Otra cosa que me ha gustado mucho es que al final en un anexo explique un personaje que aparece un poco difuminado y que fue real, y que explique algo más de El error azul, porque para los neófitos en el tema nos puede sonar a chino.
Esta parte de la filatelia ha conseguido atraparme como lectora, porque siendo niña los sellos me atraían mucho. Mi abuelo trabajaba en una exportadora, recibía mucho correo del extranjero y me traía los sellos, poco valor tenían al estar matasellados, pero para mí eran una reliquia que podía presumir delante de mis compañeras de clase incluso impresionarlas. Llegue a tener una gran colección pero con la adolescencia se me paso la fiebre del coleccionismo y hoy apenas llaman mi atención.
Os la recomiendo encarecidamente, pero recordad que es literatura de altura, que no es recomendable para viajes en metro, trenes y demás servicios públicos, buscad un rato de tranquilidad para adentraros en su páginas y bucear en sus líneas.
Con esta reseña pongo punto final al mes temático de Laky

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