El error de concepto de Bonaparte

“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.” (Martin Luther King)

Si nos ponemos así, habrá que decir algo.

Soy un gran defensor del disco conceptual. Primero, porque me gusta la idea de una gestación unitaria de canciones en base a una idea y, segundo, porque es un bien escaso y poco reconocido. El problema es que, además de haber pocos, hay pocos buenos. Muy pocos.

Standstill es una especie de buque abanderado de la modernidad indie de una nueva ola de grupos alternativos provenientes de la escena catalana, que ha ido evolucionando desde el post-hardcore hacia el pop alternativo. Tras el (incomprensible) éxito de Vivalaguerra, regresaron este año con Adelante Bonaparte, un triple Ep (?) que gira en torno a la historia de B. (Bonaparte), un personaje de ficción que se han inventado para la causa.

Versando al gran Manquiña: el ‘conceto’ es el ‘conceto’.

Mal vamos cuando el concepto me lo tienen que explicar y, aún así, no lo pillo. Igual es que soy cortito (¡já!). Lo he intentado de diversas maneras, de verdad. Cual rumiante, lo he pasado por el herbario, la redecilla, el libro y el cuajo y, aún así, he terminado echando la papilla, porque me resulta indigesto. Exploro otra vía: lo trituro, lo lío y me hago un cigarro, pero no hay ‘tutía’. Es infumable. Houston, tenemos un problema.

Trato, finalmente, de analizar las partes abstrayéndome del todo. Entre monotonía, interludios vacuos, arduas repeticiones de versos hasta el infinito y toneladas de pretenciosidad, detecto dos canciones interesantes: Adelante Bonaparte I y II. ¡Vaya! Si son (más o menos) la misma… Y tampoco son para echar cohetes. En fin, que se trata de buscar la aguja en el pajar y, como buen rumiante, prefiero el clembuterol a la paja (dónde va a parar).

Tomándoles prestado un antiguo verso: Romper un silencio así, no tiene perdón.

Pues eso.