Revista Asia
¿Que hacen cuando casi la mayoría de los ex-presidentes del gobierno después de abandonar en lo más alto del poder? Estar en una empresa multinacional con sueldos de demasiados ceros sin hacer mucho trabajo (véase el caso español) o escribir su libro autobiográfico. Parece que la segunda opción tiene su historia en el mundo editorial pero el pelotazo lo dio Bill Clinton, si no me falla la memoria, con "My life" que ha sido un superventas en cualquier rincón de las librerías de medio mundo. En Corea también llegó esa moda y el último en apuntarse fue el que fue el décimo presidente surcoreano Lee Myung-Bak durante su mandato entre 2008 y 2013 (en Corea del Sur la legislatura dura cinco años).
Si hablamos de este hombre en pocas palabras, se trata de un político que antes de ser presidente fue alcalde de Seúl y cuando ocupó el cargo de la presidencia cortó todas las relaciones posibles con Corea del Norte, quizá fue el más férreo en ese aspecto. Pero también durante su mandato, enfureció a los académicos que investigaban sobre Corea del Norte, que aún siguen traumatizados, por su intento de hacer desaparecer un ministerio tan importante en Corea como la de reunificación. Yo también personalmente soy bastante crítico en ese aspecto con este hombre porque el Ministerio de Reunificación recoge estudios impecables sobre diversas temáticas en la península de Corea y si no fuera por este organismo partes de mis estudios de investigación no hubieran salido a la luz. Esta institución también se encarga de ayudar a los refugiados norcoreanos que llegan anualmente a Corea del Sur. Pero dio marcha atrás y este ministerio sigue en pie hasta la actualidad.
Hasta ahora se sabía que durante su mandato no había relación alguna con Corea del Norte pero ahora resulta, con el libro, que si que hubo conversaciones secretas con la élite política norcoreana siendo el régimen quien proponía una reunión entre las dos Coreas pero también pedir ayuda económica, la estrategia que les funcionó con los dos previos mandatarios surcoreanos a Lee. ¿Cómo reaccionó Corea del Norte a raíz de la publicación del libro? Pues enfureciendo como siempre diciendo que lo que dice en el libro es una falacia. Si esto es verdad, parece que el régimen está utilizando a Corea del Sur solamente para pedirles grandes ayudas económicas a cambio de reuniones que muy posiblemente sin acuerdos fructíferos. Al menos, la historia lo ha dicho en varias ocasiones. El diario de Corea del Norte