Revista Opinión

El escalofriante caso de sylvia likens

Publicado el 23 octubre 2019 por Carlosgu82

«La chica del al lado» (no confundir con una comedia homónima) es una película norteamericanan del año 2007 dirigida por Gregory Wilson y protagonizada  por Blythe Auffarth. No es una película de terror cualquiera, sino una obra de gran valor documental sobre el que probablemente fue el peor caso de abuso físico que en la historia del estado de Indiana, según los oficiales y médicos que atendieron a la víctima. Ésta era Sylvia Likens, nacida diez años antes en Lebanon (Indiana) y fallecida el 26 de octubre de 1965 tras ser torturada hasta la muerte durante cuatro meses por Gertrude Baniszewski y sus hijos, así como varios jóvenes y niños del vecindario, algunos de apenas 10 años de edad.

Todo empezó cuando fue dejada por sus padres al cuidado de una ama de casa llamada Gertrude Baniszewski, madre de siete hijos  a quien habían conocido pocos días antes en la iglesia, dándole a cambio 20 dólares a la semana. Pero siete días después de su llegada, los 20 dólares llegaron con un día de retraso. Allí empezaron los malos tratos. Baniszewski y sus hijos, así como varios adolescentes del barrio, empezaron a abusar física y psicológicamente de Sylvia. Baniszewski la obligó a desnudarse completamente e introducirse una botella de cristal en la vagina delante de todos sus hijos y de Jenny. Este suceso ocurrió dos veces. La primera vez la botella se rompió estando en el interior de la niña y los cristales rotos le desgarraron las paredes vaginales. Otro día, Sylvia recibió un fuerte golpe en la cabeza y permaneció inconsciente durante casi dos días tras ser arrojada escaleras abajo..

Coy, uno de los hijos de Baniszewski, se convirtió en uno de los peores tormentos de Sylvia. Era una especie de experto en judo y le encantaba lanzar a la chica por el aire. En el sótano de los Baniszewski había un viejo colchón, que se suponía que le proveería a Sylvia un suave aterrizaje. Coy generalmente calculaba mal y Sylvia aterrizaba con un crujido en el suelo de cemento. Todo el mundo se reía. Nadie hizo algo al respecto. Sylvia sólo se alimentó de una pequeña porción de agua y galletas saladas a la semana. También fue torturada y obligada a comer su propio excremento. La muchacha se desnutrió y deshidrató. Aunque muchos de los vecinos de la familia admitieron haber oído gritos y lamentos procedentes de la casa de Baniszewski, no se dio aviso a la policía porque se consideraba que era mejor no entrometerse.

Un día, Richard, uno de los hijos de Baniszewski, llamó a la policía con la esperanza de que le practicaran primeros auxilios a Sylvia tras estar mucho rato inconsciente, pero los policías y médicos que la asistieron confirmaron su muerte por hemorragia cerebral, shock y desnutrición.

Gertrude Baniszewski. Fue hallada culpable de asesinato en primer grado y sentenciada a cadena perpetua. Se le recluyó en la Prisión de Mujeres de Indiana. Obtuvo su libertad condicional el 4 de diciembre de 1985, luego de estar veinte años en prisión. Poco antes de morir en 1990, Gertrude Baniszewski aceptó finalmente su culpabilidad, responsabilizando sus actos criminales a sus problemas personales y a una serie de medicamentos que ingería. El resto de participantes fueron juzgados por cómplices y cumplieron penas de hasta 20 años. Uno de los hijos de Baniszewki, John, tras cumplir su condena, se convirtió en pastor laico, para contar su historia; murió a causa de su diabetes y de las torturas que él mismo se infligía a causa de su culpa.


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