Revista En Femenino

El escalofrío de después

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe
Con mis mellizos ya cerca de los cuatro años y medio, me pongo a escribir de nuevo sobre pañales y pis nocturnos. Sobre pañales, sí, porque la anécdota que da pie a este post arranca hace ya unos dos años, cuando en verano empezamos con la 'Operación Pañal'. Ya nos queda lejos, pero aún recuerdo con temblores las semanas que pasamos asimilando rutinas y control de esfínteres, ganas y apretones. Y pasando la fregona todo el día.
El escalofrío de despuésLa pequeña Leia se acostumbró casi desde el primer día a dormir sin pañal, demostrando un control y un aguante impropios. Con su hermano empezamos un par de semanas después, pero durante las noches le mantuvimos el pañal, porque no aguantaba tantas horas. Cuando por fin se lo quitamos por la noche, es cuando llega la anécdota. Para evitar fugas y escapes nocturnos, antes de acostarme, sacaba a Luke de su cama y lo llevaba en brazos al servicio, dormido. Parecía increíble, pero era –y sigue siendo– capaz de orinar sin despetarse. Y de vuelta a la cama, de nuevo en brazos. El quid era conseguir no despertarlo, porque entonces, la habíamos cagado.
El escalofrío de después
Todo esto me viene a la memoria por un post de otro de los Papás Blogueros, el compañero Marq, Padre en Estéreo. En su blog contaba que se sentía como el mismísimo Indiana Jones, llevando a la cuna a uno de sus mellizos, intentando que no se despertara.
Volviendo a nuestra anécdota, ahora no es como entonces. Luke superó hace mucho el tema de los pipís nocturnos, pero en ocasiones se acuesta sin ir al baño antes, y seguimos haciendo la misma maniobra. Llevo sus veinte kilos largos de peso muerto en brazos, lo siento en la taza del váter sin que se inmute, y orina como si tal cosa. Me asombra esa habilidad. Hasta escurre la última gota, se relaja, y entonces no puedo dejar de sonreír cuando le da, dormido aún, el escalofrío de después.
Porque es indiferente a la edad que uno tenga. ¿O es que a vosotros cuando os desahogais no os da ese escalofrío?
¡Que la Fuerza os acompañe!
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