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El Banco de España ha publicado un análisis sobre la situación de los Concursos de Acreedores en España y éste muestra que el uso del procedimiento concursal en España es muy escaso en comparación con el de la mayoría de economías desarrolladas.
Aunque durante la crisis económica ha aumentado significativamente, el ratio entre concursos y número de empresas sigue estando muy por debajo del de otros países desarrollados. Mientras en España hubo en 2010 unos 15 concursos por cada 10.000 empresas, en Japón hubo 88; en Alemania, 89; en Estados Unidos, 98; en el Reino Unido, 137, y en Francia, 217.
El bajo nivel de este indicador se observa especialmente en el caso de las microempresas, en las empresas con responsabilidad ilimitada y en los autónomos. Esto puede deberse a los menores incentivos de las compañías con problemas de insolvencia de estos segmentos para acogerse a este tipo de procedimientos, ya que la regulación española no permite al deudor insolvente la liberación del pasivo pendiente.
Por otro lado es posible que en nuestro país los procedimientos alternativos al concurso, como las renegociaciones privadas de deuda o las ejecuciones hipotecarias, sean más utilizados que en otras economías de nuestro entorno.
Pero hay otro dato a tener en cuenta, la inmensa mayoría de las empresas españolas que entran en procedimiento concursal acaban en liquidación, cuando el procedimiento pretende lo contrario, la supervivencia de la empresa.
La razón podría ser que las empresas españolas ven el concurso como la última salida y cuando se presenta es que la situación es tan grave que no se puede solventar, algo que podría ser diferente si se acogieran antes al procedimiento.
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