Trabajo Final Integrador del curso de especialización en “Seguridad, Terrorismo e Información” del Campus Internacional para los estudios de Seguridad y Defensa, Inteligencia y Geoestrategia - CISDE, Sevilla, 2016. Entidad universitaria acreditada por el Ministerio del Interior del Gobierno de España.
Sinopsis:
Apuntes históricos sobre las guerrillas locales en Argentina y la región y aspectos ideológicos actuales del integrismo islámico en el plano internacional. El papel cumplido por los Servicios de Inteligencia modernos desde sus inicios y su desempeño en los contextos en los cuales les ha tocado actuar en el último tercio del siglo XX.
"Todo obedece a una conspiración masónico-izquierdista de la clase política en contubernio con la subversión terrorista-comunista en lo social".Franco, 1975. Discurso justificando las ejecuciones de militantes de ETA y otros grupos armados.
1.Espías en la niebla:Percibir lo que yace oculto
Desde Pancho Villa en México hasta Lawrence de Arabia y su rebelión árabe, de Mao en China al idealizado argentino Ernesto "Che" Guevara en Cuba, pasando por innumerables ejemplos, las guerrillas locales de liberación nacional de tipo político han proliferado a través de la historia.
Insurgencias, revueltas, disidencias, ataques llevados a cabo por individuos aislados, escaramuzas o atentados masivos, sabotajes o extensos conflictos sostenidos por años por diversos gobiernos con grupos organizados y bien pertrechados, ya sea con cuchillos, pistolas, fusiles o explosivos: Las guerrillas locales y grupos terroristas han actuado desde antaño contra dichos gobiernos, personas y bienes hasta bien entrado el siglo XX, y aún subsisten en diversos escenarios locales y regionales.
Los ejemplos abundan: ETA en España, el IRA en Irlanda, Sendero Luminoso en Perú, las FARC en Colombia, Montoneros o el Ejército Republicano del Pueblo en Argentina o Tupamaros en Uruguay, por citar apenas algunos casos. Sin mencionar África, el sudeste asiático u Oriente Medio del cual ya me ocuparé luego. No se puede descartar tampoco el Terrorismo de Estado.
Aunque ese tipo de terrorismo local o regional, idealizado en el imaginario popular de las décadas de 1960 y 1970, sobre todo en la persona del ya citado guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara, dejó de existir con ese candor que se le atribuía y que en cierta forma lo despojaba de su crueldad, todavía en la década de los años 80 aún persistían asesinos en activo, como el cabecilla del Ejército Republicano del Pueblo, Enrique Gorriarán Merlo, exiliado de Argentina junto a otros jerarcas sobrevivientes, luego de ser derrotados y, en un proceso de adaptación, varios de ellos se convirtieron en asesores de otros gobiernos o movimientos latinoamericanos que los acogieron, por ejemplo, el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua.
Gorriarán Merlo murió en Argentina después de intentar nuevos movimientos insurgentes y después de pasar un período en prisión, y fue el asesino material, en los mencionados años 80, del ex dictador centroamericano Anastasio Somoza. Todo en un contexto exclusivamente político.
En 1970 el grupo Montoneros, en el cual también militaban notables periodistas e intelectuales, se dio a conocer públicamente e inició una escalada de violencia hasta su derrota casi una década después, con el secuestro y asesinato del General y ex Presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
Todavía se discute si los medios utilizados por las Fuerzas Armadas, que gobernaban a través de dictaduras, fueron los adecuados para su erradicación. Sin duda, tanto unos como otros, fueron salvajes en su proceder. Pero en nuestro caso, la discusión en favor de aquellos gobiernos de turno o los movimientos terroristas, está motivada por las pasiones ideológicas y políticas de toda índole, más que por el estudio científico y metódico que se desprende de la experiencia de otros países.
La experiencia en Argentina ha sido amarga. En la década del 90, el país despertó a una nueva realidad con los atentados yihadistas a la Embajada de Israel (1992), y la Asociación Mutual Israelita Argentina - AMIA (1994), con un saldo total de más de 100 muertos y, asimismo, el asesinato del hijo del Presidente de turno, Carlos Menem, de familia de origen y con fuertes lazos en Siria y Oriente Medio. Su hijo fue enterrado en el cementerio Islámico.
Su padre, en esos años, había roto acuerdos y Tratados de diversa índole (económicos, de tecnología nuclear, etc.) con países como Irán, luego de un brusco giro en las alianzas estratégicas con otros países como Estados Unidos. Estos vaivenes de los gobiernos nacionales (en un país de mucha influencia regional y de grandes reservas naturales, alimenticias y de otros recursos), repercuten en las grandes comunidades de extranjeros asentadas en el país, como pueden ser la judía y la islámica.
Luego de los atentados yihadistas de los años 1990 y hasta 2015, se vivió en un contexto de mucha tensión. Más allá de la diversas pistas seguidas por los investigadores y la casi certeza de la responsabilidad de grupos iraníes o tal vez sirios.
El desempeño de los servicios de Inteligencia y seguridad fue pésimo, y su accionar contaminado por los intereses políticos. Quizá los resultados que se esperan ver desde la perspectiva del ciudadano común, nos pasan desapercibidos por el complejo proceso por el que transita el Ciclo de Inteligencia, situación ajena como ya dije, al gran porcentaje de la población, debido, entre otras cosas, a las exigencias inherentes a su quehacer: el secretismo y el no atenerse a una única fuente de información.
Sintetizando, los pasos que integran el Ciclo de Inteligencia constan, desde la perspectiva de la información, de: la planificación para fijar el área de interés estratégico, la obtención de datos y el procesamiento de los mismos. La fase de Inteligencia comienza con el análisis de dichos datos y la producción de conocimiento a través de la elaboración de informes y documentos, la difusión y comunicación al usuario que lo solicitó en principio y, por último, una evaluación de los resultados sobre lo propuesto.
Más de veinte años después, en enero de 2015, el Fiscal Especial que todavía investigaba la causa AMIA (la Asociación Mutual Israelita Argentina), apareció muerto de un balazo en su departamento, un par de día antes de presentar una exposición en el Congreso de la Nación. Aún se desconoce si fue suicidio o asesinato.
El nuevo gobierno que asumió el poder en Argentina a fines de 2015 ha dado un nuevo giro diplomático, muy brusco, hacia una estrecha y renovada alianza con Estados Unidos. En este proceso se están descuidando otras alianzas geoestratégicas con naciones como China, Rusia, India, el llamado Mercosur o Mercado Común del Sur de los países de la región (inicialmente constituido por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y adhesiones de Venezuela y Bolivia), y, nuevamente, con países de Oriente Medio.
En este contexto, no se puede obviar la posibilidad de nuevas represalias del integrismo islámico.
En el caso de Argentina, y leyendo alguna bibliografía de investigación (Gerardo Young, Código Stiuso, 2015), se revela que sobre los servicios de Inteligencia pesa el estigma de su dependencia de los gobiernos de turno y con funcionarios que responden a distintos grupos de interés. También, que no existe una planificación estratégica sostenida en el tiempo, incluso en cuanto a niveles estables de personal capacitado, generalmente reemplazados por cuadros políticos y militantes.
La infiltración de los partidos políticos e instituciones por elementos antagónicos, así como las escuchas ilegales reveladas en casos locales, claramente ejemplificadas en varias oportunidades por los medios de comunicación y el ejemplo extremo vivido en Estados Unidos con la instauración de la Ley Patriótica luego de los atentados del 2001, atentan contra una vida cívica sana. Esta situación ya la anticipaba el sociólogo estadounidense Vance Packard en sus libros de los años 50 y 60 entre los cuales puede mencionarse "La sociedad desnuda".
De esta manera también los Servicios de Inteligencia se vieron ocupados por civiles en funciones políticas, muchos de los cuales con el devenir de los años utilizaron a sus contactos establecidos para usufructuar con la información obtenida o filtrada al ámbito público.
El Ciclo de Inteligencia falla desde el comienzo, con la inadecuada recogida de datos, peor procesamiento de los materiales y un mal uso y aplicación de los documentos finales. Muchos de estos documentos secretos dejaron de serlo para provecho de unos pocos. Funcionarios con poder decisorio los filtraron a determinados periodistas, como sucedió en un notorio caso a nivel nacional donde hubo condenas, solo para publicar notas exclusivas. Uno de estos periodistas fue director del ex Servicio de Inteligencia del Estado.
Toffler señala que las barreras, obstáculos y fronteras entre el ámbito de lo público y lo privado se vuelven difusos y avanzan hacia un complemento e integración o, por lo menos, su delimitación ya no es tan clara, tal como se avizora y se desprende del análisis del autor sobre la realidad palpable y el conocimiento como principal sostén del poder que suplanta a otras fuentes y estructuras.
A lo ganado y obtenido en las últimas décadas: Democracia, vigencia de los Derechos Humanos y una economía de mercado, aunque con serios vaivenes y oscilaciones según las alianzas económicas estratégicas con otros países, endeudamientos, etc., no hemos aportado en este contexto ningún tipo de valor agregado a la sociedad, en este caso: Seguridad.
Ante este panorama, y ante un posible (a mi parecer, muy probable), retorno del terrorismo yihadista a la región, provocado por eventuales y/o renovadas alianzas con otros países (por ejemplo, Estados Unidos), las naciones sudamericanas se encontrarían desprotegidas y mal preparadas para enfrentar este azote.
Considero que otro punto a destacar con respecto a países como Argentina o de la región (Sudamérica), es que carecen de planificación estratégica en materia de Política de Defensa, por lo cual se torna aún más complicada la labor de prevención, detección, disuasión y reacción ante estos hechos de violencia.
A este problema, se suma la incapacidad de la clase política dirigente y el desmantelamiento de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, llevado a cabo en las últimas décadas a partir del inicio de los nuevos procesos democráticos pos dictaduras cívico-militares.
Los gobiernos civiles, temerosos del pasado, no avizoraron este tipo de nuevos conflictos en un mundo cada vez más globalizado y conectado a través de las nuevas tecnologías de la comunicación, el conocimiento y la información.
De esta manera, y a partir de las décadas de 1980 y 1990, los países de la región se vieron imposibilitados de hacer frente a estas guerras de nueva generación.
Nuevas formas de terrorismo se han instalado en Argentina y la región. Sostienen los sociólogos Macionis y Plummer que, "para entender la naturaleza de muchas actividades delictivas se hace cada vez más necesario atender al contexto internacional y no sólo a lo que está ocurriendo dentro de las fronteras del país".
Actualmente, el narcoterrorismo es una preocupación acuciante y de difícil resolución. También cuenta con una identidad internacional ya que sus protagonistas, de diversas nacionalidades, se desplazan indistintamente atravesando fronteras y eludiendo todo tipo de controles. Se suman a esta cargada agenda delictiva, el accionar de las violentas maras centroamericanas, el tráfico de armas, la trata de personas y el lavado de dinero.
Otra pregunta clave es si los países latinoamericanos están en posición y/o situación de colaborar con otras naciones más preparadas en cuanto a estructura, planificación, experiencia y capacitación de sus Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad y Servicios de Inteligencia.
Desde esta última perspectiva, considero que nuestros países aún no aportan la suficiente ayuda y menos aún soluciones para mitigar las acciones del terrorismo internacional.
La mayor dificultad que presentan las culturas de supervivencia es que actúan por reacción ante las urgencias, hechos y amenazas. Sin una mínima estrategia previa que disminuya el riesgo se genera mayor incertidumbre y no se pueden tomar decisiones acertadas.
2.Lo esencial es invisible a los ojos:De Sun Tzu a la Yihad y los Servicios de Inteligencia
Entre los ideólogos antiguos y destacados se encuentra el estratega chino Sun Tzu, que sostenía en su tratado sobre el Arte de la Guerra (hacia el año 500 a.C.), y, entre sus postulados, la doctrina de la perturbación psicológica para enfrentar a sus adversarios.
Lo esencial es invisible a los ojos, puede decirse. Sun Tsu hacía hincapié en la planificación estratégica para disminuir los riesgos, a evitar los enfrentamientos innecesarios para no desgastarse y, entre otras cosas, en saber percibir lo que yace oculto.
De esta manera se plantea la cuestión de la agresión extranjera no militar que involucra y asume distintas formas de injerencia, desde las tácticas denunciadas en los años 70 por Dorfman y Mattelard en su libro "Para leer al Pato Donald", hasta la infiltración cultural del cine de Hollywood cargado de ideología.
En otros aspectos complementarios, en estos años se ha puesto en evidencia la influencia de las corporaciones mediáticas, precisamente desde aquellos años 90 pos Guerra Fría, con el nacimiento de la cadena CNN y su transmisión de la Guerra del Golfo.
Hecho que terminó de plasmar en la realidad lo que ya se avizoraba desde la investigación del caso Watergate en la que uno de los periodistas estaba ligado a través de lazos familiares con el Servicio de Inteligencia Naval.
De esto resulta que el poder de la información se ha constituido en un actor imprescindible utilizado a través de una de sus herramientas: el periodismo. Así, a través de la manipulación de la información y de una interferencia insidiosa se pueden derribar o ensalzar gobiernos.
Instalados en pleno siglo XX, y finalizada la Segunda Guerra Mundial, el escenario internacional se transformó. La Guerra Fría dio paso a nuevos intereses de tipo geopolítico, económico, demográfico y estratégico.
Se organizaron los modernos Servicios de Inteligencia y surgieron nuevos tipos de conflictos involucrando en la actualidad, y luego de la significativa caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética de la mano de Gorbachov, a las llamadas Guerras de Nueva Generación, es decir, esas formas del conflicto ya no solo posibles sino presentes e impredecibles para los cuales se necesita una doctrina estratégica propia que se adapte a un contexto de variabilidad constante como es el caso del terrorismo islámico.
Sostiene Alvin Toffler: "El conflicto es un hecho social inevitable" (...) "Los cambios llevan al conflicto y se traducen en una redistribución de los recursos del poder." Luego apunta que, "sin conflicto no hay progreso" y que, al igual que el conflicto, objeto de la estrategia, "el poder es inherente en todos los sistemas sociales y en todas las relaciones humanas" (...) "El sistema de poder incluye a todos, nadie se libra de él".
El conflicto que envuelve al integrismo islámico y su Yihad o Guerra Sagrada contra los países infieles, está signado por la mutua vigilancia, hostigamiento, uso de armas y ataque comunicacional, aspecto clave este último como se viene sosteniendo, ya que la incultura política también es producto de la "desinformación", la información conducida y/o manipulada.
La creación del Estado de Israel en 1948 dará paso a un nuevo azote o flagelo: el renacimiento del integrismo islámico, pero ya enfocado este, luego de conflictos como la Guerra de los Seis Días, a un nivel global en el impacto de sus acciones y propaganda, enarbolando la bandera de la opresión de sus pueblos por las potencias occidentales y ambicionando una expansión de connotaciones políticas y religiosas de la fe musulmana, representada en la Sharia, o el régimen de gobierno político sustentado en la interpretación del Corán en zonas donde ejercen el control, como sucediera en la época de su mayor esplendor a través de la figura de los Califas y un amplio dominio en Oriente Medio, ciertas zonas de India/Pakistán, Península Arábiga, Norte de África, Este de Europa, Turquía y Península Ibérica.
Aquí subyacen el ideal y la aspiración actual de constituir un nuevo Estado Islámico supranacional, al menos en la unidad de su espiritualidad, y en determinadas ocasiones en las que puedan asumir el protagonismo conjunto en el plano internacional, a pesar de sus territorios dispersos, alzándose como una sola voz. Pretenden ser fieles representantes de las aspiraciones políticas y culturales de sus pueblos y se sacrifican al cultivo de los valores que expresan su identidad.
Por el momento apuntaría a que los futuros escenarios se presentan muy complicados o complejos. Más allá de Al Qaeda, nuevos grupos integristas islámicos surgen o se conforman en redes esparcidas por todo el mundo.
Sus células, activas o en espera de actuar, ¿mantienen contacto entre sí?, aunque es imposible saber a qué nivel tan alto, más allá del mandato de sus líderes, el cruce e interacción en diversos campos de entrenamiento o con sus reclutadores.
Ya comenté mi preocupación por un posible retorno a la Argentina de este tipo de acciones terroristas luego de los atentados de 1992 y 1994, más el asesinato del hijo de un Presidente. Para Europa el panorama no se presenta mejor, siendo casi todos estos países aliados de Estados Unidos o con intereses en Oriente Medio.
Asimismo, en todos estos países (Argentina no es la excepción), proliferan las Mezquitas y grandes comunidades de inmigrantes musulmanes, con el agravante de lo señalado por algunos autores, es decir, la difícil tarea de determinar perfiles de autor, con sus características o tipologías y establecer, de esta manera, un patrón identificatorio. Se presenta un cuadro muy heterogéneo en estos sujetos. Ya sean líderes yihadistas exiliados (en Argentina actuaron con impunidad pese a estar vigilados por los servicios de Inteligencia), los inmigrantes de segunda o tercera generación y una de las mayores preocupaciones (quizá más ligada a los países europeos), la de los conversos o del terrorismo autóctono de origen interno.
No sólo las Mezquitas dispersas en el extranjero como asiento ideológico y/o religioso, sino la efectiva capacidad de reclutamiento por internet, como ya está demostrado, preocupa.
A pesar de esto el endurecimiento de la legislación del tipo represivo puede resultar hasta contraproducente (pienso en la llamada Ley Patriótica impuesta por el gobierno de Bush al pueblo estadounidense luego del 11/S).
Quizá resulten medidas de carácter más meritorio aquellas de tipo estructural como las de atacar las causas de la segregación a la que aluden o en la cual se encuentran insertos los inmigrantes y buscar una mayor integración.
Según lo relatado por algunos líderes de la red Al Qaeda en cartas interceptadas por distintos servicios de inteligencia occidentales, ¿el movimiento yihadista presenta en la actualidad aspectos de debilidad? Si observamos su expansión y fusión con otros grupos terroristas en el norte de África, quizá no. Su influencia pareciera extenderse.
Por otro lado, se percibe una preocupación seria por las divergencias ideológicas (religiosas y sectarias), en metodología de acción (político-estratégicas), y en la puja por los liderazgos regionales y aún en los más altos niveles. Contribuye a esto, desde mi punto de vista, la acechanza y eficacia de Estados Unidos en la eliminación sistemática de muchos de sus cabecillas. Difíciles de reemplazar o, en el caso de los nuevos liderazgos, inexpertos para la conducción. La descentralización del movimiento tampoco contribuye a una buena comunicación y, en varios casos, alienta una labor sediciosa sin coordinación.
Los ataques indiscriminados hacia el interior de sus comunidades, con blancos fallidos o víctimas inocentes, han producido perjuicios económicos y de diversa índole en los propios países musulmanes que los cobijan.
Esta imposibilidad de los jerarcas sin experiencia en saber comunicar a la masa musulmana el mensaje de su lucha les hace perder apoyo y crea mayores disidencias hacia el interior de la red.
Nuevos grupos terroristas están tomando notoriedad, ¿esto se debe al debilitamiento aparente de Al Qaeda, a las luchas por el poder en su propio seno? En todo caso, creo que entre otras preocupaciones que los acechan, aparte de las mencionadas, están aquellas vinculadas a ganarse el favor de los clérigos, de notoria influencia moral en el pueblo musulmán y en cuyas mezquitas dispersas a nivel global pudieron encontrar puntos de reunión y hasta de planificación en ataques y atentados pasados.
También se percibe una nueva estrategia geopolítica por parte de estos grupos integristas musulmanes. La de establecerse y parapetarse en zonas de control y/o regiones y ciudades como base de una futura y progresiva expansión territorial, así como el establecimiento de nuevos y permanentes campos de entrenamiento otrora destruidos por las represalias estadounidenses y del Mossad. Se revela entonces otra faceta, más allá de la propaganda yihadista radicalizada a través de mensajes en los medios de comunicación, o la de la violencia ocasional para sembrar el miedo: la necesidad de mantener con tenacidad vivo el movimiento a través del tiempo y con paciencia para adoctrinar a las nuevas generaciones a la espera de un triunfo futuro. A los actuales líderes terroristas les queda claro que la victoria de sus ideas no la verán en el transcurso de su vidas. Ni siquiera aspiran o entrevén la derrota militar de sus enemigos, apuestan a su desangrado y al impacto de una violencia que es real y ostensible en cuanto a los daños económicos, políticos y de imagen que provoca.
Desde mi punto de vista, existe esa lucha soterrada de poder por la supremacía de la influencia geopolítica que involucra diversos aspectos, el anticolonialismo para unos, la reserva de los recursos naturales para otros y, en fin, otra multitud de consideraciones.
¿Por qué no avizoro en el corto plazo que se esté ganando la guerra al terrorismo yihadista?
Entre otras razones, por lo que se desprende de los materiales de diversas investigaciones: Que las redes de terroristas tienen una capacidad organizativa más flexible, o sea, una ausencia de estructuras rígidas que las vuelven más fácilmente manejables, con el agravante de estar unidas por sistemas informáticos y de telecomunicaciones, de los cuales son especialistas.
No sólo es un flagelo que afecta a Europa y Estados Unidos. Incumbe al mundo occidental y a todo país sujeto a la dominación ideológica a través de la propaganda y el miedo.
Un asunto crucial para el desarrollo que se ha producido en los últimos años de la llamada infoguerra. Un panorama preocupante, y una situación en cuya veloz evolución muchos de nosotros no participamos.
En el fondo preocupa la metodología utilizada por el terrorismo yihadista islámico en cuanto a salvajismo, propaganda y miedo, envueltas todas sus acciones en motivaciones no solo políticas sino también religiosas, intolerantes y cercenadoras de la libertad humana, hasta de sus propios pueblos y, más aún, de género, con sus postulados e intentos de imponer, como ya mencioné, la legislación islámica o Sharia en las zonas donde puedan influir o ejercer control.
Sostiene Toffler: "Hay muchas herramientas o palancas del poder diferentes" y aquí señala como a las más importantes a la violencia, la riqueza y el conocimiento. Luego dice: "El conocimiento confiere el poder de la más alta calidad" y después: "El conocimiento está peor distribuido todavía que las armas y la riqueza."
La crisis y posterior Guerra del Golfo de 1990/1991 incluye, como ya mencioné, lo que puede considerarse un hito en estas guerras de nueva generación: El despliegue mediático llevado a cabo por la cadena CNN sobre dicho conflicto. Creo que ese momento histórico crucial y el desarrollo de las nuevas redes precipitó aún más el auge del terrorismo internacional, ávido de puestas en escena espectaculares y golpes publicitarios. Pocos años después tenemos el caso del atentado a las Torres Gemelas y la ola de atentados padecida por Europa. Asimismo, como ya dije, en Argentina.
Creo que el terrorismo yihadista canalizó esa experiencia y se apropió de esta tecnología de las comunicaciones y la información. ¿Cuánta mayor espectacularidad e impacto hubiera tenido el secuestro de los atletas israelíes en las Olimpíadas de 1972? O los secuestros de aviones de pasajeros en la década del 70, en Uganda, por citar algún que otro ejemplo. ¿O el secuestro de Eichman en Buenos Aires?
Uno de los problemas más atrayentes que se plantea, y aquí doy un nuevo giro para el abordaje del fallido accionar en el proceso del Ciclo de Inteligencia llevado a cabo por los Servicios, y que ha llevado a la casi desarticulación de los mismos en sus distintos niveles de eficacia y pérdida de prestigio, es aquel problema, repito, que involucra a los grupos de connivencia y/o redes informales de personas que se agrupan motivados por intereses comunes o afines y que pueden llegar a destruir a cualquier organización por dentro. Un caso concreto es el de los Servicios en Argentina y sus múltiples complicidades dadas a conocer en los últimos años a través de diversos sucesos, como otrora lo fue con efectos devastadores y gran repercusión y, por supuesto, en una mayor escala de peligrosidad por el contexto de la época en plena Guerra Fría, el accionar por largos años del llamado círculo de espías de Cambridge, reclutados para la Unión Soviética a partir de los años 30 en las universidades, y que lograron infiltrarse hasta los más altos estamentos de los servicios secretos y de Inteligencia británicos, causando severos daños.
Según Toffler: "Una estructura informal a partir de las redes de lealtades personales o coaliciones de intereses que surgen en el seno de la organización". Las sociedades y las empresas están plagadas de diversos tipos de redes por las cuales circulan la información y la influencia.
Para los sociólogos Macionis y Plummer: "Si la estructura informal funciona en beneficio exclusivo de determinados grupos dentro de la organización, entonces toda la organización puede llegar a resentirse".
"Dentro de la organización pueden coaligarse personas con intereses afines o complementarios y conseguir, eventualmente, torcer el rumbo o cambiar los objetivos de la organización". "Los subordinados, por supuesto, pueden también erosionar la estructura formal de la organización".
Quizá los grupos terroristas islámicos podrán sobrevivir en estas circunstancias, sobre todo cuando es casi imposible infiltrarlos. Al respecto, hay una película reciente del director Ridley Scott, traducida como "Red de mentiras", en la cual quedan reflejados los inconvenientes de los actuales servicios de Inteligencia occidentales para combatir y coordinar acciones contra este flagelo. Tal vez un reflejo de su estado desarticulado o desprestigio en algunos casos, padecidos al finalizar la guerra fría, como en los casos de la CIA y el Mossad. Son los jordanos lo que consiguen el objetivo de infiltrar estas organizaciones. Para sintetizar, y quizá como breve moraleja, se podría decir que sólo un trabajo conjunto y coordinado de países aliados podría socavar de a poco, y en su propio territorio, el accionar del integrismo islámico, sin necesidad de guerras preventivas y sus daños colaterales. La idea es, sin desmedro de los imprescindibles medios tecnológicos actualmente en uso, revalorizar la tarea de la Inteligencia humana.
En un Estado moderno es exigible una Política de Defensa a fin de poder prever, accionar y repeler a la agresión (capacidad de réplica), llevada a cabo por uno o varios Estados en contra de su soberanía o poder nacional, así como la del actual integrismo islámico. No solo como estructura que articule medidas anticipatorias (vista como Inteligencia del Estado), sino también como aparato de disuasión (medidas indirectas) ante posibles situaciones conflictivas y agresiones (guerra limitada y, aún más: intervenciones insidiosas y atentados terroristas), contribuyendo a evitarlas y mantener el statu quo o equilibrio, ya se trate a través de alianzas, otros espacios internacionales o el control de armas, por citar unos pocos ejemplos.
Una Política de Defensa contribuye a diseñar opciones estratégicas, establecer procedimientos y modalidades y construir un lenguaje estratégico propio según el contexto geopolítico.
Atentado a la Embajada de Israel en Argentina en 1992 (29 muertos).
Atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994 (85 muertos).
Bibliografía básica
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“Munich”, DreamWorks/Universal, 2005, Director: Steven Spielberg
“Red de mentiras”, Warner Bros. Pictures, 2008, Director: Ridley Scott.
“Rescate en Entebbe”, varias versiones (1976, 1977 y otras).
“Todos los hombres del Presidente”, Warner Bros. Pictures, 1976, Director: Alan J. Pakula.
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