Revista Cine

El Escritor

Publicado el 31 marzo 2010 por Tonicerocerosiete

El Escritor

Os pongo los estrenos de la semana pasada que se me han pasado completamente.

Drama – Misterio – Thriller
Alemania – Francia – Reino Unido – USA
Duración: 128 minutos
Año: 2010
Estreno: 26/03/2010

Ficha técnica:

Director Roman Polanski

Guionista Roman Polanski
Robert Harris

Productor Robert Benmussa
Alain Sarde
Timothy Burrill
Roman Polanski

Música Alexandre Desplat

Fotografía Pawel Edelman

Montaje Herve De Luze

Reparto:

Ewan McGregor El Escritor

Kim Cattrall Amelia Bly

Olivia Williams Ruth Lang

Pierce Brosnan Adam Lang

Timothy Hutton Sidney Kroll

Tom Wilkinson Paul Emmett

Robert Pugh Richard Rycart

James Belushi John Maddox

Eli Wallach Anciano

Jon Bernthal Rick Ricardelli

Sinopsis:

Cuando un escritor acepta terminar las memorias del antiguo primer ministro ADAM LANG, su agente le asegura que se trata de la oportunidad de su vida. Pero el proyecto parece condenado desde un primer momento, empezando por el hecho de que su predecesor en el mismo, que llevaba muchos años como ayudante de Lang, muriera en un desgraciado accidente.

El Escritor toma un vuelo para trabajar en el proyecto, en pleno invierno, en una casa junto al mar de una isla en la costa este de Estados Unidos. Sin embargo, al día siguiente de llegar, un antiguo ministro británico del gabinete de Lang acusa a éste de autorizar la captura ilegal de sospechosos de terrorismo y su posterior entrega a la CIA para que los torture, hechos que están considerados como crímenes de guerra. La controversia atrae a periodistas y manifestantes en masa a la mansión de la isla donde se aloja Lang con su mujer, RUTH, y su ayudante personal (y amante), AMELIA. Al ponerse El Escritor a trabajar en el libro, empieza a descubrir pistas que sugieren que su predecesor podría haber tropezado con un oscuro secreto que vincula a Lang con la CIA, y dicha información está oculta de algún modo en el manuscrito que dejó tras su muerte. ¿Estaba Lang al servicio de la agencia americana de inteligencia mientras fue primer ministro? ¿Y fue asesinado el predecesor de El Escritor por la terrible verdad que descubrió?

Este evocador thriller político rebosante de suspense y cargado de temas de actualidad ofrece una historia de engaño y traición a todos los niveles, sexual, político y literario. En un mundo en el que nada, ni nadie, es lo que parece, El Escritor descubre rápidamente que el pasado puede resultar mortal y que la historia la decide quienquiera que sobreviva para escribirla.

Sinopsis completa
Cuando a un escritor le ofrecen el trabajo de escribir las memorias de un controvertido antiguo primer ministro británico, la idea no acaba de convencerle desde un primer momento, empezando por el hecho de que la última persona que intentó realizar el encargo acabó muerta, aparentemente tras caer desde un ferry. Pero El Escritor, como se refieren al personaje en todo momento, acepta el encargo igualmente, ya que su agente asegura que es una gran oportunidad por la que le pagarán generosamente, aunque sea un trabajo duro. La editorial de Londres le exige que el libro esté terminado en menos de un mes, por lo que no le queda más remedio que viajar a Estados Unidos esa misma noche para ponerse a trabajar, concretamente a la casa del propio editor en una isla de la costa este, donde el antiguo primer ministro, ADAM LANG, se aloja durante una gira de conferencias por Estados Unidos.

De inmediato, las cosas empiezan a torcerse. Primero, asaltan a El Escritor de camino a su casa. Luego, mientras espera a que salga su vuelo en el aeropuerto de Heathrow, se entera de las últimas noticias sobre Lang en una televisión del aeropuerto: el antiguo primer ministro ha sido acusado de capturar ilegalmente a sospechosos de terrorismo en Pakistán y entregárselos a la CIA para que los torture, una alegación que, de ser cierta, lo convertiría en un criminal de guerra según las leyes internacionales y británicas. A su llegada a los Estados Unidos, de camino a la isla, El Escritor se encuentra montado en el mismo ferry desde el que el anterior escritor en la sombra, MIKE McARA, supuestamente cayó dos semanas antes.

Al llegar a la mansión de lujo del editor, El Escritor la encuentra bajo estrictas medidas de seguridad, vigilada por un equipo de agentes británicos. También encuentra una atmósfera de descontento. Lang y su mujer, RUTH, tiene problemas de pareja, y Lang tiene una aventura con su asistente personal, AMELIA. Amelia hace firmar a El Escritor un acuerdo de confidencialidad antes de mostrarle el manuscrito, y tiene que prometer no sacarlo del edificio. El Escritor se acomoda para ponerse a trabajar, y queda pasmado y espantado por lo insulso y mal escrito que está el libro. Ruth aparece y le pregunta lo malo que es. Responde diplomáticamente. Más tarde, El Escritor la acompaña al aeropuerto local para conocer a Lang, que llega en un avión privado con el logotipo corporativo de una compañía llamada Hatherton. Tras ser presentados, El Escritor se registra en un pequeño hotel.

Al día siguiente, El Escritor tiene su primera sesión de entrevista con Lang, en la que graba la conversación y toma anotaciones, que utilizará para escribir su propia versión de las memorias. Lang le cuenta que no le interesó la política hasta que se enamoró de una chica que hacía campaña entre los votantes de unas elecciones locales. Esa chica, explica, era Ruth, convertida ahora en su mujer. Más tarde, la polémica política que gira en torno a Lang se intensifica cuando el antiguo ministro británico de asuntos exteriores, RICHARD RYCART, pide al Tribunal Penal Internacional de La Haya que investigue la supuesta implicación de Lang en los tristemente famosos vuelos secretos de la CIA. Se desata un auténtico torbellino en los medios, y El Escritor acepta escribir una declaración para los medios en nombre de Lang que refuta todas las acusaciones de Rycart y sugiere que están motivadas por una venganza personal, ya que Lang destituyó a Rycart mientras aún estaba en ejercicio. La editorial pide a El Escritor que termine el libro en menos tiempo todavía (dos semanas) para intentar sacar el máximo partido de la publicidad que rodea a Lang.

De vuelta en su hotel, El Escritor se topa con un DESCONOCIDO que busca a Lang y, cuando regresa más tarde a su habitación, descubre que alguien se ha colado en ella y ha registrado sus pertenencias. Al día siguiente, el hotel de El Escritor se llena de periodistas que esperan una rueda de prensa desde el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Amelia pide a El Escritor que deje el hotel y se aloje mejor en la casa de la playa. El Escritor accede y, mientras lo llevan a la casa, pasa junto a un grupo de manifestantes. Entre ellos se encuentra el desconocido, que grita por la ventanilla del coche que El Escritor trabaja para un asesino (el desconocido perdió un hijo que servía en el ejército en lo que califica como una de las “guerras ilegales” de Lang).

En la casa, deciden alojar a El Escritor en el mismo cuarto en el que estuvo McAra antes de morir. Después de que Lang y su séquito partan rumbo a Washington en busca de apoyo político, El Escritor encuentra un sobre en su cuarto que contiene parte del material de documentación de McAra, donde se incluyen fotos antiguas de los tiempos de Lang en Cambridge y una fotocopia de su carnet original de miembro del partido. La fecha de dicho carnet sugiere que Lang estaba metido en política mucho antes de enamorarse de Ruth, lo que contradice la historia que le contó. El Escritor encuentra también un número de teléfono y decide llamar. Se sorprende al oír a Richard Rycart responder el teléfono, por lo que cuelga de inmediato. El Escritor empieza a sospechar que la muerte de McAra podría no haber sido un accidente ni un suicidio, después de todo.

El Escritor decide ponerse a investigar y se acercar en bicicleta a la cala cercana donde apareció el cuerpo de McAra. Allí se topa con un anciano que conoce las corrientes y le dice que no es posible que el cuerpo de alguien que cayera del ferry pudiera acabar arrastrado hasta la orilla de la cala. También se entera de que una anciana le dijo a la policía que vio luces de linternas en la playa la noche en que murió McAra, pero esa mujer está ahora en coma tras caer por unas escaleras hace una semana. El Escritor sospecha juego sucio y, con Lang aún en Washington, comparte lo que ha averiguado esa noche con Ruth; tras una velada cargada de tensión, acaban en la cama juntos.

Al día siguiente, El Escritor anuncia su decisión de regresar a su hotel con intención de restablecer cierta distancia profesional. Explica a Ruth que no tiene intención de seguir adelante con sus averiguaciones, dado que sólo es un “biógrafo clandestino”, no un periodista de investigación. Al volante de un todocamino reservado para invitados, se dirige a su hotel. Mientras conduce, el sistema de navegación vía satélite empieza a darle instrucciones paso a paso para llegar a su último destino. El Escritor intenta desactivar el sistema de navegación, pero acaba por desistir y decide ver adónde le lleva. En vez su hotel, el coche le lleva a la terminal del ferry. A estas alturas, El Escritor sospecha que está siguiendo la misma ruta que tomó McAra la noche de su muerte. Sube en el ferry y continúa siguiendo las instrucciones del sistema de navegación, hasta llegar a su destino: una recóndita casa en un camino rural cerca de Boston.

El nombre que figura en el buzón, profesor Paul Emmett, le resulta familiar. Al revisar su documentación, reconoce a Emmett en varias fotos con Lang en Cambridge. Es más, comprueba que el último capítulo del manuscrito de McAra empieza de hecho con una referencia a Emmett. Instantes después, llega un coche a la propiedad en el que van Emmett y su mujer. El Escritor consigue hablar con Emmett y lo interroga sobre su vínculo con Lang, pero Emmett insiste en que apenas se conocían. Tan solo actuaron en la misma obra de teatro en Cambridge, y luego, muchos años más tarde, Lang estuvo presente en una recepción para una organización que Emmett dirige, llamada Arcadia Institution. Al preguntar por el motivo por el que McAra condujo hasta aquí para ver a Emmett la noche de su muerte, Emmett asegura no saber nada sobre el asunto y pide a El Escritor que se vaya.

Mientras se aleja, El Escritor se fija en un gran sedán detenido a cierta distancia detrás de él. Cree que ha logrado despistar a sus perseguidores pero, cuando intenta subir a bordo del ferry para regresar a la isla, se da cuenta de que todavía lo siguen. Consigue saltar del ferry justo cuando suelta amarras y se registra en un motel local. Asustado, sin salida alguna antes de la mañana y sin nadie más a quien poder recurrir, decide llamar de nuevo al número de Rycart y hablar esta vez con él. Rycart le pregunta si tiene el manuscrito de las memorias de Lang. El Escritor responde afirmativamente. Rycart le pide que se quede donde está.

Para hacer tiempo mientras espera a Rycart, El Escritor investiga la Arcadia Institution en su portátil y descubre una maraña de relaciones entre el comité de expertos angloamericano, Emmett, Lang, el Hatherton Group (cuyo nombre estaba estampado en el avión privado de Lang y está vinculado con los vuelos secretos de la CIA) y la propia CIA. Además, descubre que Emmett era agente de la CIA cuando conoció a Lang en Cambridge. El Escritor queda atónito. Ruth llama para preguntarle dónde está: la policía ha descubierto su coche abandonado en el ferry. Le asegura que está en la terminal del ferry pero, cuando ella pregunta por qué ha ido al continente, miente y explica que tenía que ir a Nueva York para ver al editor. En ese momento, llaman a su puerta y cuelga.

Se trata del guardaespaldas de Rycart. Pide a El Escritor que recoja todo y le acompañe. Lo lleva al aparcamiento, donde espera Rycart. Van a una cafetería local. Rycart quiere ver el manuscrito. Explica que McAra le estaba ayudando a preparar su caso contra Lang sobre los vuelos secretos de la CIA. Pero McAra le dijo a Rycart que había descubierto algo más gordo, algo que le daba sentido a todo lo que había salido mal durante la administración de Lang. McAra no quiso contarle a Rycart de qué se trataba por teléfono, diciendo únicamente, de manera críptica, que la verdad estaba toda allí, en “el principio” del manuscrito El Escritor le entrega el manuscrito, aunque lo considera aburrido y cree que no contiene nada significativo: a lo que McAra se refería con “el principio” era al tiempo que Lang pasó en Cambridge, cuando conoció a un agente de la CIA: Emmett. Rycart, sumamente agitado, plantea que Lang estaba en realidad al servicio de la CIA durante su mandato, tesis que explicaría por qué cada decisión que tomaba servía a los intereses de los Estados Unidos. Y McAra probablemente fuera asesinado por descubrir ese secreto.

Llegados a este crucial punto de su conversación, Lang llama desde su avión privado y se ofrece a recoger a El Escritor en la terminal del ferry y llevarlo de vuelta a la isla, para poder seguir trabajando en el libro. A instancias de Rycart, El Escritor acepta ir. Pero se muestra reacio, y más todavía cuando Rycart desvela que ha estado grabando su conversación, y hará que el Tribunal Penal Internacional de La Haya lo cite a menos que acepte ayudar a atrapar a Lang.

El Escritor se reúne con Lang en su avión privado y le plantea directamente la teoría de Rycart, pero Lang se ríe y parece no creer sinceramente las afirmaciones. Asegura que jamás aceptaría órdenes de nadie y que tomó las decisiones que tomó mientras era primer ministro porque las consideraba correctas. Después, cuando el avión aterriza en el aeropuerto de la isla y los pasajeros caminan hasta la terminal, se oye un disparo y Lang cae, muerto. El desconocido le ha disparado y es a su vez abatido a tiros por los agentes de seguridad de Lang. El Escritor es interrogado por unos desconfiados agentes del FBI, que luego lo ponen en libertad.

A pesar de los recelos de El Escritor, su agente lo convence para que termine el libro y, cuatro meses después, se lanza con una fastuosa fiesta de publicación en Londres, a la cual Amelia invita a El Escritor Ruth está allí, firmando copias. Como recuerdo, El Escritor entrega a Amelia el manuscrito original de McAra. Ella explica que la razón por la que había que mantenerlo bajo unas medidas de seguridad tan estrictas era que los norteamericanos creían que el libro suponía una posible amenaza a la seguridad nacional, algo relativo a “los principios”. “¿El principio?” pregunta El Escritor, haciéndose eco de las palabras de Rycart. Ella corrige: “principios”, en plural. Entonces, El Escritor ve a Emmett en la fiesta, hablando con Ruth. Amelia le comenta que Emmett fue tutor de Ruth en Harvard El Escritor se lleva el manuscrito de McAra a un cuarto trasero y lo hojea, preguntándose qué querría decir McAra con que la verdad se encontrara “en los principios”. Resuelve el acertijo al anotar la primera palabra de cada capítulo: “La… Mujer… de… Lang… Ruth… Fue… Reclutada… Como… Agente… de… la… CIA… por… el profesor Paul Emmett, de la Universidad de Harvard”.

El Escritor anota la frase en un trozo de papel, lo dobla y se lo hace llegar a través de la gente a Ruth, que está pronunciando un discurso en recuerdo de Lang y McAra. Cuando Ruth lo lee, se queda de piedra y mira a El Escritor,que alza una copa de champán para brindar en su honor. Asustada, baja rápidamente del estrado, pero Emmett le susurra algo tranquilizador. Fuera, El Escritor intenta parar un taxi, se mete en la calzada y se sale del encuadre, justo cuando un coche acelera hacia él. Se oye un terrible choque. Mientras la gente acude corriendo al lugar del accidente, las páginas del manuscrito son arrastradas por el aire en un remolino de papel, que pasa por delante de un póster en el que puede verse el impasible rostro de Adam Lang.

Trailer:


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