Leído en el 20 minutos:
El llamado escritor de la Puerta del Sol, regala su obra a los viandantes.
Al parecer, Rafael Nebrera ha autoeditado en Bubok su novela Manual para el perfecto gaznápiro y la regala a las puertas del Metro, aunque algunos parecen algo extrañados por esa decisión. ¿Gratis? ¡Si no hay nada gratis!
Veo que en Bubok la tiene a 3,75 la descarga online y a 15 euros el libro físico, por lo que supongo que quizás lleva a cabo una especie de promoción que incluso le ha llevado a salir en el 20 minutos, ergo con publicidad inesperada incluida. De todos modos, creo que debería mantener al menos la descarga también gratuita, para ser consecuente.
¿Vale todo? ¿Qué cuenta más, que te lean o obtener una ganancia económica?
¿Regalar puede ser una buena forma de promoción o no sirve de nada?
¿Descarga gratuita equivale a lectura?
¿El libro electrónico matará a la estrella del papel?
¿Las descargas gratis matarán los sueños del escritor tradicional?
Es evidente que Rafael está invirtiendo su dinero porque comprar los libros físicos en Bubok tiene un coste. Calculo que mínimo 8 euros, así que su esfuerzo es considerable, aunque quizás sea un modo de invertir en publicidad y un editor interesado finalmente acepte publicar su obra de modo tradicional. Suerte, Rafael.
(Auto-Promo aprovechando el post: Que conste que las 3 novelas que yo tengo en Bubok están con descarga gratuita, así que quien lea esto y quiera lectura gratis, puede ir desfilando hacia la web...:)
Estadísticas:
Como un dios: 259 descargas (en aproximadamente 1 año)
Tilak el Sabio: 285 descargas (ídem)
Jo, Arbert Bernat (novela en catalán, premiada): 54 descargas (en un mes)
Aproximadamente son 600 descargas, pero ¿corresponden a 600 lecturas reales? De todos modos, ¿acaso ninguno de vosotros ha comprado un libro y lo ha dejado abandonado en el estante? Me doy por satisfecha hasta que llegue mi momento de publicar en forma "tradicional" una de mis novelas (muchos de mis relatos ya han sido publicados en forma "tradicional" y por esa parte ya estoy contenta). Quizás la última, LHDE, cuyos dos lectores (gracias desde aquí, ¡son 600 páginas...!) me dicen que están disfrutando con su lectura. Espero que un día de éstos algún agente acepte mi propuesta; porque sí, estoy intentándolo por esa vía tras un rechazo por la única editorial donde la he enviado.
Por cierto, atentos al próximo post acerca de Cómo conseguir agente literario: Difícil, pero no imposible.