Roman Polanski recrea uno de los trabajos más abyectos: ser escritor de otros, para narrar un thriller (2010) con claros visos geopolíticos y éticos enmarcados en el oficio de escribir como escritor fantasma. En internet se encuentran páginas dedicadas a contratar este tipo de encargos. Se trata de mejorar lo que muchos no logran: escribir bien.
Este realizador se gana otro premio a mejor director en Berinale 2010 con este film adaptación de una novela de Robert Harris que recrea la historia de un escritor (Ewan Mc Gregor) que acepta ser el escritor fantasma de las memorias de un ex primer ministro británico (Pierce Brosnan) por una razón: la alta suma que obtendrá por sus servicios.
De nuevo el director pone a su protagonista en un lugar y en situaciones extremas que lo enfrentan a sí mismo. A su lado, la insatisfecha esposa del político (Olivia Williams) y su eficiente asistente (Kim Cattrall) sobreviven al escándalo y al ataque de la opinión pública y los medios de comunicación por un episodio nefasto en la vida de este ejemplar de la élite política inglesa.
En medio de la crisis, el escritor debe eficientemente construir su historia, mientras le persiguen los fantasmas del anterior escritor muerto en extraña circunstancias; la inhóspita isla en la que se recluye con sus contratantes y el peligro oculto que poco a poco emerge para atacarle mientras descubre los siniestros hilos del poder que se mueven a pesar de sus buenas intenciones.
Pronto evidencia que lo que parecía un trabajo más va adquiriendo dimensiones desconocidas que le llevan a situaciones fuera de su alcance. De nuevo Polanski toma a su personaje retándolo y enfrentándolo a situaciones extremas mientras los espectadores le seguimos sin aliento.
El elenco es efectivo y Pierce Brosnan es un primer ministro creiblemente acorralado, Olivia Williams se luce como Ruth las esposa desengañada mientras su contraparte femenina (Kim Cattrall) presta de manera sobria su ya usual sensualidad, para componer a esta fría y calculadora asistente que sabe como moverse en las arenas movedizas de la política aunque al final de la película se reacomoden las fichas de este rompecabezas, que sugiere la importancia de seguir las intuiciones antes de aceptar un trabajo.