Revista África
Ya están en Smara Candi, Andrea y Lena. Han llegado con bien, y hoy mismo están ya trabajando. Y tienen más suerte que nosotros, porque lo que vemos en esta imagen, para ellas es real: han estado allí, lo han pisado, lo han tocado. Y, sobre todo, lo han imaginado.
Porque esta foto no es un recuerdo de lo que fue, sino un "recuerdo" de lo que será. No es la ruina de un anfiteatro romano, sino el nacimiento de "la curva", lo que será el Salón de Lectura del Nido del Bubisher. Y detrás, el "jaus", el patio en el que nos sentaremos a charlar, a leer cuentos. De momento, en esta primera fase, el espacio del salón de lectura todavía no quedará cerrado, de modo que será también "jaus". Tendrá un poyete corrido, según los proyectos de Clara y Roge, y seguramente también una sombra. Es imposible no pensar en lo que todo eso significará dentro de unos tres meses, cuando inauguremos "El Nido". Más atrás aún se ve lo que será la vivienda, el beit. Y al fondo, el edificio de oficinas de Hegoa, un poco prolongación nuestra, o el Nido de ellos: buenos vecinos.Ahora que casi comienza el año, hay que recordar que no solo necesitamos socios (que sí, que los necesitamos), sino también voluntarios. La crisis, y tal vez cierta psicosis sobre la estabilidad del Magreb, han hecho que el flujo haya disminuído por primera vez en estos tres años. Cuando se vayan las tres voluntarias que han llegado esta madrugada, habrá de nuevo un pequeño vacío. Cada vez tiene menos importancia, porque Daryalha y Memona funcionan ya con autonomía, sobradas. No es porque lo necesitemos, sino porque tú, que estás leyendo, eres el que tal vez lo necesite. Si aún hay quien dude, que no lo haga: será una experiencia de las que hacen cambiar el curso de una vida. Una curva, también.