Revista Historia

El espectacular rescate de Mussolini

Por Joaquintoledo

El espectacular rescate de Mussolini
Mientras los germanos trataban de mantener el control en Italia frente a unos traicioneros fascistas, y se preparaban para lo que parecía un inminente desembarco en Salerno, el 25 de junio de 1943 Mussolini ya estaba arrestado.

Obviamente, la inteligencia nazi lo buscaba desesperadamente. ¿Qué fue lo que sucedió exactamente? Ese mismo día a las 17:00 Mussolini entabló una reunión con el rey, llegada la hora y durante ese lapso el general Castellano se enteró de que al salir de allí, el Duce sería arrestado, y en efecto así fue. Sin embargo, no debe entenderse “arresto” en todo el sentido de la palabra, pues a decir verdad, difería bastante de lo que realmente esto significa. Antes que nada, Mussolini gozaba de inmunidad como miembro del Parlamento, y su figura tenía aún cierta popularidad. Recordemos que para junio, no había ningún levantamiento del pueblo aún pues el frente italiano no se había abierto, si bien faltaban algunos días. En pocas palabras lo que realmente sucedió fue que el capitán Vigneri fue al encuentro de Mussolini y le comunicó que debía subir a una ambulancia con algunos agentes, explicándole con cortesía y firmeza que se trataba tan solo de una medida de seguridad para protegerlo de cualquier sublevación. Así entonces un Mussolini sospechoso llegó en ambulancia al cuartel de carabineros de Roma, y el capitán Vigneri informó al coronel Linfozzi que el Duce se quedaría con ellos. El teléfono fue cortado y Mussolini trasladado a un cuartel en Vía Legnano siendo instalado en el despacho del comandante, por si fuera poco se colocaron algunos guardianes en el pasillo. A esta altura está de más decir que Mussolini ya no tenía dudas de lo que se trataba, no obstante el trato cordial y sospechoso le suscitaba dudas.
Por lo pronto era el primer día de un total de cincuenta en los que Mussolini sería trasladado de un lugar a otro sin oponer resistencia. En aquel momento sólo confesó su intención de trasladarse a su casa Rocca delle Caminate en la Romagna. A todas luces era un golpe de estado, y como mencionamos a grandes rasgos en el primer capítulo de este hecho histórico, el nuevo gabinete estaba dirigido por Pietro Badoglio, como primer ministro, y detrás de él seguían figuras como Galeazzo Ciano y Víctor Manuel III, el rey. Badoglio pensó en acceder a lo que Mussolini deseaba (ser trasladado a la Romagna), pero luego decidió que no era conveniente, por lo demás entonces se trasladó al Duce hasta Gaeta, para ello Mussolini subió a la corbeta Persefone y fue trasladado a la isla de Ponza, si bien es conocido que protestó ligeramente, pues allí se encontraba Zaniboni, quién alguna vez atentó contra su vida, lo que representaba una humillación total. En Ponza Mussolini permaneció unos diez días. Al tercero, su familia enterada de que dormía sobre un somier, y que utilizaba su chaqueta como almohada, le hizo llegar 10 mil liras pues justo cuando lo “capturaron” o mejor dicho lo secuestraron, no lleva un solo centavo en su bolsillo. El 29 de julio Mussolini pasó un lúgubre cumpleaños, el número 60 de su vida, recibiendo un telegrama de saludo de Goering, quizá un medio del gobierno de hacerle fingir que seguían siendo fieles a los alemanes. Mientras tanto,  Mussolini gastaba su tiempo traduciendo al alemán las Odas bárbaras de Carducci las cuales recordaba de memoria, y a realizar algunos apuntes que más tarde pasarían a formar parte de su “Historia de un Año” donde se ven expresadas manifestaciones que preveían la derrota del Eje. El 6 de agosto Mussolini fue trasladado a Maddalena en Cerdeña donde permaneció hasta el día 28 del mismo mes. El almirante Maugeri le comunicó, dejando de lado todo el misterio que esto se debía a que el nuevo gobierno temía un rescate inminente de los alemanes. En efecto, estos últimos venían buscando al Duce por todas partes, quién aparentemente se hallaba desaparecido. Hitler mostró lealtad hacia su viejo maestro y compañero de andanzas, si bien claro está, le convenía más una Italia bajo el gobierno del Duce, siendo así más fácil de manipular. En Maddalena Mussolini no pudo leer periódicos pero sí algunos libros, los de Nietzsche que Hitler le envío. Su vida era monótona, y el pobre hablaba con quién se le cruzase en su camino. El 28 fue nuevamente trasladado pues los alemanes descubrieron donde estaban. Un hidroavión con la insignia de la Cruz Roja lo llevó a Bracciano, y aquel mismo día se le llevó en coche a los Avruzzos a una altiplanicie de 1980 metros de altitud: el Campo Imperatore, con 28 carabineros de escolta.

Allí, luego de permanecer ya casi dos meses incomunicado, Mussolini se enteró por la radio de la rendición de Italia, del nuevo gobierno hacia los aliados. Esos cincuenta días de Mussolini son el “preview” a la republica de Salo…Hitler mientras tanto estaba desesperado, si Mussolini caía, las pocas fuerzas fieles a Alemania en la península se derrumbarían y se perdería el país fácilmente, en cambio si era liberado se podría explotar su persona por un tiempo más. El 29 de julio el coronel Otto Skorzeny perteneciente a la unidad Friedenthal de las SS, fue designado como el encargado de descubrir inmediatamente donde estaba el Duce. Quién sabe con que métodos, pero el espionaje alemán para el 18 de agosto, como dijimos más arriba, ya sobrevolaba la Maddalena y daba con Benito. Es entonces cuando se traslada a este último hacia el Gran Sasso, y los alemanes reanudan la búsqueda, la cual da con el Duce recién el 8 de septiembre. Se decidió utilizar planeadores y rescatarlo por el aire evitando desangramientos inútiles. Además entre los carabineros estaba el general Soleti, quien fue obligado a ayudar a los alemanes y a ordenar al resto de sus compañeros a no oponer resistencia. El día 12 de septiembre a las 14 horas los planeadores con los paracaidistas SS fueron lanzados sobre el Gran Sasso, eran doce en total, de los cuales ocho consiguieron aterrizar. El general Soletti estaba entre ellos y bajó del primer planeador y corrió al encuentro de los carabineros diciendo: “No, disparéis”. Skorzeny se presentó ante Mussolini quien estaba siguiendo la escena desde la ventana de su habitación y le comunicó que sería llevado en el pequeño avión, un Fieseler Storch, el cual había aterrizado en una escarpada pendiente frente al albergue. Nadie, ni Mussolini ni el capitán Vigneri opusieron resistencia, si bien el Duce pidió ser llevado a Rocca delle Caminate Hitler lo quería bajo su poder y disposición siendo trasladado Benito entonces a Pratica di Mare y esa misma noche a Viena donde se albergó en el Hotel Continental…era otra cárcel para él…

Pero muchas otras cosas también habían pasado en aquel transcurso de tiempo. El 9 de septiembre de 1943 el gobierno y la familia real huyen de Roma y se colocan bajo la protección de las tropas aliadas en Brindisi, ante la inminente invasión alemana, dejando el país en el caos y la anomia. Quizá por ello los alemanes tomaron fácilmente la ciudad, los levantamientos, no obstante, ya habían empezado. Ese mismo día la flota italiana abandonó La Spezia y se reunió con los aliados en Malta y de hecho hasta alguna de sus embarcaciones fueron atacadas en Menorca por un avión alemán el cual hundió el acorazado Roma, causando muchas víctimas; así algunos otros buques permanecieron en el puerto de Mahón. Mientras tanto, y en una acción que mencionamos también en el capítulo anterior, las tropas italianas se toparon con el avance naval en tierra. Se trataba de la División Ariete y si bien tuvo las mejores intenciones no pudo hacer nada ante el poderío nazi y luego de una resistencia la mayoría de tropas militares acuerdan la rendición. Pero volvamos a Mussolini, ¿de qué se trataba ese gobierno dual de Italia que mencionamos más arriba? Pues bien resulta que de Viena Mussolini voló a Múnich donde los esperaban muchos de sus fascistas. El Duce que Hitler vio fue uno totalmente destrozado, con una moral minada y sin más deseos de continuar en la política. Finalmente el 15 de septiembre Hitler consigue hacerle cambiar de opinión. Acto seguido nació la República de Salo (pues la capital quedaría en dicha ciudad y no en Roma), aunque también se le llamó la República Social Italiana, era exactamente el 23 de septiembre de 1943. Así entonces surge una dualidad en el estado y gobierno italiano mientras las batallas en suelo itálico continuarían sin detenerse hasta los primeros meses de 1945.


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