José Vicente Rangel
1) Dejemos de lado las sutilezas. La situación ha llegado a tal extremo que se impone un ejercicio de sinceridad. Se impone llamar las cosas por su nombre y eludir las trampas semánticas con las que se pretende encubrir lo que cada día es más evidente: los planes que están en marcha para violentar el orden constitucional. Para derrocar al presidente electo por el pueblo, Nicolás Maduro, con más de siete millones y medio de sufragios.
2) Desde que Maduro fue electo la oposición se trazó ese objetivo con carácter prioritario. Tal actitud ha estado presente en numerosos episodios en los cuales se expresa la voluntad del sector de desconocer las reglas del sistema legal y democrático. El mandato popular es cuestionado abiertamente, tanto en el discurso como en las acciones de calle. El ataque a la economía es brutal, así como el desconocimiento de las instituciones, la descalificación de los Poderes públicos, Ejecutivo, Tribunal Supremo, Consejo Nacional Electoral, Fiscalía General, al igual que la Contraloría General y el Banco Central. Una persistente campaña de descrédito promovida, dentro y fuera del país, con el objeto de proyectar una imagen caótica de Venezuela -contada con falsedades de todo tipo-, es parte de la conjura que se trama, de la que no hay precedentes. Nunca se había visto tanto descaro para promover un golpe contra el Estado de derecho. Nunca el lenguaje del liderazgo opositor tuvo la desfachatez de plantear el derrocamiento de un presidente legítimo y constitucional como ocurre en la actualidad.
3) La intención de salir, como sea, de Maduro se manifiesta sin tapujos. Plantearlo se ha convertido en rutina. Dirigentes políticos calificados y columnistas no pierden oportunidad para señalar que la única solución a los problemas nacionales es que Maduro abandone Miraflores. No importa la forma, ni el mecanismo a utilizar, aún cuando por razones obvias se suele acompañar la amenaza con la promesa tranquilizadora de que la vía será “pacífica, democrática y constitucional”. La aclaratoria tiene la finalidad de engañar a la opinión pública, pero si se escarba en lo que se propone aflora como único propósito saltarse la Constitución para derrocar al Jefe del Estado.
4) El guión del golpe contempla una etapa de saturación a través de los medios de comunicación, redes sociales, partidos políticos, ciertas instituciones, grupos económicos y la injerencia extranjera. No hay ninguna novedad en su desarrollo, basta con remitirse a lo que fue la conspiración, en 1973, contra el presidente Allende en Chile. Desde luego, se han afinado ciertos aspectos de la operación, sobre todo lo mediático y la plena vinculación del factor oposición interna y centros de poder mundiales como EEUU y la Unión Europea. Al respecto cabe señalar la actitud de Barack Obama. A sabiendas de que el plan conspirativo avanza, pero que ciertos plazos y disposiciones legales pudieran entrabar su ejecución, el presidente norteamericano decide, de pronto, prorrogar su decreto declarando a Venezuela “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de EEUU. Tal decisión coincide con el incremento de los llamados de la oposición interna a desalojar a Maduro de Miraflores. No se necesita mucha agudeza política para detectar que la insólita señal, groseramente injerencista del jefe de la potencia mundial, busca apresurar el desenlace final. Seguramente que la decisión de Obama respecto al decreto -y las posteriores declaraciones urgiendo a la instauración de un nuevo gobierno en Venezuela-, fue influenciada por el nerviosismo y la angustia que se ha apoderado de la oposición en las últimas semanas instrumentalizada desde el norte. El golpe contra la Constitución tiene la peculiaridad de esa relación espuria entre el imperio y los pitiyanquis que estigmatizara, acertadamente. Mario Briceño Iragorry. Es la última fase del golpe permanente, su expresión terminal, cocinada a fuego lento.
LABERINTO
¿Se gesta una mediación en el enfrentamiento gobierno nacional-oposición a través de Unasur, recurriendo a la participación del expresidente del gobierno español y dirigente del Psoe, Rodríguez Zapatero? Se habla de avances en esa dirección, lo cual explicaría las descargas de los grupos radicales de la oposición que apuestan al derrocamiento de Maduro. Algunos comentaristas, columnistas y voceros no oficiales de la MUD, han desatado fuertes críticas hacia la política que adelanta este organismo. Lo acusan de no ejercer a fondo la oposición, de debilidad ante el gobierno, de transar y de evitar que la confrontación se agudice. Algo similar a lo que ocurrió el 11-A: los radicales se impusieron y la oposición tomó el atajo de la violencia con los resultados deplorables que todo el país conoce…
Lo que sucede desde que asumió la presidencia Nicolás Maduro, la rutinización de la conspiración, se reproduce -casi con las mismas características- en Brasil. Sacar a Dilma de la presidencia, apelando a la cloaca política, y cortar la posibilidad de que Lula opte de nuevo a la presidencia, es el plan de la derecha. En un impactante discurso con motivo de la designación de Lula como ministro, la presidenta anunció que “el golpe está en desarrollo”. La respuesta de los trabajadores, las organizaciones sociales y el PT, fue inmediata: millones de personas se echaron a la calle…
A propósito de lo que sucede en Brasil, que provoca el histerismo en la derecha latinoamericana, el expresidente de Uruguay, “Pepe” Mujica, suministró a los medios del sur una declaración de la que extraigo un pasaje: “La derecha perdió toda racionalidad. No quiere entender que comiendo un poco menos, igual sigue comiendo mucho. No quiere a Lula y al PT porque rechaza la necesidad de que haya que repartir aunque sea un poco. Están enceguecidos, están rabiosos. Cuando la derecha se desmadra se hace fascistoide, y con su apuro por voltear al gobierno no le dejan salida al país. Desde la humildad de mi vocecita le digo a la derecha brasileña que sea un poco más inteligente, que sea menos apasionada contra Lula”. El mensaje es para toda la derecha latinoamericana, y en torno a él debiera reflexionar, especialmente, la venezolana…
El empresariado tradicional, parasitario, beneficiado prioritario del rentismo petrolero, debe estar preocupado por la actitud del nuevo tipo de empresario que está surgiendo. Que responde con espíritu patriótico a las medidas anunciadas por Maduro. También, por razones obvias, debe preocupar a la MUD…
Durante el primer trimestre de este año se intensificó una política de los EEUU hacia el Caribe y Centroamérica, apuntalada en las Fuerzas Armadas, con visitas del Comando Meridional/Sur y del Comandante de las Fuerzas Militares. De esta manera, lo que se conoce con el nombre de “programas de asistencia en seguridad”, que comenzó en Honduras con la participación del nuevo Jefe del Comando Sur, Almirante Kart Tidd, y luego se proyectó en Jamaica con una reunión con líderes de 18 naciones caribeñas, El Salvador, y la presencia del general Joseph Dunford, Comandante de las Fuerzas Militares de EEUU en Colombia. Un aporte valioso para el conocimiento de este plan destinado a influir, por la vía militar, en Centroamérica y el Caribe, es el libro del General José Antonio Barrios, Director de la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia “Daniel Florencio O’Leary”, titulado Compilación de Documentos Doctrinarios de los EEUU…
Coincido con Díaz Rangel: increíble que AD nada diga sobre el decreto de Obama… pero lo cierto es que un destacado líder de este partido lo calificó “de pote de humo”.
Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos[email protected] @EspejoJVHOY