El Espejo Tiene Dos Caras, es una película que si bien no es explícitamente educativa, existe un aprendizaje que podemos extraer de ella. La película nos presenta dos tipos de maestros, uno donde el profesor siente inmenso placer en dar el contenido que domina y que lo fascina. Sin embargo, ese contenido no tiene ningún sentido para los alumnos ya que no ofrece oportunidades para que se establezca una relación interactiva entre él y los estudiante, aunque ellos, en algunos momentos, intenten -inútilmente- cuestionar y resolver dudas. Por otro lado, tenemos una postura diferente en el personaje de la profesora se observa como preocupación constante, el acercamiento del contenido a la realidad del alumno. De este modo busca establecer relaciones entre teoría y práctica, explicando conceptos con ejemplos que forman parte del mundo real comprendido y vivido por el alumno, lo que le permite conseguir el desarrollo de un aprendizaje significativo.