Dicen que soy de tener la palabra exacta, en el momento exacto, en el lugar exacto. Dicen que a mi lado se ríe, se llora, se vive, incluso alguien se ha atrevido a decir, alguna vez, que a mi lado sueña la felicidad. A lo que yo solo he podido responder con un “¡qué ironía más bonita!”.
Últimamente, los lunes son el día más calmado de la semana, los martes me saludan con una M de meneo como antesala a todo lo que viene por delante, saludo al miércoles mientras estoy entrando en el jueves, y los viernes son un caos absoluto subido a algún tipo de transporte que me lleva a alguna parte del mundo, lo cual yo supongo que será por aquello del espíritu wanderlust que algunos creen que llevo innato.
¿Qué no sabes lo que quiere decir esta palabra? Yo hasta hacía poco desconocía totalmente su origen, su historia y, sobre todo, su significado, pero, desde que entendí el baile tan pegado que decidieron empezar esas letras, creo que es una de las palabras más bonitas que he descubierto en los últimos años, junto con “MAMIHLAPINATAPAI” que me lo descubrió Máxima Huerta hace unas semanas.
Realmente, te lo tengo que confesar, no sé si se dice tener espíritu wanderlust o, simplemente, se es un wanderlust. Tal vez, sea como aquello de ¿se dice ser o estar feliz? Lo único que sé es que queda bien conmigo, y eso me gusta.
Etimológicamente, Wanderlust proviene del alemán, exactamente de la palabra Wandern, que significa “vagar”, y lust, que significa pasión. Con el paso del tiempo, poco a poco, fue derivando en una palabra cuyo significado es “pasión por viajar”. ¿Entiendes por qué me gusta aquello de ser wanderlust?
Pero es que ya no tan solo es una palabra, es una palabra con apoyo científico, ya que todo esto está vinculado con el gen DRD4 y su cromosoma 11, o lo que algunos llaman el gen viajero. A partir de aquí se segregan dopamina, es decir, una sustancia que produce placer dentro de uno de nuestros circuitos cerebrales. (Puedes leer más acerca de este gen aquí).
Ser Wanderlust es vivir imaginando puentes y ansiando vacaciones para vivir algún viaje, tener páginas de vuelos baratos entre las más buscadas en tu buscador y ser cliente VIP en cualquier portal que se encargue de gestionar alojamiento por algún rincón del mundo.
Si quieres ser un auténtico/a wanderlust tan solo tienes que seguir estos pasos:
1.- Organízate
Saca papel y boli, o abre el calendario de tu ordenador. Ha llegado el momento de hacer caso a Aitana War y decidir el cómo, el cuándo y con quién. Hazme caso y sigue mi consejo. Yo lo llevo a cabo continuamente y sirve de mucho.
Cada 5-6 meses, cuando estés viviendo una de esas tardes que tu cerebro no puede más, tu cabeza quiere estallar y tu cuerpo solo quiere descansar, aprovecha para buscar vuelos para tus próximas escapadas. A partir de esta estrategia podrás conseguir muchos vuelos baratos, reducir tu presupuesto para el viaje y poder destinar lo ahorra a visitar nuevos sitios, o simplemente permitirte algún capricho en el lugar de destino.
2.- Conéctate con nativos al llegar
Más allá de colarte en el super y conocer cómo son sus costumbres alimentarias, si realmente quieres conocer una ciudad, tienes que conocer a su gente. Hemos cambiado la manera de viajar, claro está. Los viajes limitados a las áreas turísticas están decayendo y los viajeros, cada vez más, queremos conocer más como es su gente, hablar con ellos, saber su opinión de ciertos temas, etc.
Una buena manera para entrar en contacto con gente puede, si te alojar en un apartamento, intentar establecer algún tipo de vínculo con el casero o la casera para saber más sobre el país. Otra opción es unirse a comunidades como We Speke, que sirve para aprender el idioma con gente nativa y, de paso, puedes interactuar con ellos. También, lo que puedes hacer es preguntar por la calle. La gente es buena por naturaleza, así que muchas veces no va a poner ningún impedimento es contestarte a cualquiera de las dudas que tengas.
3.- Estudia el país al que vas a ir
Lee, mira documentales, ponte películas, lee artículos de prensa… Haz todo lo posible por intentar aprender al máximo del país que vas a visitar. Ya no tan solo por aumentar tu conocimiento, sino también porque cuando tengas que organizar tu visita, al conocer mucho más la cultura del país, podrás organizar mucho mejor tu ruta. Sabrás cuales son algunas costumbres o cuando debes visitar un templo, por ejemplo.
Cada vez viajamos a sitios más extraños y remotos y, aunque el sector de las guías de viaje está intentando alcanzar el ritmo, hay destinos que todavía no están cubiertos. No sufras por eso, siempre habrá algún trotamundos como tú o cómo yo que habrá visitado el lugar y haya publicado algo en Internet ¡Google es la clave para todo!
4.- Busca buenos lugares dónde comer
Si hay algo que no olvidamos eso son las sensaciones. Podremos olvidar muchas cosas, pero rara vez los sentimientos que algo nos despierta. Seguro estoy que todavía te acuerdas de ese plato que te comiste en aquel restaurante tan bonito en el centro de la ciudad.
Últimamente viajamos por y para la comida. Queremos montar auténticos festines en nuestra boca y darle rienda suelta a nuestro paladar. Aunque cada vez más las grandes ciudades están empeñadas en ofrecer comida de todas partes del mundo, pocos lugares consiguen que la comida que se sirve en esos restaurantes sea exactamente igual que la de los países de origen. Por eso, al igual que tienes que dedicar una tarde a buscar vuelos, tienes que dedicar una tarde a buscar buenos sitios donde comer.
5.- Vigila tu ropa
Nos empeñamos en ponernos cada vez más looks extravagantes para conseguir la mejor de nuestras fotos en el lugar de destino. Vivimos en un sin vivir por lucir los mejores zapatos, la camisa más bonita y la chaqueta más nueva.
Soy de ir en camisa, pero mucho de verdad. Si por mi fuese llevaría camisa hasta con chandal, de hecho, tras las puertas de mi armario se esconden alrededor de 50 camisas y el número sigue in crescendo. También tengo pantalones, no tantos como camisas pero no muchos, de diferentes telas, colores y cortes, pero aun así, por ejemplo, no se me ocurriría irme de viaje a algún lugar sin llevar puestos unos vaqueros. ¿Por qué?
- Me parece que son los más cómodos.
- Puedes combinarlo con cualquier estampado de camisas.
- Si no te vas a la montaña y haces cosas con alta probabilidad de ensuciarse, puedes utilizarlos dos días sin ningún tipo de problema.
Todo esto hace que ahorres tiempo en pensar que ponerte y un valioso espacio en tu maleta.
Así lo debes hacer con todo. Evita los por si a caso, y llévate lo justo. Vístete como un día normal y no decidas improvisar o crear outfits innovadores, los resultados no siempre suelen ser buenos.
Y tú ¿ya tienes el espíritu wanderlust en tu cuerpo?
Feliz día
Vicent Bañuls
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