El estado soy yo

EL ESTADO SOY YO

Desde mediados del siglo XVII, y comienzos del XVIII, Francia fue gobernada por el tantas veces recordado Luís XIV, también conocido como el Rey Sol, creador del absolutismo centralizado, a quien se le atribuye la frase (muy discutida por los historiadores) L´Etat c´est moi (El Estado soy yo), y reconocido, no solo como el prototipo de la monarquía absoluta, sino también –paradójicamente- como auspicio y protector del Arte, y la arquitectura más emblemática de su tiempo con la construcción, entre otras obras monumentales, del Palacio de Versalles, todo ello, mucho antes de la Revolución Francesa de 1789.En nuestro tiempo, 302 años después de la muerte del Rey Luís XIV, otro absolutista, con ínfulas de monarca bufo, enemigo del arte, e incapaz de construir nada, excepto mediocridad, complejos y resentimientos, ha venido a intentar destruir lo mucho que ha costado la democracia como sistema político, e incluso la Constitución vigente cuyo impulso fundamental se le debe precisamente al ¨ciego¨ que le entregó el garrote al déspota que destruye hoy a la nación.Pero su propuesta, como todo lo que hace, es un fraude abierto y descarado que, como prueba indiscutible, tiene el rechazo del 92% de la población, lo cual incluye evidentemente a la mayoría oficialista, así como a todo el pueblo venezolano; el mundo civilizado internacionalmente considerado, como: los distintos gobiernos democráticos de Europa, y el Continente americano; los organismos multilaterales como la ONU, y la OEA; el parlamento europeo; personalidades, jefes y ex jefes de estado y de gobierno como el Papa Francisco; los ex presidentes iberoamericanos, Felipe González; José María Aznar; Vicente Fox; Felipe Calderón, entre otros tantos, que reclaman sindéresis para que en Venezuela haya caminos para el entendimiento y la celebración de elecciones libres (vencidas y por vencerse); autorización para la llegada de ayuda humanitaria; liberación de los presos políticos; reconocimiento pleno a la AN, y designación acorde con los términos de la Constitución vigente de los magistrados del TSJ; en fin, caminos para la paz.

Pero no, la paz no es el camino que el gobierno comunista de Cuba y sus esclavos en Venezuela encabezados por Maduro, tienen para nuestro país y su gente. Luego de entregar a nuestro país en las garras de los chulos de la dictadura cubana para saquearnos como han hecho hasta arruinarnos, ahora pretenden obligarnos por la fuerza a aceptar una asamblea nacional constituyente que le otorgue todos los poderes a un solo hombre para humillar a la mayoría de nuestros compatriotas; todo ello a sangre y fuego, tal como se demuestra con el asesinato vil y cobarde de decenas de jóvenes estudiantes, mediante el uso de armas prohibidas por la Constitución y los tratados internacionales. Son capaces de cualquier montaje como un salto adelante para atrapar incautos, y con ello justificar un estado de excepción para encerrar en el puño del totalitarismo a una sociedad libertaria que no acepta nada distinto a la expresión democrática del voto.Presas de su desesperación, amenazan con el uso de las armas para obligar a los venezolanos a someterse a sus designios. No obstante, son incapaces de cumplir sus obligaciones constitucionales y legales para meter en cintura a los delincuentes, asesinos y narcotraficantes; todo verdaderamente sospechoso en un país donde frecuentemente se denuncia un nuevo escándalo de tráfico de drogas; asesinatos horrendos; secuestros y extorsión, así como una alianza con la narcoguerrilla asesina de la FARC, a la cual, siempre han protegido, según denuncias del ex presidente Uribe en Colombia. Lo nuestro son las elecciones, no las balas!!
Román Ibarra @romanibarra
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