La adolescencia es una forma de estafa. Una mutación sin aviso, un mogollón de cambios que se abalanzan sobre el compuesto químico que somos para modificarlo y hacer florecer de dentro hacia fuera y de fuera hacia adentro a otro ser que no éramos, y en el acabamos convirtiéndonos sin previo aviso, para quedarnos en él mucho tiempo. Es una especie de estafa obligatoria. De ahí que le dediquemos un número en EL ESTAFADOR, especial adolescentes: esos seres que son sin terminar de ser. Muten y lean, señoras y señores (o casi señoras y señores)…. El Estafador#65