Ser un calavera no es lo mismo que ser una calavera. Y no es una cuestión de género. El calavera está bien vivo y además es un bala. La calavera ha fenecido y no se mueve, permanece ahí para dotar de reflexiones profundas al resto de los que seguimos vivos. En algunos casos aparecen en rituales y siempre ha sido un símbolo del paso a la muerte. Así que sea un calavera vivo y coleando, o bien sea una calavera muerta, pelada y reflexiva, ambas dos nos interesan, porque dan que pensar si te tocan de cerca. Ah, y para calavera, el nuevo fichaje de la selección de El Estafador, un murciano con alma de marciano: Adrián Vélez. En fin, feliz día de los muertos, aunque sea un día más tarde.
Javicraneal
El EStafador