Bastaron 30 pesos (el equivalente a 4 céntimos de euro) para que la población chilena saliera a las calles. Sin embargo, no han sido suficientes para regresar todo a la normalidad. Después de una semana, el sonido de los cacerolazos sigue escuchándose en distintas zonas de Santiago, y se ha extendido a más ciudades a lo largo del país. Acompañan a las cacerolas el gas de las bombas lacrimógenas, el humo de los incendios, las noticias de los saqueos y las denuncias contra la violencia que en los últimos días ha azotado a la sociedad chilena.
El detonante del conflicto fue el aumento, a principios de octubre, de la tarifa del transporte público en la capital del país, con el cual el metro de Santiago pasó de costar 800 a 830 pesos en hora punta. Los estudiantes organizaron una serie de protestas contra el alza del precio que consistían en la evasión conjunta del pago del transporte. Con la ayuda de las redes sociales y a través de hashtags como #EvasionMasivaTodoElDia, una multitud de personas de distintos sectores de la ciudad comenzaron a concentrarse en las estaciones de metro para sobrepasar los controles de acceso de forma masiva.
Gracias a las protestas, entr...
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Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaEl estallido de 30 años de descontento en Chile fue publicado en El Orden Mundial - EOM.