Revista Filosofía

El estereotipo surge del inconsciente veces del inconsciente

Por Andi

El estereotipo surge del inconsciente, a veces del inconsciente colectivo, producido en las culturas por asociaciones de ideas comunes.

El producto, la etiqueta, puede ser única para un determinado grupo humano: todos los profesores son vagos, o duros, o buenos; los alumnos también son todos vagos, o traviesos, o empollones.

El cliché puede también corresponder a un solo individuo. Ese profesor es un hueso; ese alumno es un empollón. Pero ¿qué sucede cuando hay que referirse literaria, icónica o mediáticamente al encuentro entre dos estereotipos?.

El vínculo que se crea, para solucionar el problema de transmisión a los receptores del mensaje, suele convertirse en otro estereotipo. Cuando existe confrontación, uno de los dos gana y otro pierde, o los dos pierden. Nunca es posible encontrar la solución de que ganen el uno y el otro.

De la misma forma que las lanzas y escudos del reino de Chu no podían juntarse, hubieran perdido los dos, porque no existe profesor y alumno en diálogo sino solamente en confrontación. O lo que es lo mismo: uno debe acabar dependiendo del otro.


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