Existe la idea errónea de que un escritor o una persona creativa tiene que ser un nerd o una persona excéntrica, solitaria y muy reservada, enclaustrada tras una pila de libros, con un juego de lapices en el bolsillo de la camisa y gruesos anteojos. Algunas veces, incluso se recurre a un estereotipo totalmente contrario, se piensa que un escritor o una persona creativa es alguien abandonado y poco saludable, preocupado más por inventar que por sí mismo.Todas esas características que acabo de mencionar son más un producto cultural que una actitud individual. Al menos en mi caso, me considero un cincuenta/cincuenta, un poco descomplicado y otro tanto demasiado riguroso.
Para esta entrada voy aferrarme a la literatura existente y a mi conocimiento en salud, en vista que durante mucho tiempo he sido coordinador/apoyo de programas de salud pública y de la estrategia de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles en algunas ciudades.
La alimentación
Ahora bien, el proceso de la creatividad literaria no solo requiere imaginación, sino también exige una alta concentración, resistencia física y relajación. Por tanto, a fin de que estas condiciones se den, se requiere disciplina y responsabilidad en nuestro estilo de vida, especialmente en nuestros hábitos alimenticios. En esta entrada brindo algunos puntos relacionados con la alimentación para ser creativos que espero reforzar a partir de este momento.Como es sabido, la mente no requiere tanto alimento como el cuerpo, aunque esto depende de la edad de la persona. Por otro lado, el potencial literario es similar entra una persona obesa y una persona delgada, o pregúntale a George R.R. Martín. Sin embargo, los esfuerzos mentales requieren buenos suplementos de minerales y el suministro de suficiente energía. Según estudios (No míos), la persona adolescente requiere una mayor ingesta de proteínas, vitaminas, minerales y alimentos energéticos, en comparación con los adultos, quienes requieren menos proteína, menor cantidad de alimentos con calorías, pero más minerales y vitaminas (Anda, somos escritores, no nutricionistas)Nosotros los escritores, por lo general, llevamos a cabo nuestro proceso durante horas enteras en medio de una intensa concentración (Dependiendo de si la meta es completar un lapso de tiempo o un número de palabras, eso sí es cuestión personal, pero por lo menos se recomiendan dos horas frente al cuaderno o el computador) No hay mucho tiempo para las comidas grandes y las digestiones prolongadas, que según leí, traen como consecuencia la disminución de las funciones mentales, el cansancio y el sueño, con lo que se afectará el flujo de ideas y de pensamiento.Por lo anterior, una buena dieta para hacer que las ideas fluyan debe consistir en:Antioxidantes. Los antioxidantes son aquellas sustancias que retrasan el deterioro y el desgaste de la piel, órganos y tejidos Tras buscar por aquí y por allá sin lograr unificar nombres y listados, uno de los pocos alimentos de este grupo que puedo resaltar son los arándanos, que llevan la etiqueta de un alimento para mejorar el cerebro. Los ácidos grasos Omega-3. Cuya principal fuente es el pescado (No todos, según dice los pescados azules son la principal fuente) como el salmón. También se encuentra en las semillas de la chía o salvia hispánica (Corre a tu tienda naturista de confianza) y en nueces, semillas de linaza entre otros. El omega-3 actúa como el aceite que lubrica los engranajes del cerebro. Sin este lubricante, nos arriesgamos a estropear la maquinaria.La colina. Nutriente que pertenece al grupo de la vitamina B y que encontramos en alimentos de origen animal como los huevos, el hígado de pollo y de ternera, además de vegetales como la soja y el germen de trigo. Mejora la memoria y la capacidad de atención, con lo que no olvidaremos que nuestro personaje principal no sabe nadar al momento de cruzar un lago para salvar a su princesa.El chocolate. El delicioso y sagrado cacao de los mayas. Su consumo trae excelentes beneficios para nuestro cerebro: mejora el flujo sanguíneo, refuerza las habilidades del pensamiento, mejora la función cognitiva y protege al cerebro de los efectos neurodegenerativos.Glucosa. Necesaria para no desfallecer por falta de energía frente al cuaderno. Una adecuada concentración de glucosa en la sangre nos ayuda a mantener la concentración y estar alerta. ¿O cuántas veces no hemos sufrido las consecuencias de no haber consumido el desayuno en la hora adecuada? Pero con esto no me refiero a que te consumas todo el tarro de azúcar de la cocina y caigas en un coma diabético. La glucosa que nuestro cuerpo necesita la podemos hallar en algunos carbohidratos.
No olvidemos que más allá de seleccionar nuestra alimentación con lupa, es comer balanceadamente, ni mucho ni poco.
En cuanto a mí, confieso que pocas veces desayuno, ingiero algo rápido en el transcurso de la mañana, me alimento de lo que aparezca en mi plato durante el almuerzo y en la noche me voy a la cama con una cena liviana, entendiendo que a partir de las cuatro de la mañana ya me encuentro frente al computador.El descanso y dormir bien
Según la Organización Mundial de la Salud el ser humano invierte aproximadamente, un tercio de su vida en dormir. Se ha demostrado que dormir es una actividad absolutamente necesaria ya que, durante la misma, se llevan a cabo funciones fisiológicas imprescindibles para el equilibrio psíquico y físico de los individuos: restaurar la homeostasis del sistema nervioso central y del resto de los tejidos, restablecer almacenes de energía celular y consolidar la memoria.Establece también que las horas del sueño varían de persona a persona, pero la duración más frecuente es entre 7 y 8 horas.
Mantenernos despiertos, produce un efecto contrario. Si no descansamos bien, aumenta la muerte de células cerebrales y se disparan los mecanismos que provocan el estrés, con lo que no estaremos seguros al momento de intentar plasmar nuestras ideas y nos enfrentaremos al bloqueo del escritor, con una hoja en blanco, incapaces de siquiera empezar. Creatividad literaria cero.
En conclusión, el tiempo ideal de sueño es aquel que nos permita escribir sin cansancio, realizar las actividades diarias con normalidad y mantener una actitud creativa en todo momento.
Piper Valca duerme escasas seis horas, despertando entre las 3 y 4 de la mañana para irse a la cama entre las 9 y 10 de la noche. La razón por la cual llevo este estilo de vida radica en que transcurre entre el trabajo, mi esposa, mi pequeño de 2 años y la escritura. Veinticuatro horas no son suficientes para mí.El ejercicio físico
Nada mejor para aumentar la creatividad que un poco de actividad física.De acuerdo con un estudio de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, practicar ejercicio de manera frecuente ayuda a aumentar la creatividad debido a que estimula la capacidad de las personas para pensar con flexibilidad, lo que desarrolla un pensamiento mucho más creativo.El ejercicio tiene un impacto directo sobre dos tipos de pensamiento en los que en gran medida se fundamenta la capacidad creativa, que son el pensamiento convergente y el divergente.Por un parte, el pensamiento divergente implica dar con la mayor cantidad de soluciones posibles para un problema; en tanto que el convergente conduce a una solución correcta única para el problema. Ambos ayudan a incrementar la flexibilidad mental y creatividad.
Mediante el pensamiento divergente podemos dar solución al siguiente acertijo:Esta mañana se me cayó un pendiente en el café. Y aunque la taza estaba llena, el pendiente no se mojó. ¿Cómo es posible eso?Según los especialistas, Hacer ejercicio de forma regular puede funcionar como un potenciador cognitivo que fomente la creatividad en formas baratas y saludables; sin embargo, la capacidad de pensar con flexibilidad sólo se desarrolla si el cuerpo está acostumbrado a la actividad.
De lo contrario, una gran parte de la energía prevista para el pensamiento creativo va al ejercicio en sí mismo y no ayuda a aumentar la creatividad, con lo cual esas dos horas de gimnasio no te ayudarán a terminar la trama de tu novela.