Revista Europa
El nombre de la ciudad, Canicattini Bagni, deriva del árabe Ayn-at-tin(fuente de fango), topónimo recurrente en Medio Oriente. La zona es probable que haya sido habitada por los sículos, según las tumbas encontradas. Fue habitada por bizantinos y luego por comunidades cristianas, como lo prueba la presencia de necrópolis y catacumbas.
La primera mención oficial de la ciudad data recién de 1296. Después del devastador terremoto de 1693, se les permitió a los habitantes de la destruida Noto ir a vivir a esta antigua colonia agrícola.La ciudad se desarrolló de manera regular y ordenada, como otros dos pueblos de la zona nacidos después del terremoto: Avola y Grammichele. Vista desde el aire se aprecian las calles largas, derechas y paralelas que forman rectángulos perfectos.
Canicattini Bagni y el arteEntre las dos guerras mundiales Canicattini se transforma en una joya artística, en donde se mezclan el Art Nouveau, el Liberty y el Eclecticismo. El fenómeno se inició con las llamadas “casas de los inmigrantes”, cuyos propietarios partían hacia América en busca de fortuna, y cuando la conseguían regresaban a sus ancestrales casas para transformarlas con grandes decoraciones florales.
Los maestros “picapiedras”A la llegada del dinero “americano” se sumaron los resultados de un maestro de Catania, Giovanni Privitera, que en 1884 fundó una escuela de diseño para albañiles de la cual salieron los lapidum incisores o “picapiedras” que le cambiaron la cara a la ciudad.Este valioso trabajo llegó a su fin en los años ’50 cuando las nuevas técnicas constructivas y el gusto por los “cubos” llevaron a la demolición de hermosos edificios.
Lo que se puede ver en estilo LibertyDe todas maneras, quedan aún algunos monumentos y edificios, comenzando por la municipalidad, el Palacio Carpinteri, con decorados balcones, ventanas y rejas en estilo floral.También se conservan la iglesia de las Almas Santas del Purgatorio, la Santa María Auxiliadora y la María de los Ángeles.