Hola a todos.
Hoy vamos a hablar de… Eso de lo que tanto se habla, pero que no es fácil de definir. “Tiene un estilo muy personal”, “me gusta mucho su estilo”, “tienes que mejorar tu estilo”…
¿Qué es el estilo? Depende del contexto, pero en cualquier caso podríamos definirlo -de un modo muy incompleto- como el modo peculiar de hacer las cosas que tiene cada persona. Y eso aplicado a la escritura… pues eso, no hace falta que te lo diga, ¿verdad?
Hace unas semanas leí un texto de Nabokov que me gustó mucho y quiero compartir con vosotros. Es la conclusión de una clase que dio este escritor sobre “Mansfield Park”, una de las novelas de Jane Austen, y que está recogida en el libro “curso de literatura europea”.
En un poco largo, pero vale la pena que lo leáis.
El estilo no es una herramienta, ni un método, ni una selección de palabras tan solo. Mucho más que todo eso, el estilo constituye un componente intrínseco o característico de la personalidad del autor. De modo que, cuando hablamos de estilo, nos referimos al carácter peculiar de un artista individual, a su modo de expresarse en la producción artística. Es esencial recordar que aunque toda persona viviente puede tener su estilo, sólo merece la pena hablar del estilo peculiar de este o aquel escritor genial. Y el genio no puede expresarse en un estilo literario a menos que dicho estilo esté presente en su espíritu. Un autor puede perfeccionar su modo de expresión. No es raro que en curso de la carrera literaria de un escritor, su estilo se vuelve cada vez más preciso e impresionante, como de hecho sucede con de Jane Austen. Pero un escritor carente de talento no puede desarrollar un estilo literario de algún valor, en el mejor de los casos, será un mecanismo artificioso deliberadamente ordenado y carente de toda chispa divina.
Por eso no creo que se pueda enseñar a nadie a escribir, a menos que posea ya talento literario. Sólo en este último caso se puede enseñar a un joven autor a encontrarse a sí mismo, a librarse de sus clichés lingüísticos, a eliminar la chabacanería, a formarse el hábito de buscar con paciencia la palabra correcta, la única palabra correcta que transmitirá con precisión el matiz exacto y la intensidad del pensamiento.
¿Qué te ha parecido?
Hay un par de frases que me han llamado especialmente la atención
Por eso no creo que se pueda enseñar a nadie a escribir, a menos que posea ya talento literario.
Un escritor carente de talento no puede desarrollar un estilo literario de algún valor, en el mejor de los casos, será un mecanismo artificioso deliberadamente ordenado y carente de toda chispa divina
Este es un tema que ya abordamos en la entrada MADERA DE ESCRITOR.
La escritura no es una técnica, aunque la técnica forme parte de la escritura. Es necesaria una base innata para que el ejercicio dé su fruto. Una persona sin oído para la música no podrá ser un gran pianista, por mucho que lo intente. Quizás logrará interpretar alguna pieza de un modo más o menos acertado, pero en cuanto se separe del papel y quiera aportar su toque personal… desafinará. Y eso es lo que ocurre en todas las expresiones artísticas.
¿Cómo puedo cultivar mi estilo? Siendo tú mismo, escribiendo con frecuencia, corrigiendo tus escritos, leyéndolos en voz alta para ver cómo suenan… Y teniendo mucha paciencia y ganas de aprender.
El estilo personal marca la diferencia. Es el toque de calidad que nos cautiva, la firma del autor, su voz, la expresión de su alma. Todos tenemos nuestro estilo. Será mejor o peor, pero es NUESTRO. Y, por eso, tenemos que encontrar nuestro camino y recorrerlo sin miedo. A andar se aprende andando.
Un saludo