Cuando hablaba hace un par de post de empresarios que no aportan nada, entre los que pensaba estaba Ruiz Mateos. Rumasa es el tipo de empresa y de empresario que se reproduce en diversas versiones en el mundo, y en especial en España, más de lo que me gustaría.
Hace unos meses que la plaga “rumasa” me afecta personalmente, porque participo en una sociedad que posee una fábrica de Ruiz Mateos (en concreto la que produce el batido de chocolate Cacaolat, en Barcelona), y el personaje y su familia han dejado de pagarnos el alquiler que mensual que nos deben desde hace bastantes meses. de nada sirven las amenazas de desahucio y otras actuaciones legales. Parecen estar inmunizados.
¿Es que no tienen dinero? ¿Es que sencillamente no quieren pagar? ¿Es que consideran el retraso sistemático de los pagos una manera ingeniosa de gestionar su tesorería y reducir su endeudamiento? No lo sé. Pero es una vergüenza.
No sé si usted, querido lector tiene pagarés de la famosa Rumasa, o si conoce a alguien que los tenga, pero yo no dormiría tranquilo. Aunque quizás no debería decirlo, a ver si yo acabo no cobrando. Bueno, no; sinceramente creo que no cobraré de ninguna manera. ¿España en el siglo XVI de los pillos, de Rinconete y Cortadillo? No, aunque parezca increible, España en el siglo XXI.
No ha cambiado nada. Así nos va.
¡Ah! Por cierto, mi inversión la doy por perdida. El hundimiento del precio de los solares, consecuencia del derrumbe de los precios inmobiliarios y de las expectativas de comercialización de los pisos, nos situa al borde del concurso de acreedores, que presentaremos formal o informalmente cualquier día de éstos.