Aprovecho la aparición en España de una nueva y excelente edición de “El Eternauta” presentada por la editorial mexicana RM de la obra maestra de Francisco Solano López y H.G. Oesterheld para releerla con nuevos ojos gracias a esta completa edición que viene a unirse a la correcta de Norma Editorial aparecida hace pocos años conmemorando el 50º aniversario de la obra. La nueva edición que recupera la obra tal y como fue publicada originalmente seriada en la revista “Hora Cero Semanal” entre los años 1957 y 1959, sin ningún tipo de retoque o remontaje, incluye desde el título original junto a los resúmenes que se publicaban de una semana a otra hasta los créditos de la revista y los curiosos anuncios publicitarios que aprovechaban los huecos de página. La edición se completa con abundante documentación extra que incluye ilustraciones de las portadas y cuidados artículos de Juan Sasturiain y Mariano Chinelli junto aúna curiosa portada troquelada de Jorge Alderete que a mí personalmente me gusta, siendo quizás el único pero que se le pueda poner la calidad del papel. Pero, más allá de estos detalles y la edición elegida, “El Eternauta” es una de esas raras obras de obligada lectura que no debe faltar en la tebeóteca de ningún aficionado al cómic.
En el aspecto gráfico, Francisco Solano López se muestra como un excelente dibujante, especialmente dotado para el retrato cualidad que aprovecha astutamente para reflejar a través de las expresiones de la galería de personajes que pueblan la obra -en muchas ocasiones en primeros planos sobre fondos oscuros o directamente prescindiendo del fondo- la desesperación de los humanos frente a los alienígenas e ir desarrollando la historia al tiempo que en otros casos aprovecha hábilmente el espacio en cada viñeta para ir localizando una historia que en buena parte se desarrolla en lugares fácilmente reconocibles de la ciudad de Buenos Aires sin que en ningún caso estas parezcan sobrecargadas.
En definitiva, leer por vez primera “El Eternauta” es toda una revelación de las capacidades del cómic a través de una de sus obras más ricas y logradas que mantiene a pesar de los años todo su vigor e interés como solo los clásicos pueden hacerlo. Obra Maestra.