Pese a que en todo momento ha habido en Cataluña una confluencia libre de partidos y al rechazo del nacionalseparatismo a la violencia (salvo algunos ataques de perfil bajo), hay algunos paralelismos con el fascismo innnegables, y para ello os remito a mi opinión “¿Hay un componente racista en los catalanes?”. Estudiosos del fascismo como Erich Fromm, Wilhelm Reich o Theodor Adorn explicaron el fascismo como resultado de impulsos psicosociales sumamente neuróticos o patológicos. Es un enfoque más intuitivo que empírico, pero prosperó en algunos sectores durante y después de la era fascista. La obra de Fromm “El miedo a la libertad” hacía hincapié en los sentimientos de aislacionismo, impotencia y frustración. “La psicología de masas del fascismo” de Wilhelm Reich o “La personalidad autoritaria” de Adorn iban más allá y explicaban el fascismo como una combinación de represión sexual e impulsos compensatorios y agresivos sadomasoquistas, y como la consecuencia de una sociedad burguesa reprimida sexualmente.
Bien, estas teorías probablemente explican el victimismo obsesivo que caracteriza al nacionalseparatismo catalán, que vive un 1 de octubre permanente, recordando constantemente, más de un año después, las cargas policiales sufridas por algunos participantes del pseudoreferéndum de independencia. “Y mirad cómo le estira el pelo”. “Y mirad su cara ensangrentada”. “Y mirad como lo patean”, etc.
En este aspecto, el nacionalseparatismo catalán se parece al sionismo. Israel es un producto del nacionalismo centroeuropeo y la influencia del fascismo en él es innegable. Tanto nacionalseparatismo como sionismo, además de un etnocentrismo y nacionalismo absoluto, buscan una especie de “Lebensraum” respecto de Tierra Santa/Países Catalanes. Y las autoridades israelíes también quieren que su pueblo viva en un holocausto permanente.
Aunque el 1 de octubre del 2017 supuso probablemente el principio del fin del nacionalseparatismo catalán, éste no será palpable hasta dentro de 20/30 años. Y aunque su fin es irreversible, hará falta otra generación para que se convierta en un fenómeno residual como lo puede ser el separatismo andaluz o canario en la actualidad. O sea, que las imágenes de las cargas policiales que tanto enfurecen y excitan a la vez a no pocos nacionalseparatistas, van para largo.