Seguramente estoy en un momento de mi vida en que veo claro lo que soy, pienso, siento y hago! Creo empezar a entender la vida y, sobre todo, a aceptar sus designios. Sé que mis sueños me indican el camino que hago cada día, pero al mismo tiempo también sé que la vida tiene sus propios deseos para con mi vida. No me pondrá delante mi sueños hasta que sea capaz de verlos, sentirlos y vivirlos, como merecen. Me siento el eterno aprendiz de la vida, aunque ya empiece a conocer y entender sus reglas. ¿Por qué he tardado tanto en llegar hasta aquí?
Tal vez antes he tenido que aprender a sacarme de encima todas esas creencias que tenía sobre mí y sobre la vida. He tenido que aprender a identificar, vivir y expresar mis sentimientos sin miedo en un mundo en que eso es una temeridad. He debido aprender a amar, a pesar de las circunstancias. He aprendido a actuar tal como siento, profundamente. Como también he aprendido a no pedir a alguien más o a la misma vida algo que soy incapaz de darle yo, antes. Y, como te decía, que la vida no me regala nada, antes de que esté preparado para valorarlo y vivirlo, plenamente.
Quizás ahora me doy cuenta de que soñar tiene un valor, pero no es suficiente. Hay que perseguir los sueños para hacerlos realidad! Poner toda mi energía y empeño en ello… pero luego debo esperar a que la vida me dé la oportunidad de vivirlo en mi realidad cotidiana. Y pienso ahora que quizás esa sea toda la certeza que ya tengo ahora y tendré el resto de mi vida, pues lo que deba vivir -y viva, conscientemente- irá apareciendo a medida que esté preparado para ello, en el momento oportuno, ni antes ni después. Pensarás que no es mucho el logro, pero hoy a mí me basta saber hacia dónde voy, aunque no tenga un único camino para ir! Para llegar hasta la luz he debido pasar muchas sombras y quizás ahora deba aprender solo a dejar de lado la oscuridad…
Seguirá…
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