Nunca he sido una forofa del fútbol. No he querido comprender jamás lo que significaba ver unos hombrecitos en la televisión dando patadas a un balón. He huido de los partidos, de los fanáticos y de los estadios. No me siento cómoda entre multitudes de personas y siempre he relacionado el fútbol con violencia. Después de todo, tuvieron que poner vallas en los estadios debido a eso mismo. Incluso han matado a jugadores y árbitros por una mala jugada.
Por otro lado, me declaro una persona abierta de mente. Hmm … esto es contradictorio con lo anterior, supongo.
Como sabéis algunos de los que me leéis soy mitad española y mitad americana y vivo en Florida. Casi por casualidad la semana pasada vi el final del partido que puso a España en las semi-finales de la Copa Mundial. No podía creer lo emocionada que me sentí viendo cómo ganaron. Vaya, que se me saltaron las lágrimas … Ahí me di cuenta de que el fútbol tiene la posibilidad de generar también buenos sentimientos. Ay, me salió la sangre española y apunté en mi agenda el día de la semi-final de hoy (de ayer para cuando publique esto).
Claro que hoy durante el partido, a las 14:30 hora de Florida, me fijé al principio en lo estupendos que están algunos de los jugadores. En Facebook bromeé con mis amigas acerca de cuál era el de mejor ver. Para mí, era Capdevilla y a mis amigas les gustaba Xavi o Villa. ¡Qué frívolo, para una mujer tan centrada como yo! (tono sarcástico, por favor). Pero el balón tampoco es que llamara mucho mi atención ...
Al poco tiempo empecé a pasar de mirar a los jugadores a admirar lo bonito de las jugadas, a ver cómo el balón apenas rozaba la portería del contrario ¡y se me contrajeron los músculos del cuello! De pronto, yo era una de “esas” que gritaban porque casi entra un gol al otro equipo. Y se me saltaron las lágrimas y grité de emoción cuando entró el GOL de España. Ay, ¡mi querida España! Por un lado, me encontré poniendo mensajes patrióticos en mi muro en Facebook, chateando con mi padre lexicógrafo, que no ve un partido ni atado (pero vio el de hoy), y cuando ganó España, llamé a mi hija de 9 años que está en Sevilla, viendo todo y más importante, ¡sintiendo todo!
Hoy el fútbol me emocionó, me acercó a mis amigos, a mi familia, a mis compatriotas, y me siento bien porque fui capaz de superar una barrera y las barreras auto limitan … Hoy he experimentado el éxito de superar mi aversión al fútbol y así haber podido llorar de emoción al escuchar el himno de España, disfrutar de un partido bien jugado y bonito de ver, el triunfo de mi patria, y acercarme a todos mis amigos españoles que están repartidos por el mundo.
Y el domingo … cómo me gustaría poder estar en España en ese momento histórico en que jugará ¡la FINAL de la COPA MUNDIAL! Amigos y amigas, los que podáis estar ahí ese día … ¡Disfrutadlo! Yo estaré en Florida, conectada por Facebook, por teléfono, y con el alma, con la Furia Española. Uff, lo que he disfrutado. ¡Eso me enseñará a ser aún más abierta de mente! Lo recomiendo ....
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