Revista Educación

El éxito y la buena gente

Por Siempreenmedio @Siempreblog
El éxito y la buena gente

Desde que era una niña, he oído en mi entorno repetir una y otra vez que las buenas acciones traen buenas consecuencias, que es mejor ser bueno y que, al final, en la vida recibes lo que das. Los ejemplos eran variados, personas que eran consideradas buenas y que habían tenido una existencia acorde con esa bondad, además, gracias a esa bondad habían trascendido.

Más tarde, mi experiencia vital me llevó a caminar por unos derroteros en los que no se daban precisamente esas premisas. Incluso, en los que alguna vez tuve que oír eso de : "el problema es que eres buena persona, y así es muy difícil sobrevivir en aquí". Realmente, como me dijo un día mi terapeuta, estás nadando en una piscina de pirañas como si estuvieras entre delfines y, con el tiempo y las canas, he descubierto que esa afirmación era más real de lo que yo consideré en ese momento.

Ayer, de nuevo oí a una persona de éxito hablar de un grupo musical que ha triunfado "porque son buena gente, porque la buena gente siempre triunfa". Lo decía convencido de ello, con la seguridad de que, tarde o temprano, si tú eres bueno en algo y, además, buena persona, el éxito llegará tarde o temprano. Desgraciadamente, mi experiencia vital me dice que esa afirmación no puede ser categórica.

El triunfo y la bondad no siempre van unidos, a veces, incluso, ser bueno o buena es un disfraz que solo sirve para llegar al objetivo marcado, lo que hay detrás, convenientemente oculto, a veces se descubre y a veces no. Quiero creer en esa frase que dice que se puede engañar a muchos durante poco tiempo o a pocos durante mucho tiempo, pero desgraciadamente hay personas que saben ocultar la realidad a los suficientes durante el tiempo necesario para mantenerse.

Llegados a este punto y tras una pandemia en la que hemos podido ver de todo en una sociedad en la que ya se veía de todo, no creo que sean correctos esos mensajes. Todo es mucho más complejo de lo que parece y está determinado por factores como qué se entiende por éxito, que es sentirse bien, incluso, qué es ser bueno o buena persona.

En la vida, al final, cada uno debe ser lo que quiera ser, independientemente, de si eso reporta o no un beneficio en forma de éxito, notoriedad o reconocimiento, y asumir las consecuencias de ello con la tranquilidad o la intranquilidad de estar o no en paz con uno mismo.


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