La icónica película “El exorcista” se estrenó hace exactamente cincuenta años. Además de numerosos premios y reconocimientos (entre ellos, dos Oscars y cuatro Globos de Oro), obtuvo un notable éxito de público. La emblemática música de Mike Oldfield, la repercusión de la novela escrita por William Peter Blatty y una narrativa original y rompedora para la época, la convirtieron en una obra de culto. Sin embargo, con ella ocurrió lo habitual en esta clase de taquillazos: se alargó innecesariamente a través de una saga que en ningún momento estuvo a la altura de sus inicios. Hasta seis títulos componen el serial derivado del célebre largometraje de William Friedkin (siete, si optamos por incluir la parodia protagonizada por Leslie Nielsen y Linda Blair en “Reposeida”): en 1977 “El exorcista 2: El hereje”, de John Boorman; en 1990 “El exorcista III”, del propio William Peter Blatty; en 2004 “El exorcista: El comienzo”, de Renny Harlin; en 2005 “El exorcista: El comienzo. La versión prohibida”, de Paul Schrader; y ahora “El exorcista: Creyente”, de David Gordon Green.
Pese a que la progresiva decadencia resulta evidente, persiste el empeño en rescatar a los personajes y estirar un relato ya exprimido y esquilmado por completo. Gordon Green, responsable de las tres últimas entregas de otra famosa saga integrada por “La noche de Halloween” (2018), “Halloween Kills” (2021) y “Halloween: el final” (2022), pretende especializarse en el cine de terror, aunque en realidad parece un forense dedicado a certificar la defunción de grandes muestras del género condenadas a la serie B a base de reiteraciones y reincidencias.
En “El exorcista: Creyente” participan nuevamente Ellen Burstyn y la citada Linda Blair interpretando otra vez los papeles de Chris y Regan MacNeil, si bien el grueso de esta historia se desarrolla al margen de ellas por completo.
Desde la muertehace doce años de su esposa embarazada, a consecuencia de un terremoto en Haití, un hombre ha criado solo a su hija. La joven desaparece junto a una amiga y, cuando ambas regresan al cabo de unos días sin recordar nada de lo sucedido, se desencadenan un conjunto de eventos que obligarán al progenitor a enfrentarse a las fuerzas del mal. Llevado por la desesperación, buscará a la única persona viva que ha presenciado en el pasado un fenómeno semejante: Chris MacNeil.
La conclusión del espectador dependerá de lo fácil o difícil que le resulte asustarse, sugestionarse y dejarse llevar por una historia previsible a cargo de trucos demasiado vistos a estas alturas. En mi caso particular, perdí el interés muy pronto, asistiendo ausente y distante a una machacona sucesión de idénticas fórmulas, aparatosas e insistentes, con la esperanza vana de provocar sustos. Quizás un gran número de personas acudan a las salas atraídas por la mítica sintonía de “Tubullar Bells”, que en 1973 revolucionó el sonido de la música dotando al film de una atmósfera intrigante y sobrecogedora. Salvo eso, nada queda de las ideas plasmadas en imágenes a principios de la década de los setenta por aquel grupo de jóvenes artistas.
La veterana actriz Ellen Burstyn, ganadora de la estatuilla de Hollywood por su interpretación en “Alicia ya no vive aquí” a las órdenes de Martin Scorsese, ha sido candidata al premio en cinco ocasiones, una de ellas precisamente por “El exorcista”. Tras verla asimismo en “Réquiem por un sueño”, “El secreto de Adaline” o “Interstellar”, esta aparición en “El exorcista: Creyente” constituye, a mi juicio, una alternativa innecesaria de culminar su carrera. En cuanto a Linda Blair, su trayectoria profesional siempre ha estado mediatizada por su personaje de Regan MacNeil, del que no ha sido capaz de desprenderse. Los nuevos actores de este proyecto son Leslie Odom Jr. (“Hamilton”, “Una noche en Miami”), Lidya Jewett (“Figuras ocultas”) y Raphael Sbarge (“Risky Business”).