Revista Cine
Recientemente, nos llamó la atención el vídeo "My Potato Project; The Importance of Organic", que muestra el experimento realizado por Elise, una niña estadounidense de 10 años que quiso hacer brotar un boniato (también conocido como batata o camote) dejándolo medio sumergido en un vaso de agua, pero durante esas 3 semanas, no ocurrió nada.
Al preguntar en el supermercado por qué no brotaba nada, le dijeron que tenía que probar con un boniato orgánico, porque al resto de vegetales le echaban un producto químico llamado "Bud Nip", o clorprofam, que impedía que creciera nada.
El clorprofam (C10H12ClNO2) es el N-clorofenilcarbamato de isopropilo, un carbamato que se usa como antigerminante en el tratamiento tras la recolección de tubérculos, bayas y varias verduras para evitar crecimiento posterior de brotes indeseados y también como pesticida. Es soluble en disolventes orgánicos, y puede resultar tóxico para aves, anfibios, peces e incluso zooplancton y abejas, aunque en casos menos comunes.
Se comercializa en tres formatos: concentrado emulsificable, líquido o en polvo, y se rocía en la parte superficial de los vegetales y frutas, pudiendo traspasar la barrera externa. Después de pelar por ejemplo una patata, el nivel de clorprofam medido disminuye un 91-98%; tras el lavado sólo 33-47%; e incluso en patatas hervidas se encuentran aún trazas de este compuesto.
La molécula sufre una degradación progresiva en contacto con ambientes aeróbicos, y en entornos alcalinos el carbamato puede sufrir una hidrólisis en m-cloroanilina, isopropanol y dióxido de carbono.
Uno de sus metabolitos tras la hidrólisis es la 3-cloroanilina o m-cloroanilina, de la que no hay estudios de carcinogenicidad. Es similar estructuralmente a un carcinógeno demostrado, la 4-cloroanilina. Sin embargo, el impacto del clorprofam en humanos se considera pequeño, ya que tiene un perfil de toxicidad bajo y no se muestran signos de toxicidad aguda tras la exposición a no ser que esta se prolongue y sea ≥ 1000 mg/kg/día, donde podemos encontrar un descenso del peso corporal y disminución en el hematocrito y los niveles de hemoglobina, además de un aumento de reticulocitos (glóbulos rojos aún no maduros, lo que puede indicar anemia) en sangre.
En España, así como en el resto de la Unión Europea, su uso está regulado en la Directiva 2004/20/CE (que se puede consultar aquí), que a su vez se enmarca dentro de la Directiva 91/414/CEE relativa a la concesión de licencias, comercialización, uso y control en la Unión Europea de los productos fitofarmacéuticos en su forma comercial, que estipula lo relacionado al uso y venta de productos fitosanitarios,
[ACTUALIZACIÓN diciembre 2014: el "REGLAMENTO DE LA COMISIÓN UE Nº 79/2014 del 29 de enero de 2014 que modifica los anexos II, III y V del Reglamento (CE) no 396/2005 del Parlamento Europeo y del Consejo por lo que respecta a los límites máximos de residuos de bifenazato, clorprofam, esfenvalerato, fludioxonil y tiobencarb en determinados productos" se revisan los límites máximos de residuos permitidos de clorprofam y otros productos].
No hemos encontrado cómo se metaboliza y excreta este compuesto del cuerpo humano, pero sí hay estudios realizados en ratas, en las cuales tras la administración oral o intraperitoneal la excreción en orina varía entre el 50 y el 85%, mientras que un 17-20% se expulsa en forma de dióxido de carbono por vía pulmonar. En ratas también se ha comprobado que atraviesa la barrera placentaria y pasa a la leche materna.
Fuentes:Wikipedia: ChlorprophamPAN Pesticides Database: ChlorprophamLegislación de la UE: Directiva 91/414/CEEUS Environmental Protection Agency (EPA): Chlorpropham