Título: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr Hyde
Título original: The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde
Autor: Robert Louis Stevenson
Cuando leí por primera vez este relato, mi sobrina, que era pequeña, me preguntaba sobre él ¿de que trataba esa historia? Más o menos le expliqué que todas las personas tenemos cosas buenas y malas y que están mezcladas dentro de nosotros pero que el doctor Jekyll había conseguido elaborar una pócima que al beberla le permitía separar ambas partes.
Resulta poco serio, pero no puedo evitar quemientras estoy escribiendo, me venga a la cabeza la idea del colesterol “bueno” y “malo” y como el primero puede compensar y contrarrestar al segundo.
Adoptando la personalidad del señor Hyde, el doctor Jekyll puede permitirse cometer todo tipo de actos sin tener que poner en peligro su reputación ni estatus; algo realmente tentador ¿verdad? A medida que el primero de ellos va cometiendo tropelías, y aficionándose a ello, el doctor Jekyll es cada vez menos capaz de controlarlo. Lo único que frena a Hyde es el miedo a perder su libertad; no el hecho de haber obrado mal y sin motivo.
En su diario el doctor habla de unas sales que fueron el ingrediente clave para el “éxito” de su experimento. Estaba equivocado, el ingrediente en cuestión era la impunidad (según el D.R.A.E: falta de castigo). Cuando descubres que estás libre de responsabilidad por tus acciones; que no recibirás un castigo por lo que hayas hecho incorrectamente, es fácil dejarte ir un poco más lejos cada vez.
Estoy convencida de que todos albergamos un pequeño mister Hyde dentro de nosotros. Que siga ahí, pequeñito, y que no crezca y se vuelva más fuerte, depende en parte de nosotros mismos –nuestra educación, ideales- pero también de que sepamos que las malas acciones tienen su castigo. Han sido precisamente la irresponsabilidad, la permisividad, la pasividad… En resumen, es la impunidad la que nos ha llevado a la situación actual
Ya queramos interpretarlo como una alegoría sobre el bien y el mal, como una crítica de la hipocresía de la sociedad -la victoriana o la actual- o simplemente como un relato de misterio, os aseguro que disfrutaréis con su lectura.