Autor: Robert Louis Stevenson Editorial: Simancas Año de publicación: 1886 Páginas: 91ISBN: 9788483921128
A principios de noviembre, durante un paseo por el barrio un día de entre semana, después de trabajar, mi chico y yo entramos, como tantas otras veces, en una librería cercana a nuestra casa. Entonces descubrimos una colección de libros clásicos que nada más verlos nos parecieron monísimos. Parecían unas libretas, la cubierta era de una imitación de cuero, eran delgaditos, pequeños y cabían perfectamente en el bolsillo. Lo primero que pensamos fue que la letra sería horriblemente pequeña pero cuando los abrimos nos sorprendió ver que no era así. Vamos, que todo eran ventajas. Y después de mucho rato eligiendo entre los muchos que había (teatro, prosa y poesía, tanto de autores españoles como extranjeros), nos decidimos por El extraño caso del doctor Jekyll y Míster Hyde, de Robert Louis Stevenson, porque la semana anterior habíamos leído otro libro del autor, El diablo de la botella, y queríamos seguir descubriendo su obra.
Como todos, conocía la historia de esta novela pero, aun así, tenía ganas de leerla. Tantas, que el libro me duró en las manos un solo día, devoré sus 91 páginas en dos viajes en autobús, mientras iba y volvía del trabajo. La historia me sedujo, me fascinó y me atrapó desde el principio y conforme más leía más ganas tenía de descubrir el final, aunque ya lo conociese. Creo que esto es lo mejor que puedo decir de esta novela, lo muchísimo que me ha hipnotizado a pesar de conocer con anterioridad el argumento.La novela nos presenta a míster Utterson, un abogado y a su primo, míster Enfield, un hombre reputado y muy conocido en Londres. Míster Utterson es el abogado de su amigo Henry Jekyll, un afamado, respetado y admirado médico. Es todo lo opuesto a míster Hyde, un ser que, sin saber muy bien cómo ni por qué, causa temor, repulsa, odio, miedo, escalofríos y asco a todas las personas que lo ven. Es pequeño y deforme. Un ser horrible, que no parece humano, ni por su aspecto físico ni por su comportamiento. De noche, protegido por la niebla y la oscuridad que envuelven la ciudad, no duda en cometer los mayores ataques a sus semejantes. Los más despiadados, los más salvajes, los más inhumanos. Me ha gustado mucho esa contraposición entre Hyde y Jekyll, Enfield, Utterson y el también doctor Lanyon, todos ellos hombres cultos, adinerados, respetados, con una reputación intachable y una esmerada educación. El ambiente en el que se mueven estos hombres, sus mansiones, sus salones con chimenea, sus criados, chocan con el ambiente en el que se mueve Hyde: un Londres nocturno, oscuro, húmedo, cubierto de sombras, de niebla, de tinieblas, lleno de callejones en el que acechan el miedo, las amenazas, los temores. Precisamente la ambientación es lo que más me ha gustado de la novela. Creo que está muy conseguida y logra trasladarnos a ese Londres envuelto en sombras. Es una obra que asocio con colores oscuros y fríos: negro, azul, gris. Colores tétricos, igual que el ambiente que envuelve a esta historia. Una historia que, a pesar de ser conocida, atrapa desde el principio y hasta el final, ya que es una fantástica historia de intriga y de suspense, casi una novela negra, un thriller de ciencia ficción que se lee en un suspiro y se disfruta intensamente.
Junto con la ambientación y el argumento, creo que lo mejor de esta historia es la crítica y la reflexión que lleva implícita. La dualidad del carácter, los deseos reprimidos, la atracción del mal, los instintos ocultos, los más bajos, los más malignos, de los que más nos avergonzamos. Porque todos somos capaces de lo mejor y de lo peor y el del doctor Jekyll y Míster Hyde no es un caso tan extraño...