Camaradas,
El Lugarteniente del Führer (Stellvertreter des Führers) Rudolf Hess, miembro de la vieja guardia del NSDAP; secretario personal del Führer durante su reclusión en la cárcel de Landsberg; desde el 27 de abril de 1933, su Lugarteniente y sucesor en la dirección del Partido; desde el 1 de diciembre de 1933, Ministro sin cartera y, desde el 1 de septiembre de 1939, segundo sucesor del Führer después de Hermann Göring, ha protagonizado esta noche uno de los sucesos más rocambolescos de esta guerra.
Uno de los momentos más famosos de la carrera política de Hess en el que, al finalizar el Führer su discurso de clausura del Congreso del Partido de 1934, Hess estalla en paroxismo con la frase: "Die Partei ist Hitler, Hitler aber ist Deutschland wie Deutschland Hitler ist! Hitler Sieg Heil!" (¡El Partido es Hitler, pero Hitler es Alemania como Alemania es Hitler! ¡Hitler, Salud Victoria!
Alrededor de las 18:00 del sábado 10 de mayo de 1941, y después de otros tres intentos que hubo de cancelar por diversos motivos a lo largo de los últimos meses, Hess ha despegado finalmente a bordo de un bimotor Messerschmitt Bf 110 desde Augsburgo. Sólo Dios sabe los motivos que han impulsado a Hess a efectuar tamaño disparate pero, la teoría más plausible a tenor de su actuación y de la carta que ha recibido el Führer algunas horas después es que, en un acto de enajenación mental, se haya querido atribuir el mérito de conseguir sellar la paz entre el Tercer Reich y Gran Bretaña.
Para llevar a buen término esta aventura lo primero que Hess necesitaba, claro está, es un avión. La manera en que lo ha logrado no ha dejado de ser variopinta. Durante el verano de 1940 solicitó uno para “vuelos de entrenamiento” al General Ernst Udet, que le denegó el permiso dado que Hess no pudo proporcionar un permiso especial del Führer. Sin embargo, Hess tuvo mejor suerte con el Profesor Willy Messerschmitt en Augsburgo. ¿Quién era él, Messerschmitt, para negarle un avión al Lugarteniente del Führer? Además, a lo largo de los siguientes meses Hess demostró ser un piloto experimentado e inteligente que incluso le llegó a aconsejar a Messerschmitt algunas mejoras técnicas sobre el Bf 110, por ejemplo, la instalación de tanques especiales de reserva bajo las alas que permitieran al piloto volar durante más tiempo y más lejos.
Rudolf Hess a bordo de un avión durante sus vuelos de entrenamiento.
En su casa, Hess también ha estado preparando a conciencia su plan. Así, desde otoño de 1940 ha estado recibiendo informes metereológicos diarios desde Noruega a través del teléfono. Se ha estado familiarizando con la estación Kalundborg para emplearla como un transmisor de rumbo y ha estado estudiando por la noche su ruta de vuelo en un plano colgado de la pared de su dormitorio, aprendiéndose de memoria las particularidades de la ruta y prestando especial atención al área de Escocia en la que tiene planeado aterrizar o lanzarse en paracaídas.
Hess ha escogido la tarde de un sábado con la intención de pasar lo más desapercibido posible a los dos bandos. Antes de partir, ha ordenado a su adjunto aguardar unas horas antes de conducir hasta Berchtesgaden y entregar en mano una carta manuscrita al Führer, que se encuentra una vez más en su retiro alpino. En su carta, Hess le comunicaba al Führer que abandonaba Alemania para hacer realidad la teoría de Hitler de 1919 – la amistad con Inglaterra, que a pesar de todos sus esfuerzos, el Führer no había podido llevar a cabo. En el caso de que al Führer no le gustase la idea, siempre podría declararlo demente.
Un Messerschmitt Bf 110 similar al empleado por Hess.
Sin ser detectado por la Luftwaffe, el Bf 110 de Rudolf Hess ha abandonado el espacio aéreo alemán y ha volado a través del Mar del Norte. Un Spitfire ha iniciado la persecución, pero Hess ha logrado zafarse de él efectuando un picado. Finalmente, ha alcanzado la costa oriental de Escocia hacia las 22:00 de la noche, hora alemana, al sur de la Isla Holy. Ha atravesado Escocia en vuelo rasante y, poco antes de las 23:00 ha alcanzado su destino: Dungavel, la finca del Duque de Hamilton, a quien pretende comunicar su oferta de paz.
La ruta de Hess hasta Escocia.
Parece ser que Hess está convencido de que el Duque de Hamilton es un abierto enemigo de Winston Churchill a quien considera responsable de la guerra. La propuesta de paz de Hess incluye devolver todos los países de Europa Occidental conquistados por Alemania a sus propios gobiernos nacionales, aunque conservando policía alemana. Alemania también tendría que pagar el coste de reconstrucción de estos países. A cambio, Gran Bretaña tendría que apoyar la guerra contra el comunismo y embarcarse al lado de Alemania en la invasión de la Unión Soviética.
Una representación artística del salto en paracaídas de Hess.
Hess se ha encontrado con grandes dificultades al salir del avión debido a la fuerza aerodinámica. Ha llegado incluso a perder la consciencia, y ha sido sólo en el último momento, justo antes de que el avión se estrellara, que ha logrado saltar y abrir su paracaídas sobre la localidad de Renfrewshire. Debido a su falta de experiencia en el salto con paracaídas, se ha roto el tobillo al tomar tierra. El granjero David McLean, ha arrestado con su rastrillo al extraño piloto alemán caído de los cielos. Hess se ha presentado ante él como el Capitán Alfred Horn y le ha exigido hablar con el Duque de Hamilton. Al encontrarse ante éste, ha revelado su verdadera identidad y le ha comunicado que ha venido por iniciativa propia para conseguir la paz entre Alemania e Inglaterra. Según Hess, el Führer siempre ha deseado la paz. La continuación de la guerra conducirá inevitablemente a la derrota de Inglaterra, lo cual no interesa a la humanidad y debe ser evitado. Churchill debe dimitir.
Los restos del avión que ha llevado a Rudolf Hess hasta Escocia.
La reacción de los británicos no se ha hecho esperar. El Duque de Hamilton no ha querido para nada hacer caso de lo que no parecen sino divagaciones de un lunático y ha encarcelar a Rudolf Hess. Winston Churchill, en un alarde de sofisticación, ha decidido recluirle en el interior de la Torre de Londres, convirtiéndolo en el último de una larga serie de encarcelados ilustres que han sido encerrados en el interior de la fortaleza de 900 años de antigüedad. Churchill ha dado la orden explícita de que Hess permanezca aislado pero sea tratado con dignidad. El anciano y borracho Primer Ministro británico se ha frotado las manos ante este regalo del Destino y ha comentado: “Hay signos de que las cosas comienzan a desmoronarse en el seno del Tercer Reich.”
Es lebe Nationalsozialismus!Es lebe Deutschland!