Nació en Barcelona, muy cerca del Camp Nou, en la Maternitat, el 25 de enero de 1996. Sus padres, procedentes de Mali, se instalaron en los 80 en L'Hospitalet de Llobregat. Él trabaja en un taller cambiando llantas de ruedas y ella es empleada de hogar. Adama estudió desde niño en catalán. Sólo tiene 17 años, 20 menos exactamente que el deportivista Manuel Pablo, a quien volvió loco el domingo durante los 25 minutos que le dio Eusebio ante la atenta mirada de Martino y André Villas-Boas, quien ya ha pedido al Tottenham que pregunte por él.
Pese a tratarse de un jugador de segundo año de juvenil, ya pertenece al filial que alternará con el Juvenil A en la Champions. Tras comenzar en La Florida, pasó por el Hospi antes de ingresar con nueve años en las categorías inferiores del Barça para jugar en el Benjamín. Entonces ya cruzaba el campo de portería a portería driblando rivales. Rapidísimo y habilidoso, un portento físico por la banda derecha, siempre jugó en equipos que no le tocaban por edad, como cuando desde el Cadete A subió al Juvenil B y al Juvenil A en un par de meses. Internacional en todas las categorías inferiores de la selección, cuentan los técnicos que ha tenido en el Barça que es un chico disciplinado y trabajador. Su fuerte es el uno contra uno. Desborda y centra bien desde la línea de fondo.