Todos tenemos algún “rasgo oscuro” que puede hacernos malvados, advierte un artículo de la revista científica “Psichological Review”, que nos invita a analizarnos a nosotros mismos, pero también a quienes con sus decisiones rigen nuestro país.
El “Factor D” (de dark, oscuro en inglés) nace de un test que permite analizar a toda persona a través de su carácter, y que nos llevan a deducir si es buena o mala, o si rápida o lentamente se ha vuelto malvada.
Los psicólogos, encabezados por Ingo Zettler, de la Universidad de Copenhague, dicen que conocer las nueve características, que además influyen unas sobre otras, puede ayudar a corregir muchas conductas marcadas por el factor D.
En resumen, estas características D en orden alfabético son:
Egoísmo: preocupación excesiva sobre la propia ventaja a expensas de los demás.
Derecho psicológico: creencia de que uno es mejor que los otros y que merece mejor trato.
Desconexión moral: estilo de procesamiento cognitivo que permite comportarse sin ética sin angustiarse.
Interés propio: deseo de promover y resaltar el propio estado social y financiero.
Maquiavelismo: actitud manipuladora en la creencia de que los fines justifican los medios
Narcisismo: excesivo ensimismamiento, sentido de superioridad y autoafirmación, con una necesidad de recibir atención de los demás.
Psicopatía: falta de empatía y autocontrol, combinada con un comportamiento impulsivo.
Rencor: disposición para causar daño o destruir a otros, incluso si uno mismo se daña en el proceso
Sadismo: deseo de causar daño mental o físico a otros para el propio placer o para beneficiarse a sí mismo.
Quizás falte una característica española: la envidia.
Miremos ahora a quienes nos gobiernan para saber qué tipo de personas son. Usted habrá identificado ya, seguramente, a varios D a muy alto nivel.
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SALAS