Revista Espiritualidad

El Factor Variable Que Determina El Éxito

Por Ritacoach @ritatonecoach

Relaciones HumanasY es necesario que te recuerde que cuando hablo de Éxito, me refiero a lo que sea que él sea para vos, teniendo en cuenta que para cualquier ser humano, esta palabra refiere a la consecución de un logro. Por lo tanto este post aplica para lo que lo estés necesitando y te implica a vos porque el “necesitar” está indicando la presencia una persona.

¿Qué o quién será ese factor variable?

En cierta medida, es un qué y es un quién porque…

La relación con los demás es el factor variable entre el éxito y el fracaso y nosotros somos en esa relación, ese factor variable.

No se puede dudar del beneficio que significa tener buenas relaciones con los demás. Sin embargo, hay detalles dentro de las mismas, que pueden pasar desapercibidos –por nuestra tendencia a considerarlos obvios- y que como todos los detalles, marcan la diferencia.

La sentencia anterior nos deja en un lugar de poder ya que al ser nosotros el factor variable, podemos intervenir en esos vínculos para darles la excelencia necesaria y así transformar sus resultados en extra-ordinarios.

Veamos…

¿Cómo saludás?

Si estás enojado o tenés alguna situación personal que te pre-ocupa ¿Tenés la capacidad de cambiar tu humor cuando te encontrás con alguien que no tiene nada que ver en tu problema?

El saludo cordial puede ir perdiéndose porque estamos pre-ocupados, enojados, disgustados con una situación personal, y en la transparencia, podemos seguir con ese humor cuando nos encontramos con alguien.

 ”Yo no critico como hace fulano/a que me hace poner mal con su falta de consideración hablando de otras personas.” ¿Alguna vez dijiste algo así o similar?

¿Qué estás haciendo cuando decís esto?

No critiques. La crítica mal predispone a tu auditorio porque el que te escucha piensa que cuando estás con otro, puede ser el objeto de tu crítica. No minimices la capacidad de las personas. La gente no es tonta.

¿Apreciás a los demás con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente? 

¿Queres a algunas personas pero en algunos aspectos, podés llegar a decir…? “Yo la/lo quiero mucho pero convengamos que no es demasiado inteligente.”

La clave es “apreciar siempre  y en completud”.

¿Cuánto tenés disponible la palabra “gracias”?

¿Vos creés que las gracias se dan solo porque alguien te da o hace algo por vos?

¿Las gracias se dan por lo que el otro hace o por tu crecimiento personal, por tu aprecio de lo que tenés (entre esas cosas, al otro en tu entorno) y por el que sentís por la otra persona?

La clave es tener presente y disponible en tu lenguaje, la palabra “gracias”.

¿Te ocupás de comentarle al otro los buenos dichos de los demás sobre él?

¿No le decís nada porque el que lo dijo “ya se lo contará”?

La clave es “resaltar las virtudes”.

¿Te irrita cuando alguien, en medio de algo “serio”, hace una broma?

¿Pensás: “¡Qué desubicado que es!”? Si es así, te aviso que es un problema de él y que vos por tu parte, no necesitás perder tu talante con dedito juzgador.

La clave es “la diversión no implica falta de seriedad”.

¿Sos un “relator de un rosario de problemas” para la gente que se encuentra con vos?

¿Tendrán ellos los suyos?

¿Y si distinguís entre los amigos que si preguntás, pueden querer escucharte y las otras personas con las que te relacionás que no tienen que soportar este tipo de comportamiento? ¿Sabés cómo las podés distinguir rápidamente? Te lo digo: a esas personas, jamás les preguntarías si están dispuestos a que les cuentes un problema; a un amigo sí se lo preguntarías.

La clave es “todos tenemos problemas y si necesitás que te escuchen, pedilo y preguntá”, siempre a los amigos.

¿Cómo es tu forma de escuchar?

¿Se diferencia de tu oír? 

La clave es “la escucha es la parte activa de una conversación”. 

¿Cómo es tu forma de prometer? ¿Cómo es tu forma de comprometerte?

¿Cumplís con tu palabra?

¿Te considerás una persona confiable?

La clave es “No hagas promesas que no puedas cumplir”.

Esta es una frase maestra que resume la calidad de las relaciones humanas:

Si querés miel, no des puntapiés a la colmena. Dale Carnegie

Aquí tenés una historia que te mostrará la sabiduría escondida en el buen trato con los demás,  donde siempre sos vos el factor determinante.

El 14 de Octubre de 1998, en un vuelo trasatlántico de la línea aérea British Airways, tuvo lugar el siguiente suceso: A una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable. La azafata argumentó que el vuelo estaba lleno, pero que iría a revisar a primera clase a ver si por si acaso,  podía encontrar algún lugar libre. Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no solo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona. Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora: “Discúlpeme señora, pero efectivamente todo el vuelo está lleno… no obstante,  encontré un lugar vacío en primera clase. Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. El me indicó que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable.” La señora con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se dio vuelta y le dijo al hombre de raza negra: “Señor, ¿sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?”

Todos los pasajeros del avión se pararon y ovacionaron la acción de la azafata.

Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados por esa actitud. La empresa British Airways se dio cuenta que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente, entonces, hizo cambios de inmediato.

Desde ese momento en todas las oficinas de British Airways se lee el siguiente mensaje:

“Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán como los hiciste sentir.”

 

Por el placer de compartir.

 


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