Pedro Sánchez, a pesar de la oposición de los barones socialistas mas fuertes, ha conseguido imponer una consulta a los militantes para que decidan si fraguan una alianza con Podemos y los independentistas para gobernar España. El de ayer fue un día triste para los españoles libres y demócratas porque Sánchez, dejando a un lado la democracia, empezó a abrir las negras puertas del totalitarismo amenazador, disfrazado de "Progreso". Ahora, el futuro de este país está en manos de los militantes socialistas. Considerar el marxismo como "Progreso" es como identificar la guerra con la paz. Cuando Pedro Sánchez se empeña en imponer a España un gobierno con el "Podemos" de Pablo Iglesias, al que llama "Gobierno de Progreso", en realidad está proponiendo un retorno a la peor pesadilla del pasado, el frentepopulismo, abriendo las puertas de España a un comunismo radical que nos acerca a la agonía de las libertades, a Venezuela, Irán y Grecia y a la España que en 1936 se teñía de rojo sangre. ---
Progresar es ganar en libertad, justicia y en limpieza, no construir un gobierno socialista-comunista dominado por la oscuridad, con una Justicia sólo al servicio del Estado y el predominio absoluto de las élites políticas sobre el ciudadano. La obsesión por el poder de Pedro Sánchez puede ser para España una desgracia superior a lo que representaron Zapatero y Rajoy. Los que creían que la política española había alcanzado el fondo de la bajeza y el fracaso y que no podía ya empeorar, se equivocan porque la alianza de Pedro y Pablo creará un gobierno propio de los "Picapiedras", un desgraciado retorno a la antigüedad más oscura.
Es cierto que el fracaso de Rajoy, que despilfarró, envuelto en corrupción, desidia y torpeza, la mayoría absoluta que le regalaron los españoles para que regenerara el país, exige un cambio, pero ese cambio debe ser hacia la verdadera democracia y los valores, no hacia el totalitarismo, como pretende Sáncrez, hipnotizado por una alocada ambición de poder.
Si ese gobierno que sueña Sánchez, vinculado a la ideología que asesinó a más de cien millones de personas en el siglo XX y que llenó las fosas de muertos y las cárceles y los gulags de ciudadanos perseguidos y triturados por el Estado, tiene que pactar también, para lograr la mayoría que necesita, con los independentistas que odian a España, el país quedará despedazado y la vileza que fraguan los Picapiedras será tan supina y dañina que traerá, además, la ruina y el desplome de España como país occidental próximo a las libertades y derechos.
Disfrazar el atraso y la opresión de "Progreso" ha sido un truco empleado por las izquierdas e ideado para convencer a los débiles mentales, dispuestos a ignorar que el Estado, cuando consigue todo el poder y puede gobernar sin frenos, se convierte en el monstruo Leviatán, que devota a todos sus hijos.