Revista Opinión
Este señor de aquí arriba es Timo Soini, lider de los Auténticos Finlandeses, un partido que no se declara de ultraderecha (ya sabemos que eso queda mal) y que en sus mitines podemos encontrar ese odio hacia todo lo extranjero y hacia todo lo que sea de diferente color.
Ya veníamos avisando que en periodo de crisis, el racismo y la xenofobia se disparan con un discurso fácil que suele calar entre las personas de a pié aprovechando el miedo de estas a perder sus empleos o su calidad de vida. La fácil propuesta de sugerir que los que no son de aquí sobran y deben dejar su sitio a las personas autóctonas. Es decir, el mensaje xenófobo.En el mensaje de estos partidos encontramos un discurso populista y unas propuestas que mezclan el intervencionismo del Estado en la economía con el conservadurismo y el ultranacionalismo.
Ahora mismo está teniendo lugar un auge de estos partidos en toda Europa como consecuencia del hartazgo de las personas frente a unos partidos que están al servicio de los intereses bancarios y empresariales (como sucede aquí con el PP, el PSOE y los partidos que votan con brazo de hierro sus propuestas antisociales) y también como consecuencia del miedo.
¿Hay que obviar el cómo llegó Adolf Hitler al poder en Alemania? Hechos históricos como ese conviene recordarlos hoy, ante la inminente irrupción de la ultraderecha.El dictador nazi llegó al poder tras "acertar" años antes sobre la recesión que iba a golpear al sistema económico. Un discurso con ambiente obrero y altamente nacionalista fue la clave para que Hitler ganase las elecciones de 1932 (fue nombrado Canciller en 1933 teniendo en el parlamento una mayoría simple) y arrasase en las posteriores de 1933.Teniendo en cuenta que la I Guerra Mundial desoló el ambiente y la mente de los alemanes, era de esperar que un discurso ultranacionalista donde se alzase el orgullo nacional de Alemania calase en sus gentes.
Pues bien. En pleno 2011 la gente parece olvidarse de la historia. Son varios los países donde se está dando un auge considerable de estos partidos que, mediante el engaño y el populismo, entran en la mente colectiva para llevar a cabo planes netamente racistas y xenófobos.
Han subido en Finlandia, donde ya tienen 39 diputados y el apoyo del 19% del electorado; comienzan a ser fuertes en Suecia, donde también han entrado en el parlamento y tienen un apoyo del 5,7%; fortísimos en Austria; segunda fuerza en Holanda; primera fuerza en Suiza; patrullando en Italia en plan paramilitar al más puro estilo de las camisas negras; subiendo en Francia; etcétera...Aquí en España un partido de estas características estuvo a punto de colarse en el parlamento catalán en las elecciones pasadas de noviembre.
Pero, ¿por qué avanzan? Aunque ya he nombrado varios motivos antes, el auge de estos partidos responde a que su discurso se ve fortalecido con ciertas medidas que están tomando gobiernos que se dicen de centro-derecha (como el de Sarkozy) y por los políticos que constituyen ese espectro en los demás países.¿Nadie se acuerda de la campaña del Partido Popular en contra de los rumanos? ¿O su juego anti-inmigración? ¿Y la medida persecutoria del alcalde de Vic, de CiU?Nos alarmamos por el auge de la extrema-derecha pero nos tenemos que dar cuenta, también, de que en España hay últimamente un fervor antiinmigración bastante preocupante.
Hay que tener especial atención, además, a la campaña de acoso y derribo que están sufriendo en toda Europa los gitanos rumanos. La grave situación que han padecido en Francia debe servirnos como ejemplo de lo que puede pasar si esto no se para a tiempo.
Si no queremos echarnos las manos encima cuando ya sea demasiado tarde, habrá que empezar a salir a la calle para explicarle a la gente que todos estamos en el mismo barco. Que somos trabajadores y que sufrimos todos las penurias de una crisis provocada por el propio sistema.Los culpables son los que tienen el dinero y lo quieren seguir manejando, no los que buscan oportunidades para sus vidas lejos de su tierra.